El auge de Bolsonaro agudiza la polarización de Brasil ante unas elecciones decisivas
El candidato ultraconservador llega a la cita de este domingo con el respaldo del 40% de los votantes, según la última encuesta, frente al 25% de Haddad, el sucesor de Lula
TOM C. AVENDAÑO | JAVIER LAFUENTE | São Paulo 7 OCT 2018 - 17:51 CEST
El miedo a que un militar retirado admirador de la dictadura alcance el poder y el rechazo que genera la sombra de Lula, el político más carismático de la historia de Brasil se ven las caras este domingo en las urnas. Una cita marcada por el auge de Jair Bolsonaro, que no ha dejado crecer en la última semana. El diputado ultraconservador cuenta con el 40% de los votos, frente al 25% de Fernando Haddad, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) que se presenta en sustitución de Lula, según la última encuesta divulgada este sábado por Datafolha.
Seguidores del candidato presidencial Jair Bolsonaro participan en un acto electoral, este sábado en Brasilia. En vídeo, elecciones decisivas en Brasil. EVARISTO SA (AFP) | EPV
Alrededor de 147 millones de brasileños decidirán si la cita de este domingo se torna decisiva o se espera a dentro de tres semanas, lo que a buen seguro agudizará la polarización del país. Una victoria de Bolsonaro en primera vuelta —solo Fernando Henrique Cardoso lo ha logrado en los últimos 30 años, en 1994 y 1998— supondría un maremágnum político para el país más grande de América Latina. El triunfo del capitán retirado del Ejército, un político de 63 años racista y machista, llevaría al poder los ideales más retrógrados de la región, de acuerdo con la ola reaccionaria que sacude buena parte del mundo, y sumiría a Brasil en una era incierta después de los años más convulsos tras el fin de la dictadura militar, en 1985. Dos décadas a las que, precisamente, Bolsonaro se retrotrae constantemente con visos de añoranza, cuando no de admiración.
El líder ultraconservador, que ha permanecido tres de las últimas cuatro semanas de campaña hospitalizado tras ser apuñalado por un lunático, ha salido indemne de sus bravuconadas y posiciones más extremas; también de la hemeroteca que le ha sacudido toda la campaña o de las recientes protestas multitudinarias, encabezadas por mujeres, que se produjeron hace una semana. Hasta el punto de que parte del establishment ha abrazado a alguien que siempre se ha presentado como un outsider. https://elpais.com/internacional/2018/10/07/america/1538871839_022438.html?id_externo_rsoc=TW_AM_CM
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