(OroyFinanzas.com) – Malos tiempos para los valores refugio, especialmente para el oro, el cual al cierre de sesión de ayer rebotó tras varios días de caídas. El estado del mercado y las perspectivas para 2015 podemos observarlas en un indicador tan importante como las ventas de monedas de oro de las Fábricas de Moneda como las de Estados Unidos (US Mint), Reino Unido (The Royal Mint), Canadá (Royal Canadian Mint) o Australia (The Perth Mint). En esta ocasión, le prestaremos especial atención a la venta de monedas de oro producidas en Estados Unidos.
Según los últimos datos publicados en el día de ayer, la venta de monedas American Gold Eagle se ha desplomado un 39% en 2014 hasta 524.500 onzas, mientras que en 2013, las ventas a inversores particulares e institucionales fueron de 856.500 onzas.
En el mes de diciembre, la caída ha sido aún mayor, concretamente del 70% interanual, mes en el que el precio del oro ha profundizado en su tendencia bajista de corto plazo para cerrar el año prácticamente plano. En este sentido, el oro se coloca como una de las inversiones más mediocres de 2014 mientras índices bursátiles como el Standard & Poor’s 500 (S&P 500) se ha revalorizado un 13% y el índice que mide la evolución del dólar americano contra una cesta de divisas -el Bloomberg Dollar Index- ha subido un 11% en este año.
Caída de ventas de monedas de oro y explosión de las ventas de monedas de plata
La caída de las ventas de monedas de oro acuñadas por la US Mint, en cambio, se ha visto compensada con el espectacular aumento de la venta de monedas de plata, aprovechando las intensas caídas que este metal ha registrado en el año. Hasta el 30 de diciembre, la Fábrica de Moneda americana ha vendido 44 millones de onzas en monedas de plata, alcanzando máximos históricos.
Fuente: US Mint
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El oro: los últimos años del comercio del metal y sus perspectivas

Por Servicios de Acento.com.do. 4 de enero de 2015 - 11:00 pm - http://acento.com.do/2015/actualidad/8209937-el-oro-los-ultimos-anos-del-comercio-del-metal-y-sus-perspectivas/
Tras subir siete veces durante un mercado alcista de doce años, los inversionistas vendieron intensamente en 2013
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BLOOMBERG
Alza y caída del oro
Por Nicholas Larkin (Traducción Iván Pérez Carrión)
El Rey Midas lo codiciaba. Los incas lo adoraban. Escamas brillantes del metal desataron una fiebre en el siglo XIX en California y los capitanes de barcos nunca dejaron de buscarlo en el fondo del mar. Mientras que el oro ha encendido pasiones desde hace siglos, para los inversores de hoy en día, al parecer, el metal ha ido perdiendo su atractivo.
Tras subir siete veces durante un mercado alcista de doce años ‒una corrida igualada solo por un puñado de activos, incluyendo los bonos del Tesoro estadounidense y los sellos‒ los inversionistas vendieron intensamente en 2013. Otra caída el año pasado marcó los primeros descensos anuales consecutivos en catorce años. ¿Son el auge épico y la caída del oro solamente otro ciclo de mercado, o es un cambio en los apetitos humanos?
La situación
El atractivo de larga tradición del oro como un refugio ante las tormentas financieras lo llevaron a un precio récord de US$1,921.17 la onza troy en 2011. Los inversores buscaron refugio ante la amenaza de una inflación más rápida y monedas más débiles, cuando los gobiernos ampliaron la oferta de dinero mediante la compra de bonos para estimular economías que flaqueaban.
En la medida en que el crecimiento económico empezó a retornar, los mercados bursátiles se recuperaron y el metal comenzó a caer. El oro en barras se desplomó 28% en 2013 y más tarde se deslizó otro 1.4%, en 2014. La caída afectó a los titulares de fondos de oro, como el multimillonario John Paulson, a productores como Barrick Gold, y a los mayores propietarios de oro, los bancos centrales.
Los inversionistas vendieron la mayor cantidad de productos negociados en bolsa con respaldo físico de oro en 2013, que habían comprado durante los tres años anteriores, y continuaron deshaciéndose de ellos. El interés en el oro revivió, por momentos, en 2014, cuando la preocupación por la desaceleración del crecimiento económico mundial, una venta masiva en mercados emergentes y la agitación en Ucrania y Oriente Medio avivaron la demanda de una protección para la riqueza. Pero el oro sigue siendo a la baja en alrededor de un tercio de su nivel máximo, alimentando con ello el debate sobre las lecciones de la espectacular caída del metal.
Antecedentes
Descartado como sistema monetario cuando la paridad del dólar con el oro terminó en la década de 1970, el metal se disparó a US$850 en 1980. Los precios cayeron en las dos décadas siguientes, estimulando a los bancos centrales de todo el mundo a reducir el volumen de sus reservas.
Cuando la crisis financiera hizo subir más al metal en 2008, los bancos centrales comenzaron a comprar de nuevo y todavía lo están acumulando, aunque a un ritmo más lento. Los inversores acudieron en masa a los productos negociados en bolsa respaldados en oro después de la primera registrada en 2003. Los inversores confiaban en un activo que los gobiernos no pueden producir por voluntad propia. Argumentos similares se emplean para explicar el aumento de la popularidad del Bitcoin, una moneda virtual con límites en la oferta.
El debate
Quizás más que cualquier otra inversión, los lingotes de oro actúan como una caja de resonancia para las ansiedades sobre el crecimiento económico, los temores de un conflicto geopolítico y las conjeturas acerca de lo que los bancos centrales del mundo están pensando. Warren Buffett manifestó su famoso desdén por el oro, porque según él, no es productivo como, por ejemplo, las empresas o las tierras de cultivo. Buffett escribió en 2011 que los inversores en el metal precioso están motivados por la “creencia de que las filas de los temerosos crecerán”.
Los conservadores del oro dicen que ahora hay menos razones para retenerlo, porque los bancos centrales han diseñado una recuperación económica sin provocar inflación, un argumento reforzado por la caída de los precios del petróleo.
La Reserva Federal de Estados Unidos puso fin a su programa de compra de bonos, y un crecimiento más rápido de la economía y tasas de interés más altas, reforzará el dólar, otro de los refugios favoritos. Goldman Sachs pronostica que el oro va a extender su caída y que se encamina hacia los US$1,050 la onza.
Sin embargo, durante muchos períodos de la historia el oro ha demostrado su valor entre el arsenal de las inversiones. Los optimistas dicen que los aumentos de precios del consumidor resurgirán de nuevo y que la oferta podría verse restringida por mayores costos de extracción. La demanda de oro también está apoyada por el aumento de los ingresos en China y otros países asiáticos, donde los agricultores compran el metal para las dotes y existen menos refugios seguros para la riqueza.
Fuente: http://www.bloombergview.com/quicktake/the-fall-of-gold