La República domingo, 27 de septiembre de 2020 |
La babel satánica de las declaraciones de bienes
De la opulencia de los funcionarios del anterior Gobierno basta con buscar su liquidación en la DGII cuando ingresaron al servicio público y cotejarla ahora con lo “declarado y no declarado”.
Listín Diario tituló el jueves que la Procuradora asegura en declaraciones de bienes “hay un mundo de informaciones… y no quedará ninguna sin investigar” lo que indica que la Liga de Baseball debe facilitar el Estadio Quisqueya para los procesables por el simple hecho de que desde el punto de vista fiscal, no hay – quizás ni uno - que haya liquidado los tributos y, ahora la evasión es pre constitutivo de lavado de activos.
Ella tiene razón en asombrarse de lo escandalosa de las fortunas declaradas por algunos, saliente y entrantes que en la Dirección General de Impuestos Internos, no aparecen como contribuyentes: Algunos no provienen de familias adineradas, no han practicado el comercio, la industria, ni son profesionales exitosos o artistas que justifiquen altos ingresos.
Si el criterio técnico y jurídico se aplica, laxativamente, todos son procesables porque en el país –que nunca tuvo una amnistía fiscal- no hay un solo ciudadano que pase la prueba.
De la vida opulentamente ofensiva de los funcionarios del anterior Gobierno, ni hablar, basta con buscar su liquidación en la DGII cuando ingresaron al servicio público y cotejarla ahora con lo “declarado y no declarado”: El saldo es injustificable, pues ni siquiera se cuidaron de pagar los impuestos.
Incluso si hubiese sido obtenido mediante actividades extracurriculares “licitas”, cómo justifica alguien que jamás ha pagado impuestos un patrimonio de RD$ 200 millones, en dónde están los recibos de al menos RD$ 50 millones pagados en impuestos, excepto si los heredó, que debió pagar al menos RD$ 6 millones o se los ganó en la lotería: Hasta por respirar hay que pagar el 18% de itebis y el 10% por servicios profesionales o el 27% por ganancia.
Desde luego que cuando se inicie en contra de los salientes que es bien “sabido que muchos se portaron mal”, el eco llegará a los entrantes; puede ser que algunos no logren justificar sus grandes o pequeños patrimonios, sobre todo con su planilla de impuestos.
Actualmente la legislación nacional alcanza la renta de los patrimonios de los nacionales hasta cuando sus fortunas son licitas y están en el exterior: La garata con puños alcanzará a todos y nadie saldrá sin un golpe, pues ninguna fortuna local pasa esa prueba, sin arañazos.
Esas declaraciones incluso pueden contener bienes “bien habidos” –alguna tal vez antes de la designación- que no habiendo sido declarados, están afectados de irregularidad fiscal.
Eso va por el camino de las declaraciones pero las indagatorias pueden llevar hacia el camino de la simulación, porque hay muchos bienes que disfrutan muchos de los salientes que no están a sus nombres, sino de testaferros: fiscalmente podría presumirse que son suyos sobre todo porque no pagan nada por su uso.
¡Y qué tal de la renta presunta! Algunos tienen yates de hasta USD$ 2 millones de dólares en La Marina o usan villas y casas, a nombre de otras personas físicas o morales por las que no pagan un centavo!
Desde luego que hay algún que otro aparente pobre de solemnidad –más pobre que Balaguer-, conforme a su declaración, que viven como unos jeques árabes, harén incluido, que de alguna manera se financia.
El tema apenas empieza y no hay dudas que dará agua a beber… estremecerá a la clase política y, hasta puede poner en peligro la estabilidad de la Administración de Abinader, pues los empresarios, que claman por transparencia son actores de primera de estas infracciones penales de olor fiscal.
La persecución debió iniciarse, luego de la transparencia fiscal de los patrimonios producto de una amnistía fiscal –no de delitos-, sino de los efectos de la devaluación, la plusvalía y tras permitir una repatriación ordenada de capitales: Como está la legislación no hay inocentes, todos somos culpables a la fuerza.
Los empresarios y profesionales “ilustres” -muchos de los cuales estaban vendiendo y cobrando en efectivo en “cajas de zapatos”- por los medios de comunicación van a aplaudir y, por lo bajo, pondrán sus barbas en remojo… desde luego, en medio de la crisis que requiere tranquilidad y confianza monetaria, retorno de capitales… nada, el país será convulsionado y tal vez no en el mejor de los sentidos: Por lo pronto la Ley 46-20 de Transparencia Fiscal… se va de vacaciones.
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