ABINOMICS
Estamos arribando nuevamente a la celebración del 27 de febrero, fecha simbólica e histórica en la que tradicionalmente nuestros presidentes rinden cuentas ante la Asamblea Nacional, siendo la tercera ocasión en la que lo hace el actual jefe de estado Luis Abinader y la segunda en la que informa de un año completo de gestión, por ello es un momento idóneo para identificar las principales características de lo que ha sido el gobierno del PRM y de las políticas públicas y económicas implementadas.
El Banco Central de la República Dominicana ha informado al país que la economía dominicana creció en el año 2022 en un 4.9%, convirtiéndose en una de las tasas de crecimiento más altas de la región;
el PIB nominal se ubica en US$114,000 millones llegando a ser la octava economía más grande de Latinoamérica y un PIB per cápita de dos dígitos de aproximadamente US$10,573.00, superando a países como Brasil, Perú y Colombia. Estos logros macroeconómicos han impactado directamente en la población, muestra de ello es que ya tenemos 4.77 millones de ocupados, reduciéndose la tasa de desocupación en 3.2 puntos porcentuales, una variación histórica que ha llevado en menos de 18 meses de un 8% a un 4.8% nivel nunca antes alcanzado.
Las cifras están ahí y son contundentes, las reservas internacionales llegaron a US$14,440.6 millones equivalentes a 5.6 meses de importaciones, y si el análisis se hace por sector, se evidencia números históricos y récords en los principales sectores de la economía, por ejemplo:
• Exportaciones han tenido un crecimiento de 10.5% con respecto al 2021.
• Turismo con 7,165,387 turistas superando todos los años anteriores.
• Inversión extranjera de US$3,800 millones, la mayor de la historia.
• Las zonas francas emplearon la cifra de 192,000 ciudadanos y aumentaron las exportaciones en más de un 10% con respecto al 2021, números únicos.
Todas estas hazañas se logran en un escenario internacional totalmente adverso, donde muchos países todavía no han superado la crisis del COVID, ni la de las cadenas de suministro y donde el mundo fue sorprendido con una inesperada guerra entre Ucrania y Rusia que disparó el precio de los hidrocarburos y otros productos esenciales a nivel global, obligando al presidente asumir unos subsidios no presupuestados para mantener la estabilidad en el bolsillo de las dominicanas y dominicanos.
Como hemos dicho siempre, los números no mienten, el presidente Abinader ha mostrado un manejo magistral de la economía, con un gobierno que ha roto todos los récords en materia económica sin olvidar a la gente, su accionar austero le han permitido reducir el porcentaje de la deuda pública con respecto al PIB, habiendo recibido en agosto de 2020 con un nivel de deuda de un 72.6% y cerrando el 2022 con un 60.8%, todo ello sin descuidar las medidas sociales que ha tomado en provecho de la gente, como han sido:
• Inclusión de toda la población en el SENASA, logrando una cobertura universal del servicio de seguro médico.
• Tal como prometió en campaña duplicando los montos de las ayudas sociales a través del programa Supérate y pasando de 890 mil beneficiarios en agosto de 2020 a 1,570,000 en enero de 2023.
• El necesario subsidio a los combustibles ha permitido fijar los precios por ya 10 meses.
• El apoyo a la municipalidad con aportes extraordinarios de más de 12 mil millones de pesos.
• La política de 0 apagones que ya por 2 años y medio ha logrado un servicio estable y permanente de energía eléctrica en toda la población.
• Más de un millón de personas que han logrado tener acceso a agua potable, que anteriormente no lo tenían.
• Se ha puesto en ejecución el más importante plan de obras públicas de la historia de la República Dominicana, que tuvo sus retrasos en sus inicios por la obligación de hacer concursos públicos y cumplir con las normas de compras y contrataciones públicas, que anteriormente no se respetaban, pero que ya los frutos se ven en el ahorro en el costo de estas y la distribución equitativa en el territorio.
• Poner el oído en el corazón del pueblo y no haber hecho una necesaria reforma fiscal, pero dada la eficiencia de las entidades recaudadoras, permitió aumentar las recaudaciones que permitieron superar las metas establecidas en la referida propuesta legislativa.
• Mejora en los salarios de los policías, médicos, maestros y otros servidores públicos.
• Inicio del proceso de implementación de burocracia 0 para facilitar las inversiones en todos los sectores.
Todos estos logros rotundos, medibles e irrefutables nos llevan a definir ese estilo de manejar la economía como las ¨Abinomics¨ y la describimos como una forma de gobernar y de aplicar políticas económicas priorizando lo social y humano, pero respetando cada centavo gastado y manteniendo la tan importante estabilidad económica para que nuevas inversiones locales e internacionales entren y continuar triillando hacia la senda del desarrollo. Las experiencias históricas de gobiernos Latinoamericanos y de la misma República Dominicana habían evidenciado que todo régimen de corte social, regularmente traía como consecuencia un descalabro en los números macroeconómicos, dado que para cubrir tantos pasivos sociales se recurría a fuertes endeudamiento y a los déficits fiscales que tanto daño han hecho, por otro lado teníamos otro tipo de gobernantes que solo se enfocaban en
los números macroeconómicos olvidando a la gente y por ello se ampliaba aún más la brecha entre ricos y pobres, y poco se suplían las necesidades más elementales de la ciudadanía.
Abinomics es una novedosa forma de gobernar e implementar políticas económicas, donde se prioriza a la gente como centro de todas las decisiones y acciones, pero sin descuidar la importancia del uso eficiente de los recursos, controles estrictos en el endeudamiento, reducción del déficit y apertur a la inversión extranjera y local, sin las trabas históricas creadas por la burocracia y la corrupción. Sin dudas estamos frente a una nueva era de la República Dominicana y el límite solo lo podremos nosotros mismos, la fe y la esperanza han vuelto a ser parte de la esencia de todas las dominicanas y de los dominicanos.
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