jueves, 5 de marzo de 2015

Ley de Partidos y el grito de Jeremías - Por Paulino Antonio Reynoso

Por: Paulino Antonio Reynoso
Marzo 5, 2015. SANTO DOMINGO

Primero quiero reivindicar un derecho que me asiste.  Perdón que hablo en primera persona, pero debo aclararle a mi querida compañera de partido Doña Milagros Ortiz Bosch, y a los que no lo sabían, que fui el primero en la República Dominicana que hizo pública una propuesta de Ley de Partidos Políticos.
Esa propuesta la hice pública el 23 de diciembre del 1993 en una rueda de prensa en el local situ
ado en la Avenida 27 de Febrero esquina Máximo Gómez, sede principal del Movimiento Nuevo Poder. En ese momento yo era candidato presidencial por dicho movimiento político.
Rafael Chaljub Mejía es testigo viviente de eso. Él fue el principal impulsor de esta noble idea.
Esa propuesta se la entregamos al Presidente de la Junta Central Electoral de entonces, encabezada por el trujillista y excluyente funcionario Manuel García Lizardo y a todos los principales dirigentes de los partidos políticos existentes en ese momento.
Después de entregar nuestra propuesta, que en ese momento no era más que un bosquejo general, fuimos a varios medios de comunicación y explicamos el alcance y la importancia de esta nueva ley.
Pero no olvidemos que después de las elecciones del 16 de mayo del 1994, en las que fui candidato presidencial, el país vivió unos meses de crisis que nos mantuvo al borde de un caos general.
Fue cuando se firmó el Pacto por la Democracia, que aunque hubo significativos advances, fue el resultado de la intervención de sectores muy conservadores y que tenían la firme decisión de obstaculizarle el camino hacia el Palacio Nacional a José Francisco Peña Gómez. Monseñor Agripino Núñez Collado, el Cardenal López Rodríguez, sectores empresariales, los Estados Unidos, entre otros, estaban al frente de esas escaramuzas contra el PRD de entonces.
De ahí que nuestra propuesta por una ley de partidos y agrupaciones políticas sufrió un gran tropiezo. Todos nos enfocamos en la solución de la crisis y en las elecciones que debían celebrarse en dos años por disposición constitucional.
Después de todos esos años de lucha, el partido oficial, la Corporación Económica llamada PLD, acaba de aprobar un mamotreto de ley de partidos y agrupaciones políticas, ajustada a sus conveniencias políticas.
Aquí vienen los gritos de Jeremías de que tanto se habla. Jeremías lamenta la destrucción de Jerusalén en su soledad. Estuvo llorando entre las cenizas. ¿Por qué había sido destruida la ciudad? La ciudad había pecado.
¿Qué pasó que el PRD,  con mayoría en el Congreso desde el 1998 hasta el 2006, no aprobó esa ley de partidos que ya cursaba en el congreso? ¿Por qué si el sistema de partidos lo reclamaba para ser adecentado el PRD no tuvo la valentía de aprobarla? Ahora que el PLD aprobó un mamotreto estamos gritando y acuasándolo?
Esa es una gran lección para la clase política dominicana, pero muy especial para el Partido Revolucionario Moderno (PRM). Dejarse conducir por miopes, por mercanderes de la política y por intereses de grupos nos conduce al abismo. Hay errores que no se deben repetir.
Hoy lloramos como niños lo que no supimos defender como hombres.
Tuvimos personas en el Congreso con un profundo deseo de servirle a la Patria. Pero también tuvimos antipatriotas, mezquinos y comecheques que nos han hecho un gran mal a todos.
Así pasó con la propuesta que hicimos sobre tránsito y transporte. Incluso, el presidente Hipólito Mejía la envió al Senado para aprobarse después de haber sido consensuada. Pero a los senadores no les dio las ganas de hacerlo. Eso no daba comisiones. Los que estábamos preocupados para que se aprobara esta importante ley, no dábamos dinero.
Sin embargo, algunos legisladores nuestros sí estaban de acuerdo y dieron sus votos a fin de que se privatizaran las empresas del Estado. Eso sí daba resultados financieros.
Acaecidos estos percances, solo nos queda la esperanza de que el PRM no cometa los mismos graves errores que cometió el PRD.
Después de todo, en medio de estos gritos, cabe preguntarse: ¿Qué se podía esperar de un partido cuyos principales dirigentes están siendo acusados de graves actos de corrupción y de haber manejado dinero de narcotraficantes confesos?

*El autor es dirigente político y escritor.
tonreino@gmail.com

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