miércoles, 21 de noviembre de 2018

Carta abierta de un médico cubano a Jair Bolsonaro | Cuba-Brasil: la batalla de las batas blancas

Carta abierta de un médico cubano a Jair Bolsonaro

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Mais Médicos. Foto: Araquém Alcântara.
Bolsonaro, hijo mío, cuando el Sr. dice que Cuba se queda con mi salario yo sólo pienso en las siguientes cuestiones:
  1. Yo acepté los términos de este contrato por libre y personal determinación.
  2. Consciente de que con ese dinero, mi madre, hermanos, sobrinos, primos, tíos, vecinos, mi familia toda, tiene garantizado el cuidado de su salud sin pagar nada.
  3. Consciente de que mi formación como médico es gracias a la creación de universidades públicas en todo el territorio nacional. Donde los hijos de albañiles, abogados, campesinos, empleados de servicio y de correos, médicos, etc., comparten la misma aula sin discriminación por sexo, color, ideología o riqueza. Eso, Bolsonaro, se llama igualdad. Cosa que usted no conoce, porque no existe en un país donde la corrupción y los privilegios políticos acaban con la riqueza de Brasil.
  4. Tengo el coraje de trabajar para el pueblo brasileño aún sin recibir ese salario del que usted habla. Porque yo no trabajo sólo por una cuestión económica. Trabajo porque me gusta mi profesión, porque jamás he pretendido hacerme rico a costa de los pobres. Porque jamás voy a usar la política como medio de vida. Porque jamás voy a engañar a los pobres con falsas promesas. Porque jamás voy a plantar el odio y la discriminación en el corazón de nadie. Porque voy a pensar bien las cosas antes de hablar para no tener que hacer como usted (que pide disculpas todos los días por las locuras que habla).
  5. Sí, puedo traer a alguien de mi familia, pero no lo traigo porque, Sr. Bolsonaro, el pobre tiene que tener prioridades en la vida y para mí la prioridad es ayudar a mi familia, aún más que comprar un pasaje aéreo sabiendo que en casa tenemos otras necesidades y prioridades.
  6. Sé también que usted cuenta con el apoyo de una pequeña parte de mis colegas que, por motivos políticos y económicos, creen que es mejor enriquecerse de dinero y no de amor, experiencia, valores morales, patriotismo, dignidad. Porque puedo no estar de acuerdo con mi salario allí en Cuba. Puedo incluso no estar de acuerdo con el sistema político de Cuba. Pero tampoco tengo porque difamar a mi país. Yo vi eso también en los brasileños pobres, mayoría en Brasil. A ellos les gusta Brasil, aquel pueblito donde nacieron, sólo que con certeza les gustaría que ese mismo Brasil que tienen en el corazón tuviera igualdad, pobreza cero, hambre cero, discriminación cero, violencia cero, corrupción cero, salud y educación de calidad. Pero aún así, en el Brasil imperfecto, les gusta su país.
  7. El Sr. dice que los cubanos “se están retirando del programa Más Médicos por no aceptar revisar esta situación absurda que viola derechos humanos”. No Bolsonaro, lo que realmente viola los derechos humanos es privar a los pobres de Brasil del acceso a la salud por no concordar con otras ideologías políticas. Porque usted quiere cambiar las reglas sin preguntarle a los beneficiarios del programa si realmente los cubanos hacen el trabajo de la manera que tiene que ser. Porque aquí, en Brasil, nosotros tenemos preceptores brasileños, estamos haciendo un curso en medicina familiar, todo bajo la supervisión de excelentes profesionales brasileños. No estamos aquí en cualquier rincón haciendo las cosas por capricho, no. Ahora viene a decir que estamos disfrazados de médicos. Aquí el único disfrazado es el Señorón y todos los que apoyan su absurda visión de la realidad. El Sr. sólo está luchando por los privilegios de la clase médica, de la clase política. Lamentable! Sí, Sr. Bolsonaro, lo que resulta lamentable es ver cómo un tipo sin conocimientos de nada, solamente de armas, consigue salir electo presidente. Y más lamentable aún fue ver como algunos pobres votaron por usted. Dios tome cuenta de los pobres. Dios toma cuenta de Brasil.
  8. Quien estudió en la época de los libros, quien estudió en la época que las investigaciones eran hechas en los libros y no a través de Google o en Internet, merece respeto. Quien luchó por la vida y lloró por la muerte de una persona o de un niño merece respeto. Quien fue allí, donde para muchos es el fin del mundo, para cuidar de los enfermos, merece respeto. Quien se quedó lejos de su familia para devolverle la sonrisa a un anciano o a un niño merece respeto. ¿No es para quitarse el sombrero? Es absurdo que 66 países en el mundo se están beneficiando de nuestra labor y viene usted a decir q nos disfrazamos de médicos. Peor aún es dudar de que alguien quiera ser atendido por los cubanos.
Pido respeto por mis colegas.
  • Pido respeto a la libre elección de mi pueblo.
  • Pido respeto a los pobres e ignorantes.
  • Pido respeto por la medicina pública.
Pido también al Sr. estudiar lo que significa el amor al prójimo.
  • Lo que significa Patria.
  • Lo que significa dignidad.
  • Lo que significa diplomacia.
  • Lo que significa medicina familiar.
  • Lo que significa igualdad.
  • Lo que significa respeto de pensamiento.
Lo que significa ser también el presidente de los brasileños pobres y no sólo el de los ricos y poderosos.
  • Salud y larga vida para el Sr.
  • Dios lo bendiga a usted y a su pueblo.

(Tomado del blog Nocaute, del periodista Fernando Morais)
http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/11/19/carta-abierta-de-un-medico-cubano-a-jair-bolsonaro/#.W_Vwb0YzbIU
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lunes, 19 de noviembre de 2018


Cuba-Brasil: la batalla de las batas blancas

YOANI SÁNCHEZ - LA VOZ DE TUS DERECHOS

Cuba-Brasil: la batalla de las batas blancas

El conflicto se veía venir. Desde que Jair Bolsonaro ganó las elecciones en Brasil, el discurso oficial cubano arreció la retórica en su contra y preparó a la opinión pública nacional para la ruptura que se avecinaba.
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La gota que colmó la copa de la Plaza de la Revolución de La Habana fueron unas declaraciones del presidente electo en las que advertía que cambiaría las condiciones del acuerdo por el que más de 8.300 galenos de la Isla laboran en el programa "Mais Medicos". El pasado miércoles (14.11.2018), la tensión escaló a su punto más alto cuando el Ministerio de Salud Pública cubano anunció que se salía del contrato y que sacaría a sus profesionales del país suramericano. La nota oficial que todos los noticiarios repitieron hablaba de no tolerar las amenazas de Bolsonaro, pero obviaba hábilmente parte de sus palabras. Especialmente aquellas con las que el líder derechista aseguró que los galenos debían recibir su salario íntegramente y poder llevar a su familia el tiempo que estuvieran en el programa.
El Gobierno cubano ha hecho de las misiones médicas un lucrativo negocio. Con profesionales desplegados en más de 60 países, el dinero recaudado por esa práctica es la primera entrada de divisas al país y se calcula que supera los 11.000 millones de dólares anuales. En el caso de Brasil, La Habana se embolsilla el 75 por ciento del salario de 3.300 USD correspondiente a cada médico y los profesionales de la salud solo reciben la cuarta parte de ese monto. En la isla, en una cuenta bancaria a la que no tienen acceso, se va acumulando su sueldo mensual equivalente a unos 60 USD y que solo podrán cobrar si regresan.
Quienes abandonan el programa "Mais Medicos" por su propia voluntad son considerados "desertores” y se les prohibe la entrada a Cuba por ocho años. Durante el tiempo en que gobernó el Partido de los Trabajadores (PT), los galenos que escapaban del contrato eran perseguidos por la policía y podían ser devueltos a la Isla si los arrestaban. Ninguno podía llevar a su familia para estar junto a ella mientras duraba la misión y muchas veces pasaban el tiempo en Brasil en albergues hacinados que compartían con otros doctores, enfermeras y técnicos hospitalarios.
A pesar de tantas dificultades y tan bajas ganancias, las misiones eran muy apetecidas por los médicos para poder comprar mercancías que faltan en los mercados de la isla y hacer contactos que les permitieran encontrar un contrato en alguna clínica y retornar, de manera privada, a Brasil. 
Más allá del alivio sanitario que significó para muchos brasileños de las zonas más pobres del país la existencia de "Mais Medicos", detrás del programa se escondía una operación política para apoyar al PT y garantizarle los votos de las clases más bajas. Quedaba claro que ese tipo de apoyo no iba a prolongarse con Bolsonaro. De ahí que fuera solo cuestión de tiempo que el castrismo sacara a sus profesionales de la salud de territorio brasileño. Ahora queda preguntarse cuántos de ellos realmente regresarán.
El presidente electo de Brasil ha anunciado que otorgará asilo político a todos los galenos cubanos que lo soliciten y es de prever que un número considerable se acoja a ese beneficio. Quienes lo hagan perderán el derecho a regresar a su tierra por largos años, serán llamados "traidores” y probablemente su familia en la isla reciba presiones. La batalla de las batas blancas apenas ha comenzado. 
(ms)
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