EDITORIAL
Por una ley del primer empleo
Con el nivel de capacitación y de participación que está teniendo la juventud en la educación universitaria y técnica, el reto de la sociedad es abrir las oportunidades de trabajo para esta enorme masa de ciudadanos que eligió el camino de la formación profesional para poder servir mejor al país.
No sería sensato que después de consumir años y recursos en su preparación, estos jóvenes no encuentren trabajo digno para encauzar sus conocimientos porque la sociedad no ha creado las condiciones legales para que el Estado y las empresas privadas asuman una política de primer empleo, como paso inicial para estructurar otros mecanismos de apoyo a estos talentos.
Viene a resultar bastante oportuna, en este contexto, la iniciativa de la Cámara Dominicana de Empresarios Comerciales de someter un anteproyecto de ley de primer empleo en el Congreso, que abrirá el camino del empleo de miles de jóvenes profesionales que salen de nuestras aulas universitarias.
Una de sus bases de sustentación es que el 10 por ciento del salario que paguen las empresas a los del primer empleo sea acreditado al pago del Impuesto sobre la Renta de los empleadores y que se garantice un contrato de un año de trabajo, tras el cual podrían quedarse, si califican, como empleados fi jos con todos sus beneficios.
Una ley de este calibre es impostergable. Puede ser la primera respuesta concreta a un problema que, si no se resuelve, generaría un estado de frustración general en las nuevas generaciones de profesionales y técnicos que han ido a las aulas justamente a prepararse para servir al país.
En el conocimiento de este anteproyecto en el Congreso no pueden permitirse demagogias, populismos ni tratativas que adulteren el espíritu de una ley de esta naturaleza o que conviertan en complejo este anteproyecto, para trabarle su buen y expedito curso en las cámaras, que es lo que a menudo sucede con iniciativas que intencionalmente se dejan caer para que nunca se aprueben.
https://listindiario.com/editorial/2018/11/29/543679/por-una-ley-del-primer-empleoNo sería sensato que después de consumir años y recursos en su preparación, estos jóvenes no encuentren trabajo digno para encauzar sus conocimientos porque la sociedad no ha creado las condiciones legales para que el Estado y las empresas privadas asuman una política de primer empleo, como paso inicial para estructurar otros mecanismos de apoyo a estos talentos.
Viene a resultar bastante oportuna, en este contexto, la iniciativa de la Cámara Dominicana de Empresarios Comerciales de someter un anteproyecto de ley de primer empleo en el Congreso, que abrirá el camino del empleo de miles de jóvenes profesionales que salen de nuestras aulas universitarias.
Una de sus bases de sustentación es que el 10 por ciento del salario que paguen las empresas a los del primer empleo sea acreditado al pago del Impuesto sobre la Renta de los empleadores y que se garantice un contrato de un año de trabajo, tras el cual podrían quedarse, si califican, como empleados fi jos con todos sus beneficios.
Una ley de este calibre es impostergable. Puede ser la primera respuesta concreta a un problema que, si no se resuelve, generaría un estado de frustración general en las nuevas generaciones de profesionales y técnicos que han ido a las aulas justamente a prepararse para servir al país.
En el conocimiento de este anteproyecto en el Congreso no pueden permitirse demagogias, populismos ni tratativas que adulteren el espíritu de una ley de esta naturaleza o que conviertan en complejo este anteproyecto, para trabarle su buen y expedito curso en las cámaras, que es lo que a menudo sucede con iniciativas que intencionalmente se dejan caer para que nunca se aprueben.
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