La adolescente Greta Thunberg lleva a Bruselas su rapapolvo a las élites por el clima | Sociedad | EL PAÍS https://t.co/0KpoXu5rEH— LuisOrlando Díaz Vólquez (@GUASABARAeditor) 22 de febrero de 2019
La adolescente Greta Thunberg lleva a Bruselas su rapapolvo a las élites por el clima
"Hemos empezado a limpiar vuestro desastre, y no pararemos hasta que terminemos", ha dicho la activista en un acto con Juncker
Bruselas
Invitar a Greta Thunberg es un acto de alto riesgo. La adolescente sueca de 16 años ha irrumpido como un ciclón desde ese ente abstracto llamado sociedad civil para devolver la lucha contra el cambio climático a un primer plano. Su retórica deslenguada ha cautivado a cientos de miles de estudiantes y la ha convertido en una suerte de estrella pop. Su estela deja altas dosis de reproches a unas élites habituadas a la complacencia y acostumbradas a emplear ante los jóvenes un discurso cargado de buenas intenciones, pero a menudo vacío y paternalista.
A los líderes políticos reunidos en la decepcionante cumbre climática de Katowice, Thunberg les llamó inmaduros por no asumir la realidad del deterioro del planeta. Al poder económico quiso meterle el susto en el cuerpo en el Foro de Davos. "No quiero que tengáis miedo, quiero que tengáis pánico". Este jueves, en Bruselas, llamó desde el atril a las líderes que han comandado la revuelta estudiantil en Bélgica y Alemania para que la flanquearan. "Me llamo Greta Thunberg y soy militante climática", empezó su intervención con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, escuchando a su espalda. Y dijo esto: "La mayoría de políticos no quiere hablar con nosotros. Está bien, nosotros tampoco queremos hablar con ellos. Queremos que hablen con los científicos, que les escuchen, porque nosotros repetimos lo que llevan diciendo décadas".
La estudiante lleva 26 viernes consecutivos sin pisar las aulas para concentrarse frente al Parlamento sueco. Pide más contundencia contra el calentamiento global. "Hacemos huelga escolar porque hemos hecho nuestros deberes. Hay quien dice que somos la esperanza. Que vamos a salvar el mundo. Pero no es cierto, no lo haremos. No hay tiempo para esperar a que crezcamos. Necesitamos actuar ya ante la crisis climática". Thunberg reconoció que la UE ha tomado medidas para contener las emisiones, pero cree que no son suficientes para evitar que la temperatura del planeta supere en 1,5 grados los niveles preindustriales, un umbral que el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés), considera peligroso.
El martes, Thunberg compartió en la red social Twitter, donde cuenta con casi 200.000 seguidores, una foto en un andén. Se niega a subir a aviones por sus altas emisiones contaminantes, por lo que iniciaba el largo viaje en tren de Estocolmo a Bruselas con su eterno cartel llamando a la huelga estudiantil entre las manos. Ese día, un responsable australiano de Educación, donde también ha llegado el llamado de Thunberg a la huelga climática, amenazó a estudiantes y profesores con castigos si acudían en horario escolar a la movilización internacional programada para el 15 de marzo. Thunberg respondió con cuatro frases. "De acuerdo. Te escuchamos. Y no nos importa. Tu declaración pertenece a un museo".
La joven sueca coquetea con la impertinencia con comodidad, y trató de rebatir las acusaciones que presentan a los adolescentes como manipulados e ingenuos. "Cuando muchos políticos hablan de la huelga escolar, se refieren a cualquier cosa excepto al clima. Muchos dicen que somos vagos y tenemos que volver a las escuelas, se inventan conspiraciones y afirman que somos títeres que no pensamos por nosotros mismos. Solo están tratando de cambiar de tema, no quieren hablar del clima".
Juncker intervino justo después. Por los precedentes, ya estaba advertido de que el discurso de Thunberg no iba a ser la homilía indulgente de otras visitas. "Hemos empezado a limpiar vuestro desastre, y no pararemos hasta que terminemos", afeó la adolescente a la clase política. Incluso el vapuleo puede merecer la pena por figurar junto a la imagen fresca y rejuvenecedora del icono que quiere cambiar el planeta. "Este movimiento está muy bien. Y me reconozco en muchos de los mensajes que lanzan por las calles. En los últimos años me he quejado mucho de que los jóvenes no participan activamente en política como yo sí hice en el pasado", comentó. El jefe del Ejecutivo comunitario criticó a los que dudan de la mera existencia del calentamiento global. "Trump piensa que el cambio climático es una invención ideológica, y yo le respondo que no hay más que observar la naturaleza, los insectos, para saber que algo está ocurriendo", zanjó.
La respuesta nostálgica y breve de Juncker le supo a poco a Thunberg. "Creo que cambió de tema muy rápido. Es triste", lamentó. Convertida en atracción, con la sala de la Comisión Europea donde habló repleta hasta los topes, su paso por Bruselas no ha arrancado ninguna nueva propuesta concreta, como ella misma ha admitido. Su agenda continuó desde la una de la tarde en las calles de Bruselas, donde ha encabezado la marcha semanal por el clima. Preguntados sobre cuándo detendrán las huelgas estudiantiles, la líder del movimiento belga, Anuna De Wever, fue clara. "La pregunta no es cuándo pararemos nosotros, sino cuándo empezarán los políticos". https://elpais.com/sociedad/2019/02/21/actualidad/1550737826_297964.html++
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