por Orlando Jorge Mera @orlandojm
El pasado lunes, el Partido Revolucionario Moderno emplazó al PLD a someterse a una investigación de organismos independientes de las instituciones y justicia que controlan, como la Interpol o la DEA, sobre el narcotráfico en política.
El presidente del PRM, José Ignacio Paliza, dijo: “La democracia y la ciudadanía exigen de todos los actores políticos un comportamiento ejemplar. Las autoridades del Partido Revolucionario Moderno y su candidato presidencial están a la altura de esas expectativas, pero nuestros adversarios, no. Esperamos que, si todavía tienen algo de decencia, cambien de ahora en adelante esa vergonzosa forma de hacer política”.
En clara reacción airada a un reclamo legítimo, el oficialismo expresó “preocupación” por supuestos lazos del narcotráfico con nuestra organización política, y que supuestamente hemos optado por el silencio y no dar explicación alguna a la sociedad dominicana, todo, por supuesto, muy lejos de la realidad, pues tanto el PRM, por medio de su presidente, como el propio candidato presidencial Luis Abinader, han explicado el país todos los detalles del caso que al PLD ahora “le preocupa”.
En lo que parecería una obra del cinismo y la ironía, el encargado de leer el documento del PLD fue Francisco Domínguez Brito, cuya labor como procurador general de la República en materia de corrupción y narcotráfico fue a lo menos, reprobable.
Sonoros fueron los casos del senador Félix Bautista, o de los años de impunidad de los que gozó el narcotraficante conocido como César “el abusador”, bajo el manto estatal del PLD, que, cuando se vio contra las cuerdas por la presión que ejerció Estados Unidos, comenzaron a perseguirlo por innumerables delitos. Así y todo, logró “escapar” a Colombia donde finalmente fue apresado.
Esa misma cultura de impunidad se ha visto reflejadacon el caso Odebrecht, cuyas ramificaciones no solo alcanzan el ámbito de los sobornos, también del sobreprecio de obras, tráfico de influencias, abuso de poder y obstrucción a la justicia. En fin, Odebrecht en República Dominicana ha reflejado con estremecedora precisión el alcance de la impunidad como política de Estado en manos del PLD por 16 largos años.
En medio de todo este contexto, a tres semanas de las elecciones extraordinarias en el nivel presidencial y de Congreso, el PLD tiene el tupé de “expresar preocupación” por algo que, por decir lo menos, ha permitido: creciente actividad criminal organizada y narcotráfico con serias influencias en la actividad política.
Por ello, es digno de rescatar lo que el próximo presidente de la República, Luis Abinader ha dicho con toda claridad, y que tuve la oportunidad de replicar en una visita que hiciéramos a Boca Chica: “El que crea que va para el gobierno a cogerse lo suyo ese está totalmente equivocado porque con Luis Abinader habrá sanción de la corrupción y fin de la impunidad”.
POR: Orlando Jorge Mera
orlandojorgemera@yahoo.co
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