miércoles, 24 de octubre de 2018

Cáncer y desigualdad | por Antonio Almonte @AntonioAlmont16

Cáncer y desigualdad

Antonio Almonte - 24 de octubre de 2018 - 12:08 am -
Antonio AlmonteCuando una persona recibe el diagnóstico de que padece algún tipo de cáncer cree sentir al instante que la tierra se  mueve quebradiza bajo sus pies. Y no es para menos.
La gente dice que el cáncer destruye varias veces, porque afecta sensiblemente las condiciones de salud de quien lo padece hasta que, en no pocos casos, termina con su vida; golpea severamente la economía familiar y, por último, en muchos casos deja una   marca de sufrimientos y pesar entre familiares cercanos.
Si el afectado es alguien del poder, político o económico, o si simplemente es un ciudadano o ciudadana de holgadas condiciones económicas, es casi seguro que todos o una parte de los tratamientos clínicos se los aplicará en el extranjero.
En todo caso el paciente comprenderá en ese momento que la atención al cáncer requiere, en muchos  casos, cirugía, quimioterapia y radioterapia, aparte una larga batería de análisis, imágenes y chequeos pre y post terapias.
En el caso de la radioterapia la asistencia al centro médico es diaria durante un mínimo de mes y medio calendario. 
Ese patrón de tratamientos y evaluaciones en un paciente oncológico es muy diferente al manejo clínico típico de la mayoría de otras enfermedades. En resumen, la atención del cáncer le consume a cualquier paciente largos meses de terapias, análisis y viajes al hospital.
Ahora bien, a pesar de esa conocida realidad todavía cualquier dominicana o dominicano residente en Dajabon, Samaná o Nisibón, para citar extremos, tiene que viajar o casi mudarse a la capital para recibir atención clínica a su padecimiento oncológico. Simplemente la capacidad de diagnóstico y manejo inicial del cáncer en los hospitales públicos del interior del país es casi nula o extremadamente precaria. No tenemos un solo hospital en el interior  con servicio de radioterapia, por ejemplo, y algo parecido sucede con laboratorios de patología, quimioterapia y otras técnicas y recursos para el control del cáncer.
La realidad es que en este “Nueva York chiquito”, los pobres apenas llegan a enterarse  de que la enfermedad que los consume se llama cáncer.
https://acento.com.do/2018/opinion/8617427-cancer-y-desigualdad/

Antonio Almonte | Detalles
Actual Director Ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía del PRM. Graduado en física y en ingeniería nuclear (Madrid y Londres).

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