martes, 30 de mayo de 2017

EEUU envía bombarderos a Corea del Sur

PENÍNSULA DE COREA

EE. UU. envía bombarderos a Corea del Sur

Corea del Norte denunció el envío por parte de Estados Unidos de dos bombarderos nucleares hasta su zona fronteriza en respuesta a su último ensayo de misiles, lo añade tensión a la crisis en la región.
No es la primera vez que Estados Unidos envía sus bombarderos a Corea del Sur como demostración de fuerza. (Reuters/U.S. Air Force/Staff Sgt. Steve Thurow)
No es la primera vez que Estados Unidos envía sus bombarderos a Corea del Sur como demostración de fuerza.
En medio de las crecientes tensiones en la península de Corea, la agencia estatal norcoreana de noticias KCNA señaló que "una formación" de bombarderos estratégicos B-1B voló en la víspera desde la isla de Guam y llegó a aproximarse a unos 80 kilómetros de la ciudad costera surcoreana de Gangneung, cerca de la frontera con el Norte, donde se ensayó "un bombardeo nuclear".
En su artículo de KCNA, el régimen de Kim Jong-un consideró que el envío de los bombarderos constituye una "pataleta imprudente que sitúa a la península coreana al borde de la guerra" y acusó a Washington de querer atacar Corea del Norte con armas nucleares. El texto concluye con la advertencia de que una guerra atómica en la península "desencadenaría un desastre que convertiría el territorio continental de EE. UU. en tierra chamuscada".
Pulso Washington-Pyongyang
Por su parte, un portavoz del Ministerio de Defensa de Corea del Sur confirmó que bombarderos B-1B accedieron este lunes (29.05.2017) al espacio aéreo surcoreano, aunque no quiso precisar su número ni la zona geográfica donde fueron desplegados. Adicionalmente, una fuente del Gobierno de Seúl detalló a la agencia Yonhap que dos B-1B arribaron a la zona mencionada por KCNA acompañados por cazas surcoreanos F-15K en torno a las 10.30 hora local (1.30 GMT) del lunes.
Según el fabricante Boeing, el B-1B Lancer es un "bombardero convencional". Se trata de una versión modificada del B-1, concebido inicialmente para el lanzamiento de bombas nucleares. Ya que estos bombarderos tardan aproximadamente dos horas y media en llegar a Corea del Sur desde la base aérea Andersen en Guam, se deduce que la decisión de desplegarlos se tomó apenas un par de horas después de que Corea del Norte disparara un misil de corto alcance hacia las 5.39 hora surcoreana (20.39 GMT del domingo).
Nordkoreanischer Raktetentest (picture-alliance/dpa/KCNA via KNS/AP)
Corea del Norte hvolvió a lanzar un misil balístico de corto alcance, pese a tenerlo prohibido por varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Los jets participaron luego en maniobras con la Fuerza Aérea surcoreana. La operación es considerada una advertencia a Pyongyang. No es la primera vez que Estados Unidos envía sus bombarderos a Corea del Sur como demostración de fuerza (la última había sido el pasado 1 de mayo).
Ciclo armamentístico en tres semanas
Mientras tanto, Pyongyang anunció avances en el desarrollo de su tecnología misilística. El líder supremo Kim Jong-un supervisó personalmente la prueba de "un nuevo tipo de misil balístico de precisión", indicaron los medios locales. El objetivo fue alcanzado con una desviación de apenas siete metros, se añadió, sin confirmar en qué fecha tuvo lugar la prueba.
El lunes Corea del Norte había vuelto a realizar un test con un misil balístico de corto alcance pese a tenerlo prohibido por varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Los misiles balísticos son normalmente proyectiles tierra-tierra que dependiendo del modelo pueden llevar también cabezas nucleares. En este caso, el proyectil voló unos 450 kilómetros hasta caer en el mar de Japón.
Las numerosas fotografías publicadas este martes por el diario norcoreano Rodong Sinmun confirmaron que se trató de un misil de corto alcance basado en el Scud soviético. Tal arma iría destinada a atacar a navíos enemigos, aunque se cree que aún no es lo suficientemente sofisticada como para suponer una amenaza para la Marina estadounidense o surcoreana.
A partir de las imágenes los expertos apuntan a que fue un Scud de alcance extendido (podría volar unos 1.000 kilómetros) mostrado en el gran desfile que Pyongyang organizó el pasado 15 de abril y al que se le han añadido un estabilizador horizontal junto a la punta y propulsores adicionales para poder modificar su trayectoria.
Este ensayo de misiles fue el noveno de Pyongyang en lo que va de año y el tercero en apenas tres semanas. Con este lanzamiento, Pyongyang parece haber redondeado un ciclo armamentístico, ya que el 14 de mayo disparó con éxito el Hwasong-12, que aparenta ser la base sobre la que desarrollar su codiciado misil intercontinental, y el 21 un Pukguksong-2, su nuevo proyectil de alcance intermedio.
Nord Korea Kim Jong Un beim Test des Feststoffraketentriebwerks Pukguksong-2 (picture alliance/AP Photo/Korean Central News Agency)
Según el Gobierno norcoreano, Kim Jong-un observó el lanzamiento, el 21 de mayo, de un Pukguksong-2, el nuevo proyectil de alcance intermedio de Corea del Norte.
¿Escalada militar o verbal?
Todos estos test parecen arrojar mejoras de rendimiento, aunque muchos expertos aún duden sobre la verdaderas capacidades de Pyongyang y, ante todo, de cuán cerca está de crear un misil capaz de equipar una cabeza nuclear y de poder alcanzar territorio estadounidense.
Detrás de buena parte de estos avances parecen estar tres figuras del régimen que  volvieron a aparecer en las fotos del Rodong Sinmun junto a Kim Jong-un: el experto en aeronáutica Kim Jong-sik, el jefe de desarrollo de armas Jang Chang-ha y el general retirado Ri Pyong-chol.
Las imágenes del rotativo también desvelaron más detalles sobre las nuevas instalaciones para ensayos de misiles recientemente construidas en la franja oriental de la base aérea de Kalma, la cual se quiere convertir paradójicamente en aeropuerto internacional para crear un núcleo turístico entorno a la ciudad de Wonsan.
Los insistentes ensayos armamentísticos de Corea del Norte han llevado a un aumento de la tensión en la región y a una escalada verbal con el Gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, que ha llegado a insinuar que estudia posibles ataques preventivos.
RML (dpa, efe)

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