OPINIÓN
La experiencia para la transición
POR RICAR RODRÍGUEZ
miércoles 30 de enero, 2019
Recuerdo como ahora mismo la primera vez que intercambié ideas sobre la diferencia entre transición y cambio, y fue con un pensador político destacado en un ambiente académico, durante un módulo del programa Agentes de Cambio de la Fundación Friedrich Ebert.
Cuando la persona en cuestión entró al espacio de conferencia-debate, empezó su participación describiendo la situación nacional actual y explicando de forma casi panegirista, intrincada, una figura disfrazada en la palabra “cambio”, que debiera ser quien, o que, sustituya el actual gobierno en el 2020.
Continuó su participación rechazando y llamando a descartar la “transición”, basado en el mismo discurso confuso, lleno de indirectas y de palabras cuidadosamente escogidas para predisponer sutilmente a los presentes.
Al percatarme de tal acción procedí a preguntar: ¿Por qué el cambio y no la transición, se supone, por lógica, que antes de un cambio debe haber un periodo? Pero trató de esquivar la pregunta dando una respuesta un poco vaga. Luego de insistirle, el pensador me dijo, a su entender, la diferencia política entre una transición y un cambio.
Para el, y para Wikipedia transición es, “un proceso de radical transformación de las reglas y de los mecanismos de la participación y de la competencia política, desde un régimen democrático hacia el autoritarismo”. Hizo mucho énfasis en la palabra autoritarismo, pero se le olvidó decir que el concepto puede surgir a la inversa, o sea del autoritarismo, hacia la democracia.
Mientras su definición de cambio es un proceso, casi repentino, de la situación socioeconómica de un país. Luego de exponer la diferencia, se sinceró ante los presentes y dijo que a lo interno de su partido, que también es el mío, hay un proceso venidero de convención, en el cual, los dos candidatos con más posibilidades están desarrollando estos dos conceptos para atraer votos y construir un país diferente, pero que “ninguno de los dos candidatos expone, de manera teórica, la definición de estas ideas”.
El pasado sábado 26 de febrero, mientras participaba en una actividad política, en la cual el equipo al que pertenezco, el de la Doctora Geanilda Vásquez, apoyó al precandidato presidencial Hipólito Mejía, quien en su participación si describió, a su forma, el concepto de transición.
El expresidente de la República, y muy posible candidato por nuestro Partido Revolucionario Moderno, y la Doctora Vásquez, hablaron sobre los grandes males de nuestro país y la mala praxis política del PLD, y sobre la necesidad de que una persona de decisiones firmes, de gran sinceridad, con experiencia de estado y que conecte y conozca su pueblo, lleve las riendas de la República Dominicana.
Se expuso porque debe ser una transición que extirpe de forma paulatina todo el mal que hoy impera en las instituciones públicas. Se valoró las intenciones de los demás compañeros que aspiran, pero como dijo Geanilda, “El horno no está para galleticas”.
Y es que vemos como día a día nos ofrecen cambios, desde hace mas de 20 años, y muchas personas, pero ahora si encontramos una verdadera opción. ¡La experiencia para la transición!
http://m.elnuevodiario.com.do/la-experiencia-para-la-transicion/?utm_source=google&utm_medium=organic
Por Ricar Misael Rodríguez H.
La experiencia para la transición
POR RICAR RODRÍGUEZ
miércoles 30 de enero, 2019
Recuerdo como ahora mismo la primera vez que intercambié ideas sobre la diferencia entre transición y cambio, y fue con un pensador político destacado en un ambiente académico, durante un módulo del programa Agentes de Cambio de la Fundación Friedrich Ebert.
Cuando la persona en cuestión entró al espacio de conferencia-debate, empezó su participación describiendo la situación nacional actual y explicando de forma casi panegirista, intrincada, una figura disfrazada en la palabra “cambio”, que debiera ser quien, o que, sustituya el actual gobierno en el 2020.
Continuó su participación rechazando y llamando a descartar la “transición”, basado en el mismo discurso confuso, lleno de indirectas y de palabras cuidadosamente escogidas para predisponer sutilmente a los presentes.
Al percatarme de tal acción procedí a preguntar: ¿Por qué el cambio y no la transición, se supone, por lógica, que antes de un cambio debe haber un periodo? Pero trató de esquivar la pregunta dando una respuesta un poco vaga. Luego de insistirle, el pensador me dijo, a su entender, la diferencia política entre una transición y un cambio.
Para el, y para Wikipedia transición es, “un proceso de radical transformación de las reglas y de los mecanismos de la participación y de la competencia política, desde un régimen democrático hacia el autoritarismo”. Hizo mucho énfasis en la palabra autoritarismo, pero se le olvidó decir que el concepto puede surgir a la inversa, o sea del autoritarismo, hacia la democracia.
Mientras su definición de cambio es un proceso, casi repentino, de la situación socioeconómica de un país. Luego de exponer la diferencia, se sinceró ante los presentes y dijo que a lo interno de su partido, que también es el mío, hay un proceso venidero de convención, en el cual, los dos candidatos con más posibilidades están desarrollando estos dos conceptos para atraer votos y construir un país diferente, pero que “ninguno de los dos candidatos expone, de manera teórica, la definición de estas ideas”.
El pasado sábado 26 de febrero, mientras participaba en una actividad política, en la cual el equipo al que pertenezco, el de la Doctora Geanilda Vásquez, apoyó al precandidato presidencial Hipólito Mejía, quien en su participación si describió, a su forma, el concepto de transición.
El expresidente de la República, y muy posible candidato por nuestro Partido Revolucionario Moderno, y la Doctora Vásquez, hablaron sobre los grandes males de nuestro país y la mala praxis política del PLD, y sobre la necesidad de que una persona de decisiones firmes, de gran sinceridad, con experiencia de estado y que conecte y conozca su pueblo, lleve las riendas de la República Dominicana.
Se expuso porque debe ser una transición que extirpe de forma paulatina todo el mal que hoy impera en las instituciones públicas. Se valoró las intenciones de los demás compañeros que aspiran, pero como dijo Geanilda, “El horno no está para galleticas”.
Y es que vemos como día a día nos ofrecen cambios, desde hace mas de 20 años, y muchas personas, pero ahora si encontramos una verdadera opción. ¡La experiencia para la transición!
http://m.elnuevodiario.com.do/la-experiencia-para-la-transicion/?utm_source=google&utm_medium=organic
Por Ricar Misael Rodríguez H.
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