miércoles, 15 de julio de 2020

Que la democracia no perezca | Por JOAN LEYBA MEJÍA

PRECOGNICIÓN

Que la democracia no perezca

La prudencia obliga a ser cautos. Lo recomendable, acogerse los principios vertidos en la Carta Magna. Más lógico aún, revisar y enmendar entuertos provocados con la intención de perpetuar un sistema doloso y putrefacto

Por JOAN LEYBA MEJÍA 
La democracia, que defiende la libertad de palabra y la igualdad de todo ciudadano ante la ley, necesita personas competentes y seguras de sí mismas, que puedan levantar su voz en la asamblea y presentar su tesis de manera convincente y atractiva”. -Gregorio Luri-
Si alguna cosa obligó a los ciudadanos entendidos en este terruño, a variar contundentemente la parsimonia por un activismo cívico permanente, en procura de enderezar el curso por el que los peledeístas llevaban el país, fue sin dudas, la flagelación inmisericorde a la institucionalidad democrática y un deseo sobrehumano de impedir la continuidad de un poder casi omnímodo, con el que estructuraron el esquema más corrupto que nuestra historia republicana haya podido registrar.
Las prácticas de usurpación y subyugación de las entidades que componen el sistema estatal, que por sus características, son el pilar donde se sostiene nuestro marco jurídico-legal, minó, de una forma inesperada la psique de un pueblo agobiado y cansado de ver sus esfuerzos diluidos al tropel que causa el vicio cuando se excede de poder. Que se fastidió de pagar impuestos, y, verlos invertidos en yates, apartamentos de lujo, cirugías estéticas y lencerías finas regaladas a amantes y concubinas, pero compradas con el sudor ajeno.
Podría parecer injusto, pero la práctica nos enseña que no lo es, que sin haber tomado siquiera el juramento que los ratifica como representantes parlamentarios, les pidamos a los congresistas electos, en su mayoría perremeístas, actuar con el mayor de los decoros y velar por el fiel cumplimiento de la Constitución y las leyes, actuar en consonancia con el pueblo que los eligió e impedir que otras fuerzas, permeen un poder indispensable para el sostenimiento de un Estado basado en derechos.
Cometer los errores y abusos que motivaron el desalojo de los mozalbetes morados del poder, provocaría la quiebra definitiva del sistema político criollo, por demás desacreditado y en estado de involución.
El pueblo, ha decidido darle un chance al modelo político actual y la prueba, descansa en el respaldo en las pasadas elecciones al Partido Revolucionario Moderno, cuyos miembros en vez de sentir júbilo, deben mirarse en el espejo ajeno y no repetir una historia tan funesta para los dominicanos.
La prudencia obliga a ser cautos. Lo recomendable, acogerse los principios vertidos en la Carta Magna. Más lógico aún, revisar y enmendar entuertos provocados con la intención de perpetuar un sistema doloso y putrefacto, y de esa forma, devolver la confianza y mostrar que los actores, más que propugnar por sus siglas, están dispuesto a luchar hasta al final por el bien de la gente que les dio la oportunidad de pensar y hablar en su nombre.
Que la mayoría absoluta otorgada por la gente, sea un estímulo para comprender lo efímero que suele ser el poder. Que se convierta en un incentivo para obrar en beneficio del colectivo, ultrajado y humillado por más de tres lustros. Que nazca en ellos la reflexión "hacer las cosas correctamente genera frutos insospechables". Pero más importante es, el sabor que deja a un hombre pulcro, la satisfacción del deber cumplido, sabiendo que la historia lo recordará como alguien que defendió sus principios y no defraudó a los suyos.
Sabemos cómo diría el primer presidente checo, Tomás Garrigue Masaryk, que: "La democracia tiene sus defectos, porque la gente tiene sus defectos”. Por ello, hay que colocar el interés general ante cualquier circunstancia, sabiendo respetar el criterio ajeno, poniendo énfasis en los preceptos cuyo génesis es, la defensa de los mejores intereses de la humanidad, y asegurar que las decisiones adoptadas, estén apegadas al ordenamiento normativo sustantivo, para que nuestra democracia, en esta nueva era, no perezca en manos de los políticos. https://acento.com.do/opinion/que-la-democracia-no-perezca-8839290.html

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