viernes, 16 de octubre de 2020

Canto y llanto por Manzanillo (1 y 2) _ Por ISIDORO SANTANA

EL TIEMPO QUE ME HA TOCADO VIVIR
Canto y llanto por Manzanillo (1 de 2)
Manzanillo es mucho más que un puerto. Es el único lugar, de tierras planas y costeras, que le queda al país para desarrollar un ambicioso polo de desarrollo, sin tener que expropiar terrenos privados ni forzar desplazamientos de población e inversiones privadas.
Por ISIDORO SANTANA 02-10-2020 00:06

Es muy alentador que las primeras dos visitas a ciudades del interior realizadas por el Presidente Luis Abinader hayan sido a las dos esquinas más apartadas de la patria, pero también más prometedoras a pesar de su ancestral abandono: Pedernales y Manzanillo.

La primera con un enorme potencial para desarrollar un nuevo tipo de turismo, más inclusivo y ambientalmente amigable; y la segunda para un polo de desarrollo naviero, comercial, logístico, industrial y energético. En este caso me voy a referir a Manzanillo.

En un artículo reciente publicado por el escritor Miguel Ángel Fornerín (El espacio de la memoria, del tiempo recuperado al imaginario social), en el suplemento Areíto del diario Hoy, nos recuerda inquietudes expuestas históricamente por algunos de los más preclaros pensadores dominicanos, incluyendo Américo Lugo, Peña Batlle y Juan Bosch, definiendo como una tragedia para la nación dominicana la desintegración territorial que se inició con las devastaciones de Osorio.

De Peña Batlle cita que, “luego de criticar el monopolio del puerto de Santo Domingo sobre las ciudades despobladas, señala: “con solo haberse declarado uno de los puertos del norte, la Española hubiera mantenido la estabilidad de su comercio y habría con ello echado las bases de una nacionalidad homogénea y normalmente desarrollada”

El problema es que la cosa no paró con el siglo XVII. Todavía a mitad del siglo XX, el censo de 1950 registra en las provincias del norte, que conocemos como el Cibao (de Dajabón a Samaná), el 52% de la población nacional, mientras hoy, pendiente del censo que debió hacerse este año, la ONE estima que tienen apenas el 32.7%. Y Manzanillo es el único gran proyecto a la vista que puede ayudar a revertir esa tragedia.

 https://acento.com.do/opinion/canto-y-llanto-por-manzanillo-1-de-2-8866608.html 
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EL TIEMPO QUE ME HA TOCADO VIVIR

Canto y llanto por Manzanillo (2 de 2)

Lo que resultó evidente es que el proyecto se encontró con un gran escollo, que se llama Donald Trump, en una actitud propia del que “ni hace ni deja hacer”. Claro está, si todas las inversiones que involucra el desarrollo de Manzanillo y, de paso, de toda la región norte, fueran ejecutadas por empresas estadounidenses

Por ISIDORO SANTANA 

En la primera parte decíamos que Manzanillo es el único lugar que le queda al país para desarrollar un ambicioso polo de desarrollo en torno a un megapuerto y, de paso, contribuir a equilibrar geográficamente el crecimiento de la economía dominicana.

La idea de un ferrocarril de carga y pasajeros, planteada, que conecte el Norte y el Sur no es una idea descabellada, pero tampoco es un proyecto viable en una primera etapa, mientras no sean desarrolladas las actividades que justificarían una masa crítica de uso. Y entonces sería conveniente que su trazado no compita con la autopista Duarte, sino que debería cubrir las ciudades que fueron dejadas de lado por ella, como Mao, Moca, Salcedo, S. F de Macorís y Cotuí.

Como el polo de Manzanillo es un proceso estratégico, dentro del equipo económico del pasado gobierno se trabajó bastante en avanzarlo. Pero se necesita atraer inversiones privadas. Ahora bien, para evitar el riesgo de que el mejor puerto del país fuera objeto de una negociación de oficina, y finalmente controlada por un monopolio privado, se optó por trabajar en dos aspectos: El desarrollo de un plan maestro, para impedir que alguien quisiera comerse la masa y dejar los huesos, y la formulación y aprobación de una Ley de Alianzas Público-privadas.

El objeto de esta última es evitar que ocurra lo que históricamente ha ocurrido: que en toda alianza el Estado ha salido trasquilado, como muestran los casos de Dovicon, que nos salió tan costoso (hubo que pagarle US$135 millones para que se fueran) y de la autopista a Samaná, que nos sigue costando (además del costoso peaje que pagan los usuarios, en el 2019 al fisco la subsidió con RD$2,776 millones, más que el presupuesto de los ministerios de Deportes, Energía y Minas, Economía, Trabajo, Administración Pública, Mujer, Juventud y Cultura).

Contrario a la tradición, en que el inversionista definía las condiciones, con la nueva ley el Estado define previamente las condiciones, y el inversionista se acoge a ellas. De todas formas, dado que el fisco dominicano no tiene recursos ni experticia en la materia, no hay manera de desarrollar el plan maestro de Manzanillo si no es en alianza con el sector privado, nacional y extranjero.

En mi experiencia personal, hicimos esfuerzos de promoción con empresarios nacionales y acercamientos con potenciales inversionistas de Norteamérica, Europa y China. Cuando se establecieron relaciones diplomáticas, me tocó encabezar la primera misión de nivel ministerial que visitó China, con la intención expresa de, entre otras cosas, dar a conocer las potencialidades de Manzanillo.

Presenté el proyecto ante cámaras de comercio de Beijíng y otras provincias, grandes empresas, ministros y funcionarios responsables de las áreas de comercio, inversión y financiamiento, y algunos gobernadores provinciales (nada que ver con los gobernadores de las provincias de RD).

Luego de ello vinieron misiones de empresas interesadas a evaluar la propuesta, se reunieron con quienes tenían que reunirse, y había muy buenas perspectivas. Ahí termina la función de un Ministro de Economía, de modo que, tras ese primer esfuerzo, todas las discusiones pasaron a otros despachos y, finalmente, terminó mi participación en el gobierno y un año después, terminó el gobierno entero.

Lo que resultó evidente es que el proyecto se encontró con un gran escollo, que se llama Donald Trump, en una actitud propia del que “ni hace ni deja hacer”. Claro está, si todas las inversiones que involucra el desarrollo de Manzanillo y, de paso, de toda la región norte, fueran ejecutadas por empresas estadounidenses, entonces feliz, pues se trata de nuestro histórico socio, no solo en comercio, sino en mil aspectos de la vida.

Pero si el capital norteamericano hubiera ido a desarrollar un gran proyecto de desarrollo en la Línea Noroeste podría haberlo hecho sin tener que esperar a que RD estableciera relaciones con China.

Otro escollo menor a esta propuesta se encuentra en la oposición de los empresarios portuarios y navieros que operan en el litoral sur, específicamente Haina y Caucedo, los cuales se sienten muy cómodos con que, cual el antiguo Imperio Romano, “todos los caminos conducen a la capital”.

Aunque en mis artículos no suelo referirme a las cosas en que participé durante mi etapa como funcionario, consideré importante que las nuevas autoridades conozcan la experiencia, para saber las limitaciones con las que bregan, incluso geopolíticas.

https://acento.com.do/opinion/canto-y-llanto-por-manzanillo-2-de-2-8871966.html

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