jueves, 28 de abril de 2022

Los drones están cambiando la guerra

 EUROPA

Los drones están cambiando la guerra

La guerra de Ucrania lo demuestra muy bien: los vehículos aéreos no tripulados forman parte de la guerra moderna desde hace tiempo. Los drones se encargan de diversas tareas, desde vigilancia a lanzamiento de misiles.

Dron Switchblade de la compañía AeroVironmen.

El Switchblade también se conoce como dron de mochila porque se pliega lo suficiente como para caber en una mochila.

Según el Pentágono, Estados Unidos ha desarrollado un nuevo tipo de avión no tripulado que cumple con los requisitos de los militares ucranianos. "Phoenix Ghost" es el nombre del vehículo aéreo no tripulado en cuestión. "En las conversaciones con los ucranianos sobre sus requisitos, consideramos que este sistema en particular se adaptaría muy bien a sus necesidades, especialmente en el este de Ucrania", comentó el portavoz del Pentágono, John Kirby.

El desarrollo del dron ya había comenzado antes del estallido de la guerra en Ucrania. La intención ahora es impulsarlo para que se adapte aún mejor a las necesidades de los ucranianos. Más de 120 de estos aviones no tripulados van a ser entregados a Ucrania como parte de un nuevo paquete de ayuda militar del Gobierno estadounidense de 800 millones de dólares. Desde el anuncio, se ha debatido sobre las especificaciones del Phoenix Ghost: ¿Qué aspecto tiene? ¿En qué se diferencia de los sistemas de armas anteriores?

Aunque todavía no se sabe mucho, el Phoenix Ghost ha sido desarrollado por la empresa de defensa estadounidense Aevex Aerospace en colaboración con las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos. El portavoz del Pentágono, Kirby, sólo ha añadido que se requiere una formación mínima para manejar ese dron.

El "dron kamikaze" o "Switchblade"

El dron mochila Switchblade pertenece a la categoría de "munición de merodeo" o "arma de merodeo". "Es una especie de cruce entre un misil y un avión no tripulado", dice a DW Arthur Holland Michel, autor y miembro principal del Consejo Carnegie de Ética en Asuntos Internacionales, en Barcelona.

Las municiones o armas de merodeo son armas guiadas por control remoto que se lanzan inicialmente sin un objetivo específico, y luego dan vueltas sobre una zona determinada durante mucho tiempo, hasta que un operador en tierra les asigna un objetivo a través de un enlace de datos, y luego atacan. Según el modelo, los objetivos emergentes también pueden ser detectados mediante su propia tecnología de sensores. Así, dichos objetivos son clasificados y pueden ser combatidos por medio de un ataque iniciado de forma autónoma. Esta categoría de armas sólo se dio a conocer durante la guerra entre Azerbaiyán y Armenia por Nagorno-Karabaj en 2020, cuando Azerbaiyán utilizó grandes cantidades de esas armas.

El dron Switchblade está disponible en diferentes versiones. El modelo más pequeño pesa 2,5 kilogramos, tiene una autonomía de 10 kilómetros y puede permanecer en el aire durante 15 minutos. La versión más grande pesa casi 15 kilos y tiene una autonomía de aproximadamente 40 kilómetros. Puede volar durante 40 minutos. Su ventaja: "A diferencia de un gran dron, no se necesita un aeródromo ni mucha infraestructura para lanzarlo", explica Michel. "Y, a diferencia de un misil, hay tiempo suficiente para identificar el objetivo, obtener un conocimiento de la situación y luego, literalmente, disparar el misil del dron hacia el objetivo con la man,o o con la ayuda del reconocimiento de objetivos. De ese modo, se combinan las capacidades de ambos sistemas de armas". Los drones Switchblade también son conocidos como "drones kamikaze" porque se autodestruyen cuando son atacados.

El Switchblade 300 pesa 2,5 kilogramos.

El Switchblade 300 pesa 2,5 kilogramos.

El "abanderado": "Bayraktar TB2"

La categoría de "drones más grandes" a la que se refiere Michel incluye el dron de combate y reconocimiento turco Bayraktar TB2. También este se está desplegando en la guerra en Ucrania. El término turco "Bayraktar" significa "abanderado". Este dron fue desarrollado por la empresa Baykar en 2014, tiene una envergadura de doce metros y un peso de 420 kilogramos. Es totalmente autónomo y puede permanecer en el aire durante 24 horas sin interrupción, alcanza una altitud de vuelo de 7.300 metros, con una velocidad máxima de 220 kilómetros por hora. En modo autónomo, puede despegar sin necesidad de un control en tierra y volar hasta un objetivo programado, explorarlo, regresar y aterrizar. Su alcance máximo es de 150 kilómetros.

Dron de combate y reconocimiento Bayraktar TB2 UAV.

El dron de combate y reconocimiento Bayraktar TB2 UAV. La palabra turca "Bayraktar" significa "abanderado".

"Vector": alta tecnología alemana para Ucrania

Las fuerzas armadas ucranianas ya pueden utilizar un dron de vigilancia de la empresa bávara Quantum Systems para misiones de espionaje. "Nuestros primeros aviones no tripulados ya están en Ucrania", dijo el jefe de esa empresa, Florian Seibel, al medio alemán Redaktions-Netzwerk Deutschland (RND). Desde el contacto inicial hasta la conclusión del contrato pasaron sólo cinco días; poco después, tres cazas ucranianos ya enviaron una selfi con uno de estos drones a Baviera.

El dron alemán Vector no es un arma en un sentido estricto. No puede lanzar bombas; eso ni siquiera está previsto. Sin embargo, con el enlace digital adecuado, podría formar parte de un sistema de armas, según RND. Y está siendo especialmente solicitado en los últimos tiempos porque su tecnología de vuelo y transferencia de video es extremadamente avanzada. Los ucranianos quieren utilizar el dron para dirigir de forma óptima su artillería, por ejemplo, hacia los tanques rusos que se aproximan, y Vector se ajusta perfectamente a este requisito: se puede montar sin herramientas, no necesita una pista de aterrizaje, a pesar de sus tres metros de envergadura, e incluso despega en vertical, como el Phoenix Ghost.

Ucrania: flota internacional de drones

Japón también ha suministrado drones a Ucrania. Además, según el Ministerio de Defensa japonés, se están entregando máscaras y trajes de protección a petición de Ucrania.

Los soldados ucranianos utilizan asimismo drones autóctonos. El más común es el Leleka-100, que pesa unos cinco kilos y es producido por Deviro, una compañía con sede en Dnipro, en el centro de Ucrania. "Leleka" significa "cigüeña" en ucraniano.

Por su parte, Rusia parece no confiar en los drones. Ellos utilizan sobre todo el Orlan-10 (Eagle-10), un pequeño dron de reconocimiento y vigilancia fabricado en el Centro de Tecnología Especial de San Petersburgo. Con una envergadura de 3,10 metros, vuela a una distancia de hasta 100 kilómetros, y también puede utilizarse para hacer más precisos los disparos de artillería. El sistema de reconocimiento es bastante simple en su diseño: cuanta con cámaras de la serie EOS-D de Canon para fotografía aérea, así como cámaras de imagen térmica y de video.

Dron Vector de Quantum Systems.

El dron Vector, de Quantum Systems, está destinado a trabajos de vigilancia y reconocimiento

Un escenario de horror ético

Hay un aspecto que no debe pasarse por alto en cuanto a este avance tecnológico que representan los drones, y este tiene que ver con los retos y riesgos que plantea la creciente autonomía de los sistemas de armas.

Arthur Holland Michel escribió en su cuenta de Twitter, preguntas de este estilo: "¿Proporcionan estas armas un control suficiente al usuario como para tener precaución cuando es atacado? ¿Son estas armas vulnerables a la piratería o a la manipulación que podrían provocar accidentes y daños involuntarios? Si el sistema causa daños involuntarios, ¿existen canales claros a través de los cuales se puedan exigir responsabilidades por esos daños?

"Con cada función autónoma adicional que se añade a dichas armas, estas preocupaciones se multiplican. Así que animo a la gente a centrarse en las funciones automatizadas individuales de estos sistemas y en los riesgos específicos que podrían surgir si esas funciones fallan", escribió Michel.

A medida que el desarrollo de sistemas de armas autónomas o manejadas por control remoto continúan a paso acelerado, las preocupaciones aumentan. La guerra autónoma de los drones es un escenario de horror ético.

(mn/cp)

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