WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump y su exasesora Omarosa Manigault se enfrentaron el lunes en un choque que involucra un libro muy crítico del mandatario, grabaciones secretas y muchos insultos, con lo que hicieron evocar sus papeles como jefe de un reality show y la villana.
Ya tarde el lunes, Trump desmintió la afirmación de Manigault Newman de que ella había escuchado una grabación de audio de él usando un insulto para referirse a los afroestadounidenses.
El mandatario tuiteó que había recibido una llamada del productor del programa “The Apprentice” asegurándole que “no hay cintas de The Apprentice en las que yo usara una palabra tan terrible y desagradable como lo atribuye la chiflada y desquiciada Omarosa”.
Trump insistió: “No tengo esa palabra en mi vocabulario, y nunca la he tenido”. Dijo que Manigault Newman lo había llamado “un verdadero paladín de los derechos civiles” hasta que fue despedida.
Manigault Newman, que fungía como enlace de la Casa Blanca con los votantes negros, escribe en sus nuevas memorias que escuchó que esas cintas sí existen. Dijo el domingo que había escuchado una de ellas después de que el libro ya se había ido a la imprenta.
Horas antes, Trump acusó a Manigault Newman de ser “chiflada” y “no inteligente” después de que ella reveló su grabación de una conversación telefónica con el presidente.
Más allá de la guerra de palabras, el pleito atrajo atención hacia varias cuestiones delicadas en la Casa Blanca de Trump, incluida la falta de diversidad racial entre los altos funcionarios, problemas en la seguridad, una cultura que algunos allí sienten bordea la paranoia y las medidas extraordinarias utilizadas para hacer que los exempleados guarden silencio.
En un reconocimiento inusual, Trump admitió que tal vez el pleito público es indigno de una persona en el puesto que él ocupa, y tuiteó que sabe que “no es presidencial” enfrentar a “una infeliz como Omarosa”. Pero añadió: “Esta es una forma de comunicación moderna y sé que los Medios de Noticias Falsas trabajarán horas extras para que incluso la chiflada de Omarosa parezca lo más legítima posible. ¡Lo siento!“.
La disputa ha ido creciendo desde hace días mientras Manigault Newman promueve su libro “Unhinged” (“Desquiciado”), que el martes saldrá a la venta oficialmente. La obra presenta una imagen muy crítica de Trump, incluida la afirmación de ella de que él profirió insultos racistas en el plató de su reality show “The Apprentice”.
En una serie de entrevistas con la cadena NBC, Manigault Newman también reveló dos grabaciones de audio de la época en que estuvo en la Casa Blanca, incluidas porciones de una grabación sobre su despido por el jefe de despacho John Kelly, que ella dice se llevó a cabo en la Sala de Crisis de alta seguridad _en la que no se permite ingresar con dispositivos electrónicos_, y una llamada telefónica con Trump después de que fue despedida.
Manigault Newman dice tener más grabaciones. Cuando se le preguntó en un programa de la NBC si el fiscal especial Robert Mueller _que investiga la posible coordinación entre la campaña de Trump y Rusia_ estaría interesado en alguna de ellas, respondió: “Si su oficina vuelve a llamarme, les compartiré lo que quieran”.
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Las periodistas de The Associated Press Darlene Superville y Hope Yen colaboraron desde Washington.