HABLANDO
POR CARTA
“Donde no
hay justicia es peligroso tener razón” (Quevedo)
Por JUAN T H
Dicen
que los “jueces hablan por sentencia”.
En
nuestro país algunos jueces, sobre todo los que dirigen el sistema judicial,
hablan “hasta por los codos” porque entienden que su función no es administrar
justicia, es hacer política.
La
magistrada Mirian German Brito, presidente de la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia, que no suele hablar nunca, lo hizo a través de una carta
dirigida a su colega Fran Soto, miembro dirigente del Partido de la Liberación
Dominicana.
La
comunicación de Germán Brito no puede ser más elocuente sobre lo que está sucediendo
en la justicia desde que el PLD decidió
asumir su control escogiendo jueces por
razones políticas, para tener bajo su dominio los llamados tres poderes del
Estado, a saber, el Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
(El
“Cuarto Poder”, La Prensa, también le pertenece tras la compra de periódicos,
impresos y digitales, emisoras, canales de televisión, periodistas y
comunicadores, invirtiendo en ellos
miles de millones de pesos anualmente)
En
las Altas Cortes del PLD apenas hay dos o tres magistrados sin militancia
partidaria o vínculos con la cúpula de esa organización, que fueron
seleccionados a regañadientes, para llenar
requisitos y darle ciertos visos de independencia al Sistema.
Para
un partido envilecido por la corrupción es imprescindible, dominar jueces y fiscales es vital para evitar que
sus dirigentes y funcionarios
gubernamentales terminen en la cárcel tras comprobarle sus fechorías depredando
el Estado.
Mirian
Germán Brito es abogada desde 1972, graduada con honores, que ingresa al tren
judicial dos años más tarde, donde ha pasado “la mil y una”, justamente por no
plegarse a los mandatos del poder político que suele colocarse por encima de la
justicia y de la ley.
Esta
mujer goza de un enorme prestigio en la sociedad fruto de todos sus años de
ejercicio, escalando peldaños con muchos sacrificios por más de 40 años, en esa
doble función de profesional y madre de cuatro hijos. Jamás ha sido involucrada
en actos reñidos con la ética y la moral como abogada, ni como jueza. No
negocia, ni vende sentencia. El legado a la sociedad y a sus hijos es su
honestidad, actuar “de cara al sol” para no tener luego que avergonzarse y
bajar la cabeza.
Una
jueza o un juez con esos valores (que los hay en todo el país) en un Sistema Judicial maleado y corrompido,
es un problema; una especie de “clavito en el zapato”, porque no recibe, ni
acepta órdenes de “arriba”, porque no “coge corte” con presiones, extorsión o
chantaje de políticos y funcionarios corruptos, como lo hacen otros.
La
carta de Mirian Germán al señor Fran Soto, político investido de juez, a quién
acusa de irrespetuoso, malcriado, prepotente, arrogante, dueño y señor porque
está protegido por su partido, hoy en el gobierno, es una muestra de
arrojo, gallardía y ratificación de sus
principios éticos.
La
magistrada demuestra, una vez más, que no le teme al poder, que no se aferra al
cargo que ocupa. ¡Gracias por el ejemplo, magistrada!
Dicen
que una golondrina no hace verano. Y es cierto. Pero no anuncia...
10
de octubre de 2015. SANTO DOMINGO
Juan
Taveras Hernández
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