Por qué los desnudos que Egon Schiele pintó hace 100 años siguen siendo demasiado atrevidos para mostrarlos
La idea: anunciarle al mundo que en 2018 Viena celebrará la época más importante de su arte y su cultura.
El plan: desplegar los desnudos de su representante más célebre, Egon Schiele, en ciudades alemanas y británicas para que sus mundialmente famosas obras adornen grandes vallas publicitarias, paredes enteras de edificios y otros espacios de las ciudades en todo su esplendor.
La intención: cuestionar si el arte de Schiele, un siglo después de su muerte, todavía es percibido por la sociedad como demasiado osado.
Alrededor de 1900, el artista se atrevió a presentar la desnudez explícita y descarnadamente.
En ese entonces, el diario austriaco Wiener Abendpost señaló que la visión de Schiele "no tiene nada realmente atractivo, nada seductivo. Él se revuelca en los colores de la decadencia".
A diferencia de otras de sus obras, sus desnudos fueron olvidados por mucho tiempo.
Explicación
No obstante, más tarde salieron de nuevo a la luz, a veces acompañados con las palabras de algunos expertos indicando que la tradición expresionista, de la que forma parte, fue una reacción al mundo moderno.
Ese mundo era el de la preguerra, el de la Viena a principios del siglo XX, una ciudad en la que floreció la vanguardia, hogar de pensadores progresistas como Sigmund Freud y Ludwig Wittgenstein.
Fue un lugar de decadencia que ilustró tan bien el mentor de Schiele, Gustav Klimt, con sus pinturas adornadas con oro. Pero detrás de las superficies brillantes había una realidad libertina.
Las obras de Schiele, nos explican, abordan este binario de exceso y depravación en su preocupación por el tema de lo erótico y la muerte. Sus figuras pueden estar demacradas pero sus posturas son abiertamente sexuales. Y, si te hacen sentir incómodo -nos dicen-, esa es la intención.
Reconocimiento
No obstante otros, como el crítico de arte Jonathan Jones del diario The Guardian, no explican esa parte de la obra del vienés, más bien la reconocen.
Tras visitar una exposición dedicada a los desnudos del artista, Jones señaló que mientras que "muchos grandes artistas modernos de su época vivían aterrorizados por las mujeres, Egon Schiele era un hombre que amaba las vaginas".
Añade que aunque "puede parecer simplemente otro voyerista masculino, su deleite en la vagina lo distingue como un artista que no solo desea, sino que adora genuinamente a las mujeres (...) es un amante, no un enemigo".
"En el arte de Schiele, el sexo es bello, el cuerpo es poético. Después de todo, estudió arte en la Viena de Sigmund Freud. (...) Y no fue solo Freud quien celebró el sexo a principios del siglo XX en Viena. Gustav Mahler estaba componiendo música que habitualmente se derrumba en extenuación exultante después del coito, mientras Gustav Klimt pintaba sus doradas rapsodias al deseo".
"Hay un deleite en el arte erótico de Schiele que va en contra de todos los clichés de lo que se supone que fue el modernismo a principios del siglo XX".
"Su 'Parada desnuda con medias naranja (1914)' es una obra maestra desafiante y moderna. Pero, ¿es inquietante, desesperante o alguna de las cosas sombrías que se supone que es el arte moderno? No, es alegre y erótica".
Precisamente esa mujer desafiante y desnuda con medias de color naranja era una de las que iba a adornar espacios públicos en ciudades como Londres, Hamburgo y Colonia, como lo está haciendo sin problema alguno ahora en Viena.
Sin embargo el plan vienés fue rechazado en Reino Unido y Alemania debido a las reglas que gobiernan la moralidad en el dominio público. Las obras no se pudieron mostrar en el original como se planeó.
Después de muchos experimentos con diferentes tipos de cobertura, se eligió la versión que más tapaba los cuerpos dibujados por Schiele para satisfacer todas las demandas y que uno de los mejores artistas de su época pudiera ser publicitado en público.
Los anuncios digitales que habían sido aprobados originalmente fueron rechazados en Internet, pues los problemas con la desnudez no se limitan al mundo offline.
Lo bueno, dicen los organizadores de la campaña, es que esas estipulaciones proporcionaron la respuesta a la pregunta formulada en la campaña: ¿sigue siendo demasiado osado el arte de Schiele en la actualidad?
O quizás no
Como es natural, no todo es blanco y negro.
Los encargados de estos asuntos en el metro de Londres, por ejemplo, han tenido que explicar en varias ocasiones en las que censuran imágenes que "millones de personas viajan en el metro de Londres diariamente y no tienen otra opción que ver cualquier publicidad que esté desplegada".
"Tenemos que tener en cuenta la gama completa de viajeros y esforzarnos por no ofender con los anuncios que mostramos".
Las directrices de Transporte para Londres establecen que una imagen será rechazada si "el anuncio muestra a hombres, mujeres o niños de una manera sexual o muestra figuras desnudas o semidesnudas en un contexto abiertamente sexual".
¿Qué dijo el mismo Schiele?
En una página de su diario escribió: "No niego que he hecho dibujos y acuarelas de naturaleza erótica. Pero son siempre obras de arte. ¿No hay artistas que hayan hecho pinturas eróticas?".
¿Qué dices tú?
Los organizadores de Modernismo Vienés 2018 crearon una etiqueta o hashtag para que participes en la discusión y opines, #ToArtItsFreedom, inspirado en el eslogan que está en la entrada de los Talleres Vieneses: "A cada tiempo su arte, y a cada arte su libertad".
Las opiniones que se expresen a través de las redes formarán parte de la exposición.
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