La deuda pública que no es pública (1/2)
17 Sep, 2015 | por Alejandro Fernández W.
“La deuda de las entidades públicas no financieras (principalmente la CDEEE) no se registra correctamente porque la Dirección General de Crédito Público carece de información… La mayor parte de la deuda de la CDEEE no se ha tenido en cuenta en el cálculo de la deuda pública.”
Al Estado dominicano y a su sector eléctrico les sobra dinero. Aunque le parezca difícil de aceptar, sólo una idea tan absurda como esa, justificaría una aún más simpática, como fue la negociación financiera recientemente concluida con los generadores eléctricos.
Bajo el “Acuerdo de Reconocimiento de Deuda y Pago”, el sector eléctrico estatal estableció todo un “esquema” y cronograma de pago para hacerle frente a más de US$800 millones en atrasos acumulados con los generadores eléctricos.
Entre los puntos chocantes del “Acuerdo” está la tasa de interés que se cobrará durante la vigencia del mismo: 10.0% sobre atrasos que fueron llevados a deudas totalmente dolarizadas.
El administrador general de la CDEEE, según nos adelantara el ministro de Hacienda hace tres semanas, es quien ha asumido la carga de esta negociación que causó, entre otros disgustos, acusaciones hasta de “chantaje” a los generadores.
Justificando su negociación, la CDEEE nos adelantó que ha logrado “congelar los elevados intereses que pagaba”, lo que le permitiría “importantes ahorros”.
Parecería ser que los generadores, además de chantajistas en potencia, son usureros, pues sus deudas generaban intereses que “oscilaban entre el 7% y el 32%, que ha cambiado por una tasa fija anual.”
Como ahora están cobrando, los generadores, en otros momentos locuaces y empinados hacedores de opinión, no han reaccionado a estas declaraciones.
Pienso, sin embargo, que es importante que sepamos distinguir la realidad de las exageraciones y la propaganda. Por no hacerlo, de hecho, nos vamos a dar el lujo de pagar el doble de interés financiero.
El negocio de capa perros
¿Cuál es el costo real de la deuda eléctrica? ¿Realmente cobran tanto como el usurero 32%? ¿O es más cercano al 7%? ¿Es el 10% negociado una buena tasa?
Dato: El 85% de la deuda eléctrica genera un interés de 6.6%, el promedio de la banca criolla. Esa tasa es mejor que el 7.7% o 8.4% que Banreservas le exige a su propio dueño, el Estado dominicano.
¿Se llega a cobrar hasta el 32%? Sí, sobre ciertas transacciones del mercado spot se calcula la tasa activa en RD$ de 14% más un recargo de 18% que eleva el costo al cuasi-usurero 32%.
Segundo dato: Por muchos años, aún pudiéndose cobrar contractualmente, administraciones pasadas de la CDEEE habían logrado que los generadores no aplicaran el necio recargo de 18%.
Tercero: Por razones que desconozco, se volvió a cobrar. Esto encareció significativamente el otro 15% de la factura energética vendida fuera de contrato, a cuyos saldos se le aplicaba la tasa mayor.
¿El costo de la deuda, pues? En vez de ser el 6% – 6.8% según otros analistas, o el 7.7%, según nuestras estimaciones sin el recargo, se ha encarecido entre el 9.0% y el 10.3%, tasas cercanas al 10.0% que ahora se ha fijado por 59 meses para devengar los futuros intereses.
La oportunidad perdida
Ahora bien, para dimensionar el real encarecimiento de la deuda eléctrica, toca verlo no desde la CDEEE, sino desde el ángulo de Crédito Público (que dice desconocer la operación), Hacienda (quien la hizo pública y hasta la celebró) y el nuestro, los contribuyentes que terminaremos pagándola.
Así como el Estado emitió bonos soberanos para recomprar la deuda de PetroCaribe, igualmente pudo ahora hacer una sustitución de pasivos, intercambiando la auto-impuesta deuda del 10% por bonos soberanos al 4.9% en US$.
De replicar PetroCaribe, habríamos ahorrado, de aquí al 2020, US$114 millones. Si le pareciera poco, ese monto (RD$5,130 millones) iguala todas las inversiones en las redes de EdeSur ejecutadas en el 2013, 2014 y lo que va de 2015.
Que nos hayamos decantado por la opción más costosa para el contribuyente dominicano obedece a una sola razón: Aunque usted no lo crea, la deuda eléctrica, acumulada por empresas de propiedad y gestión pública, brindando un servicio público, que es pagada en gran medida con fondos públicos y que ha sido asimilada como pública en el pasado y que la Superintendencia de Bancos trata como deuda pública ¡no es “pública”!
Como no es “pública”, esa deuda no entra en las estadísticas de Crédito Público. Así, mientras PetroCaribe disminuyó la deuda 3.3% del PIB, para ahorrarnos los US$114 millones, tendríamos que aceptar un aumento de 1.3% del PIB.
Tendríamos, también, que cuestionar cómo fue que se acumuló más de US$800 millones en atrasos, dada la estrepitosa caída en los combustibles, el necio congelamiento de la tarifa eléctrica y las transferencias corrientes ya realizadas a favor del sector eléctrico. ¿Alguien se anima?
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