viernes, 7 de julio de 2017

G20: egoísmo nacional y objetivos globales

POLÍTICA

G20: egoísmo nacional y objetivos globales

Hace dos años, todos los estados miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a contribuir a mejorar el desarrollo económico, ecológico y social global. ¿Lo están llevando a cabo?
Ghana | Müllhalde in Accra (picture alliance/dpa/K. Nietfeld)
En la jerga de las Naciones Unidas, las metas a seguir se llaman "Objetivos de Desarrollo Sostenibles" (ODS). La Agenda 2030 exige tanto a los países industrializados como en vías de desarrollo a cumplir con sus responsabilidades globales. Sin embargo, el egoísmo nacional y la carencia de compromiso de los países industrializados amenazan con poner en peligro dichas metas. Y es que la Agenda 2030 se tambalea, según los autores del Índice de ODS.
Los países industrializados no predican con el buen ejemplo
Los investigadores del análisis se muestran críticos con los países industrializados: Por un lado, los miembros de la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, cojean a la hora de cumplir los objetivos en sus propios países. Por otro lado, estos ocasionan con frecuencia costes a los países en vías de desarrollo y emergentes debido al consumismo, a la insuficiente contribución económica a la cooperación al desarrollo y a la protección de paraísos fiscales. Estos efectos colaterales frenan a los países más pobres a la hora de lograr sus objetivos hasta 2030.
El Índex ODG actual compara 157 países. Los países escandinavos son los que más cumplen lo pautado: Suecia en el primer puesto, seguido de Dinamarca y Finlandia. Estados Unidos se halla en el puesto 42, China en el 71 y Alemania en el 6. Los peor situados son africanos: República de África Central, Chad o la República del Congo.
Los autores critican sobre todo a los países industrializados que, a pesar de su riqueza y desarrollo tecnológico, están muy lejos de alcanzar los objetivos.
Los perjudicados: los países pobres
Pero también las exportaciones de armas suponen costes sociales y económicos para los países terceros. Se puede comprobar con claridad en los conflictos de las regiones en crisis, donde dichas armas pueden reforzar tales conflictos. Israel, Rusia y Noruega son los mayores exportadores de armas, pero también Estados Unidos, Francia y Alemania.
La arquitectura financiera internacional ha afectado negativamente a los objetivos de desarrollo, según el estudio realizado por la Fundación Bertelsmann y en coperación con una agencia de las Naciones Unidas, Sustainable Development Solutions Network (SDSN). El dinero de las arcas públicas de países en vías de desarrollo que fluye hacia los paraísos fiscales, falta en los países de procedencia. Gran Bretaña, según el índice, origina los costes más altos por la protección de paraísos fiscales. Suiza es el país menos transparente en cuestión de negocios financieros, porque permite, por ejemplo, las cuentas bancarias ilegales.
Otro efecto negativo es la carencia de financiación a la cooperación internacional al desarrollo. Solo seis países de la OCDE desembolsan lo pautado, el 0,7% de su PIB: Suecia, Noruega, Luxemburgo, Dinamarca, Holanda y Gran Bretaña. Alemania solo el 0,5%.
Un calla en el sur de Sudán.
Los países africanos son los que menos pueden cumplir con los objetivos pautados por las Naciones Unidas.
Alemania entre los diez primeros
Alemania, sexta en el ranking, sobresale en educación e infraestructura. En el ámbito educativo está situada en tercer lugar, tras Gran Bretaña y Canadá. Esta buena nota se debe a la larga experiencia en formación escolar universal y a la reducida cuota de analfabetismo. También en vías de transportes o inscripción de patentes Alemania saca músculo: 69 registros de patentes por millón de ciudadanos; en Estados Unidos, 45.
Rolf Wenkel (RMR/EL)

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