Árbitros | Por Orlando Jorge Mera @orlandojm

Publicado el: 4 julio, 2018  
Árbitros 
Por: Orlando Jorge Mera 
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Como la mayoría está en el Mundial de Fútbol, me parece útil tomar algunas lecciones de este deporte, para que se entienda que en República Dominicana necesitamos, con carácter de urgencia, reglas claras para que las elecciones del 2020 sean justas y transparentes.

Lo importante es que los árbitros del proceso electoral tengan reglas, porque sin las mismas, pudieran ser arbitrarios, que significa “sujeto a la libre voluntad o al capricho antes que a la ley o a la razón”.

Comencemos por el concepto de “árbitro” que viene del latín “arbiter”, que traducido al español significa “juez” o “referente”.

En definitiva, alguien con autoridad para que su opinión sea aceptada por otros.
El diccionario de la Real Academia Española ofrece dos acepciones que se aproximan al sentido aplicable a este asunto. La primera indica: “persona que, como autoridad reconocida o designada por las partes, resuelve un conflicto o concilia intereses”. La otra acepción define “árbitro” como “persona que en algunas competiciones, normalmente deportivas, cuida de la aplicación del reglamento, sanciona las infracciones o fallos y valida los resultados”.

Los árbitros se suponen neutrales hasta el momento en que aplican la ley o el reglamento. Si el balón sale por la línea de fondo golpeado por un jugador que defiende su marco, el árbitro determinará que el equipo contrario sacará desde el cornijal; y si ese mismo futbolista golpea voluntariamente la pelota con la mano dentro del área, decretará la pena máxima. Todo está debidamente regulado.

En el caso dominicano, necesitamos dotar a la Junta Central Electoral de las atribuciones legales necesarias para sacar la tarjeta amarilla, cuando es necesario, y sacar la tarjeta roja, cuando la situación se coloca en el extremo. La tarjeta amarilla es la ley de partidos, que colocará a todos los jugadores en las mismas condiciones para el desempeño de sus funciones.

Y la tarjeta roja es la ley electoral, que permitirá que la Junta Central Electoral pueda asegurarse de que el proceso electoral sea justo y transparente, en igualdad de condiciones.

Todo árbitro tiene y debe tener su propio marco normativo. La JCE necesita uno adecuado al siglo 21. El PRM ha dado los pasos necesarios para tengamos la ley de partidos y la ley electoral, cruciales para las elecciones de 2020. Necesitamos una JCE, con todo su normativa adecuada y actualizada para ser árbitro. Hora de lograrlo.

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