Un
Consejo del Poder Judicial controlado o influido por un partido o líder
político no trabajará por el bienestar de los jueces serios de este
país, que son mayoría, sino que operará en su perjuicio, pues las
instrucciones a los jueces comenzarán a bajar, como ya se ha visto que
ocurría
Si
uno de los principales problemas del sistema de justicia es su falta de
independencia frente a la política partidaria, sería un absurdo
pretender sustituir jueces que responden a Leonel Fernández por jueces
que respondan a Danilo Medina o a cualquier otro líder o partido
político, o incluso a los llamados poderes fácticos.
Se
ha estado comentando que el sector del presidente Danilo Medina ha
estado alentando, o por lo menos se ha sentado en palco a observar la
crisis en el sistema de justicia, para aprovecharla y hacer saltar de
sus cargos a los jueces leonelistas, para entonces colocar a los
danilistas. No tengo elementos para confirmar que esto sea cierto, pero
de todas formas, y en forma preventiva, habría que señalar que sería un
craso error que dejaría a la justicia en el mismo o en peor sendero que
el que se encuentra recorriendo en estos momentos.
La
política partidaria, o de sectores dentro de los partidos, así como
cualquier tipo de influencia, provenga de donde provenga, sencillamente
deben estar fuera del sistema de justicia, sin importar qué partido o
líder político tenga el control, porque está claro que la política busca
que la justicia consagre la impunidad y para ello debe corromper a los
jueces, y esa corrupción originada para favorecer intereses políticos,
luego pasa a favorecer al crimen organizado e incluso a sectores de
poder que quieren ganar a cualquier precio aquellos casos en los que no
tienen razón.
Con
el Colegio de Abogados ha pasado lo mismo. Los partidos lo convirtieron
en campo de batalla pretendiendo afiliar al Colegio a sus intereses,
alejándolo del cumplimiento de sus objetivos institucionales. En la
última elección, del pasado fin de semana, ganó el Dr. Miguel Surún, y
todo hubiese estado muy bien, excepto porque éste representaba en dichas
elecciones a un partido políticos, el PRM, como el actual presidente y
aspirante a la reelección representaba a otro, el PLD.
Poco
después de las elecciones del Colegio, se publicó en los medios una
foto que ya es tradición: el candidato ganador sale corriendo a
retratarse con el candidato o líder del partido que lo apoyó, levantando
los brazos en señal de victoria, sin percatarse que realmente esa
dependencia del Colegio de los partidos es una gran derrota para los
abogados, pues el Colegio nunca alcanzará sus objetivos bajo el control
de los partidos políticos, como se ha comprobado luego de tantos años de
control partidario del Colegio, que solo ha traído descrédito a nuestra
organización gremial.
El
mismo método que utilizan los partidos en las campañas electorales
nacionales, o en las campañas para las elecciones en los gremios, de
utilizar el dinero para aplastar a sus opositores, se ha pretendido
introducir en las elecciones de los miembros del Consejo del Poder
Judicial. Esta era parte de la labor que desarrollaba el ex consejero
Francisco Arias Valera, quien no podía reelegirse en su posición, pero
trabajaba incansablemente para la elección de personas que respondieran a
los intereses que representaba, incluyendo los personales.
Uno
de los grandes retos del actual Consejo del Poder Judicial y de la
propia Suprema Corte de Justicia, es tomar las medidas para evitar que
las elecciones de los miembros del Consejo del Poder Judicial, sean
secuestradas por intereses partidarios o ajenos a la justicia, pues
entonces estamos definitivamente agravando la crisis existente.
Un
Consejo del Poder Judicial controlado o influido por un partido o líder
político no trabajará por el bienestar de los jueces serios de este
país, que son mayoría, sino que operará en su perjuicio, pues las
instrucciones a los jueces comenzarán a bajar, como ya se ha visto que
ocurría, y aquellos que no cumplan serán sancionados sea con un traslado
que le desfavorece o con la violación del escalafón de la carrera
judicial, impidiendo los ascensos que corresponden.
Por
eso la primera meta, si queremos recuperar el proceso de reforma
judicial, es sacar la política partidaria de la justicia. Nada hacemos
modificando leyes y Constitución y hasta mejorando el presupuesto de la
justicia si dejamos que los políticos controlen el Consejo del Poder
Judicial. La atención ciudadana debe ahora concentrarse en las
elecciones de los miembros del Consejo del Poder Judicial que se
celebrarán en marzo
próximo. http://acento.com.do/2015/opinion/editorial/8306690-ninguna-agenda-politica-debe-ser-permitida-en-el-sistema-de-justicia/
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