Un liderazgo promotor de una revolución ética y política
Este artículo ha sido escrito en tierras cubanas. He estado participando en el Congreso Pedagogía 2017, en el que constantemente se ha hecho referencia a los grandes aportes a la construcción del sistema social y político cubano del pensamiento y la práctica política de líderes de la categoría de José Martí, el dominicano Máximo Gómez, el Che Guevara, y sobre todo de Fidel Castro, a pocos meses de su desaparición física.
Después de haber dialogado con algunos intelectuales y educadores cubanos y haber conversado con gente común del pueblo, intento definir algunas cualidades que caracterizaron el pensamiento y la práctica revolucionaria de Fidel Castro como líder máximo de la Revolución Cubana, intentando presentar a así un modelo para el liderazgo político dominicano, haitiano, y de los países de América Latina, el Caribe y el mundo.
Entre los aspectos que podemos destacar están:
1.-Un líder movido por la virtud de la esperanza. Tuvo profunda convicción de que sus ideales se transformarían en realidad. A pesar del primer fracaso en la toma del cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, y de su posterior encarcelamiento, Fidel trabajó en la articulación del movimiento político 26 de julio, que sería el precursor del movimiento revolucionario que terminó derrotando militarmente a la dictadura de Fulgencio Batista.
2.- Promotor de la conciencia crítica, auto-crítica y ético-política de un pueblo. Mantener los logros de un proceso revolucionario exige de mentes formadas ideológicamente para priorizar lo público sobre lo privado y no dejarse manipular por el bombardeo ideológico del capitalismo neoliberal, promotor de la “globo-colonización” ideológica, económica y política, tal como lo ha expresado el intelectual brasileño, F. Betto.
3.- Lideró una revolucionaria para empoderar a un pueblo. El proyecto de la revolución cubana fue asumido y defendido por un pueblo, que ha tenido entre sus principales conquistas sociales una educación de calidad, y un servicio de salud que atiende a toda la población con la misma dedicación, con el mismo esmero. Por eso en la ceremonia del funeral de Fidel, en la Plaza de la Revolución en la Habana, cuando el presidente D. Ortega de Nicaragua preguntó a la multitud, sobre quién continuaría la obra que Fidel lideró, la gente comenzó a gritar a coro: “Yo soy Fidel, yo soy Fidel… “
4.-Nunca vio al enemigo como imbatible. Con un grupo de solo 12 hombres sobrevivientes de quienes llegaron desde México en el yate Granma, articuló un movimiento revolucionario que al final terminó derrotando al poderoso ejército de la dictadura de Fulgencio Batista. Además, durante el período que estuvo al frente de la revolución cubana tuvo que enfrentar con gallardía la invasión de Playa Girón en 1961 y sobrevivió a más de 600 intentos de atentados contra su vida, casi todos ellos organizados desde Estados Unidos. Y es que Fidel forma parte de un pueblo que sabe defender su dignidad y sus logros revolucionarios con dignidad
5.-Promotor continuo de cambios para mejorar las condiciones de vida de su pueblo. Un deber de la revolución que lideró es, según sus palabras explícitas, cambiar continuamente todo lo que debe ser cambiado. Y hacerlo con alegría, con decisión y valentía, con la firme convicción de que las principales conquistas del proceso revolucionario cubano son irreversibles.
6.- Promovió la solidaridad internacional del pueblo cubano con otros pueblos sobre todo en las áreas de la salud y la educación. Ningún otro país ha constituido una universidad como la Escuela Latinoamericana de Medicinas (ELAM) en donde se han formado miles de médicos de América Latina, El Caribe y África. A pesar de ser un pueblo con pocos medios económicos, el gobierno cubano ha becado a miles de estudiantes que hoy están sirviendo en sus respectivos países.
Uno de los aportes educativos más significativos de la Revolución Cubana a los pueblos de América Latina, África y el Caribe han sido los programas de alfabetización y educación de Personas jóvenes y adultas “Yo sí puedo” y “yo sí puedo seguir”. Con este programa han comenzado su proceso de alfabetización y educación básica más de 11 millones de personas en países de América Latina, el Caribe y África.
7.- Creó instituciones públicas de servicio en donde se controla la corrupción y se aplican estrictos controles y rendición de cuentas orientados a desincentivarla. Cuando ha habido casos de corrupción los responsables han tenido que asumir las consecuencias de sus actuaciones que en ocasiones ha llegado hasta la pena de muerte, como en el caso del militar Ochoa y sus compañeros que fueron condenados a muerte y ejecutados.
8.- Respetó las diferentes expresiones religiosas que existen en Cuba. Tanto las provenientes de las religiones afroamericanas, como las de origen judeo-cristiano. Valoró significativamente el movimiento religioso liberador de América latina y el Caribe comprometido con los procesos de transformación social y política. Conoció y valoró, además, la teología de la liberación. Es conocida su amistad y aprecio por los teólogos latinoamericanos Leonardo Boff y Frey Betto.
En definitiva podemos concluir señalando que la desaparición física del principal líder de la Revolución Cubana presenta un gran desafío para el actual liderazgo político del pueblo cubano. No obstante, con un pueblo empoderado ética y políticamente, el trabajo de sus líderes se hace más llevadero. Pues la memoria inspiradora de Fidel, igual que la de José Martí, Máximo Gómez, el Che Guevara, Camilo Cienfuegos, entre otros, se convierte en eterna inspiración para mantener los logros de un sistema socialista, en donde se prioriza lo público sobre lo privado y en donde hay un pueblo con conciencia social y con memoria histórica, que vive y lucha con dignidad, con espíritu indomable, por mantener sus conquistas sociales, culturales y políticas. http://acento.com.do/2017/opinion/8429105-liderazgo-promotor-una-revolucion-etica-politica/Franklin Pimentel Torres / Observatorio ético-ciudadano
Doctor en Ciencias Pedagógicas. Especialista en temas socio-éticos, religiosos y bíblico-teológicos. Promotor de la conciencia moral, ética y político-ciudadana.Comprometido con la educación digna de los sectores sociales más empobrecidos y excluidos. Indignado permanente ante las injusticias sociales y la corrupción impune.
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