Ya es hora de actuar contra la corrupción
Hoy quería escribir algo bonito. El 2016 comienza a morir y, en su agonía, quería llevar un mensaje de alegría y esperanza. Sus últimas jornadas, sin embargo, no me lo permiten porque nos están mostrando la cara más triste de la República Dominicana: la de una sociedad burlada, estafada, que lucha por sobrevivir.
Estos días han sido muy duros. Por un lado está el caso Odebrecht, que ha dejado al descubierto lo putrefactas que están las esferas de poder; y por el otro la trama de Percival Matos, quien ha dado un nuevo golpe en un claro desafío a unas autoridades que han sido incapaces de encontrarle.
Aunque parecieran distintos, ambos casos se parecen demasiado: los funcionarios, como Percival Matos, son hijos de un sistema permisivo y vulnerable que juega a la impunidad y al olvido en partes iguales. Todos, además, son discípulos de doña ambición y buscan el dinero fácil, ese que se gana sin importar qué o a quién se lleven por delante.
Lo peor de todo es que, a pesar de que estos casos deberían provocar un estallido de indignación nacional, muchos parecen no reparar en lo que está sucediendo. ¿Nos quedaremos de brazos cruzados cuando el soborno y el dinero fácil roban nuestras oportunidades, seguridad y hasta la vida? Hoy, a escasas horas de que el 2016 se despida, quiero pedirles que en el 2017 hagamos una cruzada contra la corrupción y el descaro. Exijamos que las autoridades den la cara y que los culpables de tanto abuso paguen por todo lo que han hecho. Está bueno de aguantar callados. Dejemos de hacernos los pendejos.
Estos días han sido muy duros. Por un lado está el caso Odebrecht, que ha dejado al descubierto lo putrefactas que están las esferas de poder; y por el otro la trama de Percival Matos, quien ha dado un nuevo golpe en un claro desafío a unas autoridades que han sido incapaces de encontrarle.
Aunque parecieran distintos, ambos casos se parecen demasiado: los funcionarios, como Percival Matos, son hijos de un sistema permisivo y vulnerable que juega a la impunidad y al olvido en partes iguales. Todos, además, son discípulos de doña ambición y buscan el dinero fácil, ese que se gana sin importar qué o a quién se lleven por delante.
Lo peor de todo es que, a pesar de que estos casos deberían provocar un estallido de indignación nacional, muchos parecen no reparar en lo que está sucediendo. ¿Nos quedaremos de brazos cruzados cuando el soborno y el dinero fácil roban nuestras oportunidades, seguridad y hasta la vida? Hoy, a escasas horas de que el 2016 se despida, quiero pedirles que en el 2017 hagamos una cruzada contra la corrupción y el descaro. Exijamos que las autoridades den la cara y que los culpables de tanto abuso paguen por todo lo que han hecho. Está bueno de aguantar callados. Dejemos de hacernos los pendejos.
http://hoy.com.do/ya-es-hora-de-actuar-contra-la-corrupcion/
Cada kilómetro de la Autopista del Coral costó RD$180 millones. Un buen ejemplo de lo que significó Odebrecht en RD: https://t.co/8XQzBEW4Ea— Marien Aristy C. (@marienaristy) 30 de diciembre de 2016
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