Las recientes elecciones en Europa
Por: César Pérez
Publicado el: 29 mayo, 2019 | e-mail: Lagarita318@gmail.com
El balance de los resultados de las recién pasadas elecciones en Europa, confirma la gran incertidumbre sobre el presente y futuro de ese continente, y la complejidad del nuevo entramado social y político que han configurado los nuevos y los tradicionales sujetos políticos y sociales en gran parte de Europa y Occidente, que obligan a nuevas e inéditas alianzas políticas a nivel nacional y en el Parlamento Europeo. Se logró contener la embestida antieuropea de la derecha xenófoba/nacionalista, a pesar de sus avances en algunos países, pero los liberales y los socialistas han perdido la fuerza para juntos hacer mayoría en el Parlamento Europeo.
En general, se detuvo la embestida ultranacionalista, pero en algunos países esa corriente ha tenido resonantes avances, como en Italia y Francia. En el primero, la Liga del Norte se ha expandido en todo el país y su 34.3% de votos obtenidos la convierten en el primer partido, pero la fragmentación del voto, la derrota aplastante de su socio, el movimiento populista 5 Estrellas, la fragmentación del voto y la recuperación del mayor partido de la izquierda, el Partido Democrático, limita la representación de Italia en el Parlamento Europeo.
En Francia, la ultraderecha ha devenido el principal partido, debido a la quiebra de la izquierda y del voto de la clase obrera y de trabajadores que anteriormente votaban por la izquierda.
En España, además de las elecciones europeas, se celebraron las municipales y de las comunidades autónomas y en ambas el PSOE ganó netamente. Sin embargo, en Madrid perdió la izquierda y Barcelona fue ganada por los soberanistas. En el primer caso mucho tuvo que ver la división y pugnas de la izquierda alrededor de la confección de la lista de candidatos y la quiebra de Podemos que ha perdido casi dos millones de votos en las dos últimas elecciones, en la segunda el buen desempeño del Partido Socialista Catalán y según algunos, el coqueteo ambivalencia de la alcaldesa Colau con el independentismo pudieron haber sido factores que determinaron la derrota de esta.
En buen desempeño de los verdes y de otras formaciones menores no nacionalistas sirvieron de barrera al ultranacionalismo. Ese elemento es importante porque indica que fuera de la lógica liberales/ izquierda/ulltraderecha hay otros sujetos políticos con los cuales hay que contar. También llama la atención que Francia e Italia fueron los lugares donde más potente era la izquierda y en esos países los partido mayoritarios son ultraderechistas/nacionalistas. En el primero, luego de los chalecos amarillos gana la ultraderecha y en Italia Liga redobla su votación después del descalabro del 5 Estrellas, movimiento anti política y anti partidos.
Eso habla de lo efímero que son algunos movimientos, lo cual estaría relacionado con la confusión identitaria de esos movimientos y del marcado personalismo autoritario de muchos de sus dirigentes. Pero, de todos modos ellos y una diversidad de movimientos, ecologistas y de demandas particulares, a veces son imprescindibles para hacer alianzas políticas para desbancar gobiernos corruptos y autoritarios o para detener toda suerte de tendencias populistas. El mundo de la política ha cambiado y quienes no se sintonicen con ese cambio quedarán fuera de toda posibilidad de ser políticamente eficaces.
En general, se detuvo la embestida ultranacionalista, pero en algunos países esa corriente ha tenido resonantes avances, como en Italia y Francia. En el primero, la Liga del Norte se ha expandido en todo el país y su 34.3% de votos obtenidos la convierten en el primer partido, pero la fragmentación del voto, la derrota aplastante de su socio, el movimiento populista 5 Estrellas, la fragmentación del voto y la recuperación del mayor partido de la izquierda, el Partido Democrático, limita la representación de Italia en el Parlamento Europeo.
En Francia, la ultraderecha ha devenido el principal partido, debido a la quiebra de la izquierda y del voto de la clase obrera y de trabajadores que anteriormente votaban por la izquierda.
En España, además de las elecciones europeas, se celebraron las municipales y de las comunidades autónomas y en ambas el PSOE ganó netamente. Sin embargo, en Madrid perdió la izquierda y Barcelona fue ganada por los soberanistas. En el primer caso mucho tuvo que ver la división y pugnas de la izquierda alrededor de la confección de la lista de candidatos y la quiebra de Podemos que ha perdido casi dos millones de votos en las dos últimas elecciones, en la segunda el buen desempeño del Partido Socialista Catalán y según algunos, el coqueteo ambivalencia de la alcaldesa Colau con el independentismo pudieron haber sido factores que determinaron la derrota de esta.
En buen desempeño de los verdes y de otras formaciones menores no nacionalistas sirvieron de barrera al ultranacionalismo. Ese elemento es importante porque indica que fuera de la lógica liberales/ izquierda/ulltraderecha hay otros sujetos políticos con los cuales hay que contar. También llama la atención que Francia e Italia fueron los lugares donde más potente era la izquierda y en esos países los partido mayoritarios son ultraderechistas/nacionalistas. En el primero, luego de los chalecos amarillos gana la ultraderecha y en Italia Liga redobla su votación después del descalabro del 5 Estrellas, movimiento anti política y anti partidos.
Eso habla de lo efímero que son algunos movimientos, lo cual estaría relacionado con la confusión identitaria de esos movimientos y del marcado personalismo autoritario de muchos de sus dirigentes. Pero, de todos modos ellos y una diversidad de movimientos, ecologistas y de demandas particulares, a veces son imprescindibles para hacer alianzas políticas para desbancar gobiernos corruptos y autoritarios o para detener toda suerte de tendencias populistas. El mundo de la política ha cambiado y quienes no se sintonicen con ese cambio quedarán fuera de toda posibilidad de ser políticamente eficaces.
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