La producción de miel, ese regalo sabroso, saludable y beneficioso que llega de la madre naturaleza, está en peligro, camino a su desaparición en los centros comerciales, debido a la merma de las colmenas y crianza de abejas en pueblos de la región Este.
La disminución se viene registrando desde hace varios años, pero cada día se torna más crítica fruto de que reconocidos productores se han alejado del negocio o se han reducido a su mínima expresión, sin que parezca advertirse el daño, ni hacerse nada para frenarlo.
Al respecto Marcos Zorrilla, un experto en apiarios, quien se inició en esos menesteres para el 1950, considera que la situación “es verdaderamente crítica y preocupante”. De producir 80 cajas que llenaban 5 tanques de 55 galones, solo le quedan unas dos cajas y con tendencia a reducirse, lo cual plantea uno de los peores momentos en la producción apícola.
Se cree que la tendencia a la baja tiene su origen en la deforestación, la cual retrasa la polinización. También se citan las ondas de los celulares, que al coincidir en frecuencia evitan que regresen a su lugar de origen, lo cual analizan los expertos y los efectos de una bacteria.
Zorrilla recuerda los tiempos de Marcelino Ciprián en 1989, uno de los mayores productores de la década pasada y cómo se comercializaban hacia otras zonas del país, en cuyo negocio eran reconocidos; Chichí Vidal y Ramón Santana en Los Corazones; Antonia Reyes de Las Cuchillas; Juan Mariano de El Cuey y Luis Berroa, que tenía 50 cajas en El Seibo.
Narra que la merma se inició con un ácaro, un tipo de garrapata, en los 90, lo que desmotivó a muchos productores. En dicha ocasión se conoció el Apistan, se le aplicó y funcionó, pero no del todo; por lo que se redujeron los 50 miembros de la Asociación de Apicultores Seibanos.
Un cubano, Erick Ventura, en La Romana observó que debido a un tipo de flores en la zona, El Seibo producía de la mejor miel, lo que dinamizó el negocio en los 80, en apiarios que diversificaron de las 17 especies de abejas apice melifera, amarillas alemanas, negra o caucásicas y originarias de Italia.
“Cuando moría la reina elegían una de sus hijas que en 16 días se convertía en una reina y a los 7 días llega a ser fecundada por un zángano y a los 4 días comienza a poner”, refiere.
Justino Zorrilla, quien es de los pocos productores que maneja crianzas con varias cajas, sostiene que el negocio ha mermado. De galones que suministraba de su apiario en Las Cuchillas, solo despacha botellas y en menor proporción.
Al lamentar lo que ocurre, le sorprende que no se haga nada para salvar esta maravilla que además de miel, aporta cera, polen y otros atributos nutritivos, curativos y de incalculables beneficios para el ser humano en adición a la dinámica económica.
El origen de la miel
Las abejas en su origen fueron avispas que abandonaron la actividad depredadora para pasar al aprovisionamiento de miel y colaborar en el cuidado de las crías, capaces de ingerir néctar y recoger polen. Hace aproximadamente 100 millones de años que comenzaron a separarse de las avispas predadoras. Se han encontrado abejas fosilizadas en resinas de muchos millones de años, mientras las abejas fabricadoras de miel del género Apis existen desde hace 10 a 20 millones de años, antes de la aparición del ser humano. Estas abejas prehistóricas, durante millones de años de evolución, soportaron sobre la tierra períodos de intenso calor y frío, pero su instinto de supervivencia las llevó a almacenar grandes reservas para las épocas de escasez, defenderlas de los depredadores de su época, de reptiles, dinosaurios y recientemente, de aves y mamíferos, entre los que se encontraba el oso de las cavernas y los propios homínidos.
http://www.listindiario.com/economia/2017/04/03/460513/productores-de-miel-a-la-quiebra--