EL MUNDO
Opinión: Alemania e Israel: ¿relaciones "especiales"?
A pesar de la significancia de la historia que comparten ambas naciones, las relaciones entre Alemania e Israel no son tan extraordinarias como todos creen, opina Michael Wolffsohn.
Pese al recitado mantra de que las relaciones entre Alemania e Israel son muy especiales, hay razones de peso para asegurar que estas dejaron de ser singulares desde hace tiempo. Más leyendas que hechos caracterizan el imaginario de lo que es la relación germano-israelí. Así, en lugar de solo opinar y de recitar lo mismo de siempre, hablemos de hechos representativos. Primero, las encuestas: desde principios de los años ochenta, Israel ha sido uno de los tres Estados más impopulares en las mentes y los corazones de los ciudadanos alemanes. La opinión pública sobre este trío ha cambiado con el pasar del tiempo: Irán, Corea del Norte, la Libia de Gaddafi, la Sudáfrica del "Apartheid". Pero Israel siempre ha pertenecido a la lista de los impopulares.
Supremacía moral de los alemanes
¿Cuál será la razón de esto? ¿Será que la empíricamente demostrable mayoría de alemanes en su sentido moral de superioridad ya no se siente avergonzada con Israel? Por el contrario, a Israel se le ha enseñado qué es realmente moralidad política; durante mucho tiempo, el tema no fue tratado por los medios, la política o la sociedad. Pero incluso esta fase ya es cosa del pasado.
La personificación de la instrucción alemana sobre lo político y moralmente correcto fue Sigmar Gabriel, mientras fungió como ministro de Asuntos Exteriores. No obstante, incluso el canciller Helmut Schmidt, en el otoño de 1980, calificó a Israel de peligro para la paz mundial. Y Gerhard Schröder, durante su mandato, evitó, cuando pudo, hablar con el Gobierno de Israel.
Incluso menos que el liberal FDP y sus partidarios, los representantes electos del partido de Izquierda se encuentran entre los "amigos especiales” de Israel. Vale aclarar que es indudablemente una leyenda el que no haya antisemitas en el AfD. Sin embargo, la venenosa crítica a Israel y el engreimiento moral provienen más bien de una vieja izquierda del partido cristianodemocráta CDU - como lo hizo en su tiempo el veterano ministro de Trabajo Norbert Blüm - que de la extrema derecha.
Para los israelíes, el segundo país más popular
Muy diferente, y también confirmado por las encuestas durante décadas, es la imagen que tienen de Alemania la mayoría de los israelíes. Después de Estados Unidos, Alemania es el segundo país más popular en el estado judío. La popularidad de Angela Merkel, por ejemplo, superó muchas veces a la de Barack Obama.
En abril de 2017, se produjo un escándalo: Benjamin Netanyahu se negó a recibir al Ministro de Asuntos Exteriores, Gabriel.
Cerca de 30.000 israelíes viven en Alemania, de los cuales alrededor de 20.000 viven en Berlín. Para ellos, la capital de Alemania no es la Jerusalén celeste, sino que prefieren Berlín a la Jerusalén terrenal y erigen, simbólicamente exagerado, el Templo de Salomón, esperando hacer las paces aquí con los palestinos (y no en el Medio Oriente). Desde este punto de vista, esto es ciertamente "especial", aunque no particularmente efectivo en y para el Medio Oriente. Aún así, queda muy difícil defender que Berlín sea este pseudoparaíso terrestre. "¡Judíos al gas!", gritaron en Alemania los fanáticos musulmanes y sus amigos alemanes, en su mayoría izquierdistas, durante el conflicto entre la Franja de Gaza e Israel en julio de 2014. En general, la violencia musulmana contra los judíos e israelíes de la diáspora, "especialmente" en Berlín, ha sido durante mucho tiempo un fenómeno cotidiano.
La leyenda del dar y recibir
La noción de que Israel es el que recibe y Alemania el que da es otra de las leyendas "especiales" germano-israelíes. La idea se nutre de hechos de la década de 1950: indiscutiblemente, el acuerdo de reparaciones de Israel concluido por el Gobierno de Adenauer en 1952 hizo posible su supervivencia económica. Sin embargo, durante la Guerra Fría, Alemania y la OTAN se beneficiaron de la experiencia de Israel con las armas soviéticas, que fueron neutralizadas o confiscadas en batallas con Estados árabes y palestinos. Hoy, las Fuerzas Armadas alemanas serían aún menos operativas sin los drones israelíes, así como la asistencia israelí es casi indispensable en la prevención y respuesta ante posibles ataques terroristas.
Además, el conocimiento técnico israelí es imprescindible no solo para la economía alemana. Un ejemplo entre muchos: cada productor alemán coopera con compañías israelíes en el desarrollo de automóviles del futuro.
A Alemania e Israel los conectan intereses comunes en el presente y futuro; mucho más de lo que los separa el ayer. Así, para cualquiera que quiera hacer valer sus intereses, es recomendable no exagerar, pero tampoco callar los problemas, algo que en Israel es más reconocido que en Alemania; en el discurso público alemán, este hecho parece seguir siendo ampliamente desconocido.
Autor: Michael Wolffsohn (JOV)
Michael Wolffsohn, nacido en 1947 en Tel Aviv, es historiador y publicista. De 1981 a 2012 enseñó Historia Moderna en la Universidad de las Fuerzas Armadas Alemanas en Múnich.
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- Fecha 18.04.2018
- Autor Michael Wolffsohn
- Temas Angela Merkel, Alemania, Israel, Sigmar Gabriel
- Palabras clave Israel, Alemania, relaciones, antisemitismo, Sigmar Gabriel, Angela Merkel
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