Afirmó que un fiscal, cuyo nombre no reveló, le decía que era un loco y un estúpido
A Manuel Antonio Regalado Martínez, el técnico de la telefónica Claro investigado por su presunta vinculación al ‘sabotaje’ a las elecciones municipales del domingo, se le aguaron los ojos cuando le tocó narrar lo que pasó durante las horas que estuvo detenido en el Palacio de la Policía para fines de investigación.
“A mi me allanaron a 11:30 de la noche del domingo. Yo llegué a la oficina de un alto miembro de la Policía de aquí del Palacio, íntegro (haciendo referencia a su condición de salud), y el día de ayer (martes) luego de estar trancado en una habitación sin ver a mi familia, sin llamar, sin saber de nadie, solamente salía a ser interrogado de una manera hostil, me permitieron ver a mi familia y el resultado de todos esos interrogatorios es visible en la condición física que tengo hasta el momento”, reveló Regalado Martínez, quien sufrió un esguince de tobillo y traumatismo en su hombro derecho, según le certificaron la mañana de este miércoles en el Centro Médico Moderno, donde recibió atenciones médicas.
Manuel Antonio Regalado Martínez fue entrevistado al mediodía por la periodista Alicia Ortega, mientras esperaba para entrar nuevamente al Palacio de la Policía, donde dijo recibió “algunas caricias de algunos agentes”. Aseguró que fue golpeado y que durante ese momento se sentía indefenso y “no tenía nada qué hacer, más que pedir a Dios y tratar de que ese momento pasara lo más rápido posible. Gracias a Dios hoy estoy en una situación totalmente diferente”. Dijo que siente miedo y mostró que porta un inmovilizador de hombro.
“Llegué al Palacio de la Policía a la 1:00 de la madrugada del lunes y que después de 10 horas de un interrogatorio (un interrogatorio no, algo que no sé describir) entre más de ocho personas, yo colapsé y al despertar estaba una persona diciéndome “no te hagas”, mientras sus manos golpeaban mi rostro”.
Dijo que en su momento revelará los nombres de las personas que participaron en el proceso de entrevista.
Afirmó que un fiscal, cuyo nombre no reveló, le decía que era un loco y un estúpido, que de él iban a hacer lo que ellos quisieran y que con él iban a estrenar la Ley Electoral, logrando una medida de coerción en su contra de un año y medio. “Yo le dije a ese fiscal avasallante que él podía lograr conmigo una medida de coerción, pero nunca una condena porque no iba a encontrar elementos de cómo hacer de que una persona inocente se viera como culpable”.
Al ser cuestionado sobre las cosas que le preguntaron las autoridades dijo que más que información, había que hablar de cuál era el discurso que querían que se emitiera. No ofreció detalles de a qué se refería y le dijo a la periodista Alicia Ortega que le gustaría en otro escenario, luego de este proceso, ventilar cada uno de esos aspectos, intentando tener una garantía de mi integridad.
Sobre lo que pasó el sábado previo a las elecciones municipales, dijo que prefería hablar sobre eso luego de que concluya el proceso. “Ese tema particular de lo que sucedió el sábado sería mejor ventilarlo después del proceso que estamos llevando para aclarar algunos puntos que todavía por ética y para cuidar y salvaguardar mi integridad no sería bueno hacerlo”.
Al ser cuestionado sobre lo que habría hecho el coronel del Ejército, Koji Maruyama Maruyama, dijo que al depurar el proceso se determinó que sí tenía autorización para estar, si era una persona que estaba apoderado de tener esa parte del proceso, es decir que fue una falsa alarma, pero bajo ninguna circunstancia se ve involucrado en lo que pudiera estar pasando en estos días de cara a los comicios.
Respecto a quién presuntamente le solicitó un vehículo y vestimenta de la empresa telefónica Claro para penetrar a la Junta Central Electoral (JCE) la noche previa a las elecciones municipales, prometió a Alicia Ortega darle, en su momento, los detalles exclusivos de lo que pudo haber estado pasando. “Recuerda que yo, al igual que mi familia, tenemos una integridad que salvaguardar en todo el proceso, y yo soy un peón dentro de todo y todo se rompe por lo más débil”.
Manuel Antonio Regalado Martínez reiteró que temo por su vida y que aseguró que recibió amenazas.
“El problema es que a mi no me trajeron aquí para que explicar. A mi me trajeron como si yo fuera una persona que estuviera conspirando para que hubiera un daño en el proceso. Si la idea de las autoridades que estaban investigando era tratar de dar el matiz de identificar a ciencias ciertas lo que estaba pasando, no fue la manera ni la forma de ejecutar el proceso, sino todo lo contrario, tratar de buscar un culpable en mi de lo que estaba sucediendo, de lo que se empezó a divisar, de lo que se descubrió en el proceso”, afirmó.
Regalado Martínez habló de su relación con el coronel Ramón Antonio Guzman Peralta, perteneciente a la seguridad del aspirante a la presidencia de la República por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, oficial al que se le vincula y que también es investigado.
“Quiero resaltar que el coronel Peralta, para mi, particularmente, es un héroe, una persona con cojones, discúlpame el término, con valor y con una integridad intachable de cara al proceso. Aquí no hay un seguir político, yo soy apolítico, no me gusta la política, me han llamado muchísimos candidatos políticos para contar con su apoyo y bajo ninguna circunstancia accedí a eso porque no quiero que se vea como un acto político, porque no lo es”.
“Acudí a él en el entendido de que somos amigos, porque hemos trabajado en varias investigaciones, conozco que es una persona íntegra y de que el destino que le iba a dar a la información que, también de una manera u otra él manejaba, iba a ser el idóneo. Dándolo en cuenta de que el resultado que se ve hoy, la Policía o los estamentos de investigaciones no buscaban una claridad del proceso sino un culpable del mismo”.
Durante la entrevista, agradeció a sus compañeros de trabajo por el apoyo recibido.
“Gracias al apoyo incondicional de mi empresa (Claro) que nunca me dejó, de verdad que me he sentido como que Claro no es únicamente un lugar de trabajo, sino una familia que al igual que mi papá, que mi mamá, que están conmigo, estuvo en todo momento tratando de ayudarme, y ayudándome en este proceso que hasta el día de hoy vengo con ellos. La gran mayoría de mis compañeros de trabajo, mi director, mi gerente, el presidente de la empresa enfocándose en que todo esto salga bien, apoderando, adicional a los abogados que tengo, a otros abogados en el proceso, acompañándome. Mi director está en el autobús de atrás”.
Regalado Martínez dijo que se sintió atropellado de las altas entidades policiales, de los niveles altos de investigaciones de la Policía, en el trato, en la forma. “Más que una investigación era una cacería de brujas porque no se estaba buscando esclarecer la situación sino un culpable”.
El técnico de la empresa Claro está siendo interrogado nuevamente la tarde de este miércoles en el Palacio de la Policía.