El papa Francisco impartió este viernes la bendición “Urbi et Orbi” de Navidad. En su discurso -este año especial por la pandemia de coronavirus-, mencionó los distintos conflictos en el mundo y dedicó unas palabras a los países de América Latina golpeados por el avance del virus. “Que la llegada del niño Jesús ayude a poner fin al sufrimiento del pueblo venezolano”, afirmó el argentino.
El Sumo Pontífice pidió esperanza para el continente americano, “particularmente afectado por el coronavirus, lo que ha exacerbado los numerosos sufrimientos que lo oprimen”, en el mensaje de Navidad pronunciado este año en el interior de la basílica y no asomado al balcón de la logia central debido a la pandemia.
“Que la Palabra eterna del Padre sea fuente de esperanza para el continente americano, particularmente afectado por el coronavirus, que ha exacerbado los numerosos sufrimientos que lo oprimen, a menudo agravados por las consecuencias de la corrupción y el narcotráfico”, dijo Francisco en su mensaje que como todos los años repasa las crisis en el mundo.
Desde el aula de las bendiciones en el interior de la basílica de San Pedro, Francisco -además de la mención a Venezuela- hizo referencia a Chile y pidió que el niño Jesús “ayude a superar las recientes tensiones sociales” en esa nación.
Francisco también sostuvo que “en este momento de la historia, marcado por la crisis ecológica y por los graves desequilibrios económicos y sociales, agravados por la pandemia del coronavirus, necesitamos más que nunca la fraternidad”.
Además, instó a quienes tienen responsabilidades a que se garantice la vacuna a todos, “sobre todo a los más vulnerables”. Y rogó para que los nacionalismos cerrados, el individualismo y la ley del mercado no impidan que las vacunas lleguen a todos. “Vacunas para todos”, reclamó.
Por último, manifestó: “Mi pensamiento se dirige a las familias que no pueden reunirse hoy”.
El mensaje completo de Francisco
MÁS SOBRE ESTE TEMA:
El papa Francisco encabezó la Misa del Gallo para un puñado de fieles en la Basílica de San Pedro
El papa Francisco impartió este viernes la bendición “Urbi et Orbi” de Navidad. En su discurso -este año especial por la pandemia de coronavirus-, mencionó los distintos conflictos en el mundo y dedicó unas palabras a los países de América Latina golpeados por el avance del virus. “Que la llegada del niño Jesús ayude a poner fin al sufrimiento del pueblo venezolano”, afirmó el argentino.
El Sumo Pontífice pidió esperanza para el continente americano, “particularmente afectado por el coronavirus, lo que ha exacerbado los numerosos sufrimientos que lo oprimen”, en el mensaje de Navidad pronunciado este año en el interior de la basílica y no asomado al balcón de la logia central debido a la pandemia.
“Que la Palabra eterna del Padre sea fuente de esperanza para el continente americano, particularmente afectado por el coronavirus, que ha exacerbado los numerosos sufrimientos que lo oprimen, a menudo agravados por las consecuencias de la corrupción y el narcotráfico”, dijo Francisco en su mensaje que como todos los años repasa las crisis en el mundo.
Desde el aula de las bendiciones en el interior de la basílica de San Pedro, Francisco -además de la mención a Venezuela- hizo referencia a Chile y pidió que el niño Jesús “ayude a superar las recientes tensiones sociales” en esa nación.
Francisco también sostuvo que “en este momento de la historia, marcado por la crisis ecológica y por los graves desequilibrios económicos y sociales, agravados por la pandemia del coronavirus, necesitamos más que nunca la fraternidad”.
Además, instó a quienes tienen responsabilidades a que se garantice la vacuna a todos, “sobre todo a los más vulnerables”. Y rogó para que los nacionalismos cerrados, el individualismo y la ley del mercado no impidan que las vacunas lleguen a todos. “Vacunas para todos”, reclamó.
Por último, manifestó: “Mi pensamiento se dirige a las familias que no pueden reunirse hoy”.
El mensaje completo de Francisco
MÁS SOBRE ESTE TEMA:
El papa Francisco encabezó la Misa del Gallo para un puñado de fieles en la Basílica de San Pedro
No hay comentarios.:
Publicar un comentario