La República lunes, 28 de marzo de 2022
La crisis de la clase política
Ángel Lockward
Aunque los disparos se han producido, exclusivamente en territorio ucraniano, el mundo, casi completo, está involucrado en la tercera guerra mundial, que de nuevo, tiene lugar en Europa, aunque desde luego, el costo, lo pagamos todos.
Si a Ucrania se le ha destruido toda su infraestructura y el terror ha provocado que 4 millones de sus habitantes huyen, Rusia – por las sanciones - tiene pulverizada su economía, que siempre ha sido débil e ineficaz, por lo que si la invasión cesará mañana, tardará décadas en recuperarse.
Esa situación que solidifica a la Unión Europea con Estados Unidos ya dio lugar a un nuevo orden mundial con China como segunda potencia económica: Los pasos adoptados, sobre todo en materia energética y armamentista por Europa, son irreversibles.
Esos eventos que afectan al mundo tienen sus efectos particulares en América Latina que, luego de la Tercera Ola de democratización (1968-1986) que dejó a Cuba como la única dictadura y, de que a partir de entonces se aplicaran en la democracia liberal de entonces, las recetas neoliberales, tanto en gobiernos derecha como de izquierda, vinieron surgiendo regímenes de izquierda, con cortes totalitarios – particularmente con excepción Lula y Mujica – y, ahora, con ribetes anti sistémicos.
En México, López Obrador, llama para el mes próximo a una consulta revocatoria para que los mexicanos decidan si lo quieren o no, algo insólito en la cultura presidencial de esa nación; el caso de Bukele en El Salvador, que propicia una autocracia que eliminó los contrapesos de los poderes públicos, igual a su vecino Nicaragua en donde Daniel Ortega preside una anacrónica dictadura de izquierda que compite con la de Zomosa a la que derrocó en 1979.
Ya veremos el recién instalado gobierno de Honduras y el de Chile, que estrena al Presidente Boric, el más joven del mundo: Chile parece haberse cansado de ser el ejemplo del continente en desarrollo. Perú, que en un periodo de gobierno ha llegado a estrenar cuatro presidentes y, el actual Pedro Castillo, desde su juramentación, cada mes es amenazado de juicio político para destituirlo por incapacidad moral.
El experimento del nuevo socialismo de Venezuela, ya hemos visto en que se ha convertido con el Presidente Nicolás Maduro: Un monumento a la incompetencia que ha destruido económica política y socialmente a la nación más rica de la región con las reservas más grandes de hidrocarburos del mundo compitiendo solo con Arabia Saudita.
Según algunos el contagio toca ahora a Colombia, una de las naciones de instituciones más sólidas del continente, tanto que la democracia ha sobrevivido a más de 60 años de guerrilla que cuestionan fuertemente al Estado y al narco que llegó a controlar amplias áreas geográficas y a llenar de horror con carros bombas y secuestros a las ciudades.
Apunta como favorito para las elecciones de mayo Gustavo Petro, ex guerrillero del M-19 y ex alcalde de Bogotá, posición de la cual fue destituido en el 2013. No hay que estigmatizar por haber sido guerrillero pues también lo fueron Rousseff de Brasil y Mujica y, ambos hicieron labores de Estado dentro del sistema democrático: Hay que analizar sus propuestas pues después de dejar la guerrilla ha sido representante y senador por mucho tiempo.
El Siglo XX culminó con un sistema triunfante, la democracia, liberar representativa o Estado social y democrático de derechos, todos los estados del mundo, decían practicarla. China, por ejemplo, se define como una república popular, aunque como en Cuba, existe un solo partido.
Lo cierto es que la democracia en todas sus vertientes se ejerce a través de los partidos políticos y, estos, en América Latina, excepto en unos pocos países, incluida República Dominicana, están en crisis o pasaron por procesos de fragmentación, división o atomización: Tras cada crisis democrática en el subcontinente, hay una crisis del sistema de partidos.
Otro elemento ha sido la persecución política cuyo mejor ejemplo – no el único – se inicia temprano en Venezuela con Carlos Andres Pérez persiguiendo a Jaime Lusinchi y, este luego aliándose para destituirlo a través del Congreso, deterioro en AD que se une – poco más tarde – a la salida de Rafael Caldera de Copei y su elección como Presidente – en medio del descrédito de la clase política – a través grupúsculos de partidos y movimientos políticos: El resultado fue Hugo Chavez..., y luego, Maduro. El patrón de la persecución siguió luego en Perú, Ecuador, Argentina, Panamá y, particularmente en Brasil, con Lula, entre otros, en todas partes con iguales resultados.
Otro detonante de la crisis de gobernabilidad, es sin dudas que a esta crisis de los partidos, en una era post-ideológica, son los diversos, efectivos y masivos canales de comunicación que han venido a representar las redes sociales: algunos candidatos – como Bolsonaro- llegaron básicamente a través de las redes, que son ajenas al control político, incluso, al control legal eficaz.
República Dominicana, sin embargo, a pesar de la disminución – hasta la poca trascendencia - de los dos partidos políticos que dieron lugar a la democracia, Partido Reformista y Partido Revolucionario Dominicano, al surgimiento de un partido antisistema, como el Partido de la Liberación Dominicana, en 1973, consolidó el sistema y, todos los presidentes concluyeron sus mandatos, incluso en estados de excepción y de crisis mundial, como en el 2020 último periodo del PLD.
Por ello conviene que empecemos a considerar, como un bien jurídico y económico importante de la República, mucho más que el turismo o el oro, el sistema político porque los políticos “corruptos de República Dominicana” han generado crecimiento con estabilidad más exitosamente que en países ricos en recursos materiales, como Venezuela, para no citar otros.
https://listindiario.com/la-republica/2022/03/28/714717/la-crisis-de-la-clase-politica
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