martes, 7 de febrero de 2017

Antonio Almonte / El fracaso de Punta Catalina

Antonio Almonte / El fracaso de Punta Catalina
Ingeniero-Antonio-Almonte
El presidente Danilo Medina (o el Administrador de la CDEEE), debería explicar a la población lo que está sucediendo con el proyecto de las dos plantas de carbón de Punta Catalina.
La construcción de dichas plantas, iniciada hace alrededor de un año, costaría al país unos US$ 2,040 millones (incluyendo el costo de construcción del puerto de descarga para el complejo) según informaciones oficiales de la CDEEE, de los cuales US$ 1,206 millones serían cubiertos con préstamos negociados con el Banco de Desenvolvimiento Económico de Brasil (BNDES) y con un grupo de bancos europeos (Deutsche Bank, alemán, y la sucursal en Milán del Banco Santander, España) con la garantía de la agencia financiera SACE, de Italia.
Los respectivos contratos de préstamos fueron aprobados por el Congreso dominicano (julio 2015).
La prensa nacional registra decenas de crónicas sobre las rondas informativas realizadas durante el 2015 por Rubén Bichara explicando – rebosante de contento – cómo se había “asegurado” el financiamiento del proyecto de Punta Catalina y que, consecuentemente, las dos plantas comenzarían a producir electricidad en algún momento del 2017.
Mientras tanto, sin todavía haber finalizado el proceso de aseguramiento del desembolso de dichos préstamos, la CDEEE inició con recursos propios y con préstamos de la banca local la construcción de las obras civiles y la contratación de múltiples consultorías y costosos equipos a fabricantes extranjeros.
Más aun, conforme al propósito – más político que realista – de finalizar las construcciones e iniciar la producción de electricidad en el 2017, la CDEEE puso el año pasado las órdenes de compra para la construcción de las calderas y las turbinas a cargo de las empresas estadounidenses Babcock & Wilcox y General Electric, respectivamente.
Estos dos grandes componentes, junto a otros importantes equipos eléctricos, estaban previstos a ser pagados con el préstamo de US$ 550 millones que harían los bancos europeos.
En resumen ¿qué ha sucedido?
Tenemos que los europeos y los brasileños acaban de rechazar el préstamo para Punta Catalina y no desembolsaran un solo centavo de los US$1,206 millones que ya estaban “seguros”, según Bichara.
Lo primero que se aprende en materia de proyectos eléctricos es que antes de grandes pasos es imprescindible contar con contratos firmes de financiamiento de las plantas, eso es lo que se conoce en ingeniería como el “cierre financiero”.
II
Que el Deutsche Bank, el Banco Santander, el grupo SACE, y el BNDES, hayan rechazado las solicitudes combinadas de préstamos hechas por el Gobierno dominicano, podría traerle graves perjuicios económicos al país y largos retrasos en la construcción de las dos plantas de carbón.
Cuando la CDEEE colocó las órdenes de compra de las calderas y las turbinas, asumió un compromiso tipo deuda con las empresas Babcock & Wilcox y General Electric, respectivamente.
Para tener idea de la envergadura económica de este compromiso basta decir que en la propuesta económica sometida por el consorcio Odebretch – Technimont & Estrella, ganador de la licitación para la construcción de las dos plantas, los precios ofertados para las calderas y equipos asociados ascienden a US$ 313, 772,273.17 millones, mientras que el turbogenerador, turbinas y equipos auxiliares costarían US$ 129,759, 587.80 millones de dólares.
El equipamiento eléctrico, incluyendo transformadores y subestaciones, esta cotizado en US$ 96,485.447.14 millones.
Obviamente, al colocar esas órdenes la CDEEE debió realizar un pago inicial a las citadas empresas, y este año (2016) deberá buscar los restantes centenares de millones de dólares para completar el pago antes de la fecha en que sean entregados dichos equipos. Se supone que esos pagos deberían hacerse en este 2016 ya que según anuncios de la Corporación ambas plantas serán inauguradas en el 2017.
Típicamente, los tiempos de entrega y de pago son muy estrictos para este tipo de transacciones, y si no se cumplen hay que pagar penalidades por elevadas sumas de dólares o enfrentar demandas en cortes internacionales.
En otras palabras, para evitar pago de moras y demandas la CDEEE tendría que buscar, desesperadamente, nuevos préstamos de desembolsos rápidos, aparte de mantener arbitrariamente elevada la tarifa eléctrica a fin de seguirle extrayendo ilegalmente a los consumidores una parte del dinero que necesita para sostener viva la aventura de Punta Catalina. Recordemos que a pesar de que el precio de generación de electricidad ha caído más del 25% durante todo el 2015, debido a la reducción del precio del petróleo, el Gobierno mantiene la tarifa por las nubes.
Ahora bien ¿como se explica que un Gobierno de un pueblo lleno de necesidades primarias, inicie la construcción de dos plantas de ese envergadura, haga contratos y compromisos por más de 2,040 millones de dólares sin todavía tener a manos la más mínima seguridad de cómo y dónde conseguirá el dinero para terminar la obra?
¿Se imagina alguien que un empresario privado – tipo Corripio, por ejemplo – se embarcaría en una aventura así?
Otra pregunta: ¿Por qué rechazaron los bancos europeos y el brasileño la solicitud de ese préstamo, siendo que prestar dinero es su negocio?
¿Qué hará el Gobierno ahora? ¿Otra aventura? ¿Por qué Danilo y Bichara no hacen otra ronda por la prensa dominicana y le explican al país lo que sucede?
http://diarioalinstante.com/antonio-almonte-el-fracaso-de-punta-catalina/2016/01/05/
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