martes, 28 de abril de 2015

La fiebre no está en la sábana / Por Argelia Tejada Yangüela

Leonel no es buen estudiante. No ha percibido que Medina le ganó la simpatía del pueblo por crear la imagen opuesta a la que él representa.
Humanismo y Ciencia 
Por Argelia Tejada Yangüela. 28 de abril de 2015
Investigadora social, sociología de la religión
La fiebre no está en la sábana
atejada

Argelia Tejada Yangüela

Doctora en Sociología Cuantitativa y del Conflicto, PhD Investigadora social, ex -profesora pre-universitaria y universitaria, Publicaciones sobre Evaluaciones de Impacto, Sociología Rural y Sociología de la Religión
Desde que el Presidente Danilo Medina logró ocupar el primer lugar en las encuestas de intención del voto para las elecciones del 2016, se inició el debate sobre su posible reelección, a pesar de que la Constitución se lo impide.  Pero en la República Dominicana, cambiar la Constitución para lograr que el presidente de turno se reelija, no es problema. 
Esto lo confirma el estudio realizado por el Instituto de Economías en Desarrollo [Institute of Developing Economics (IDEC)] en el 2008.  De todas la regiones del Mundo, América Latina es la que más ha significativamente cambiado sus Constituciones, y entre ellas, la República Dominicana ocupa el primer lugar del planeta, con 32 cambios desde 1844.  Es seguida por Venezuela con 26 cambios, Haití con 24 y Ecuador con 20. Contrasta Canadá con solo dos cambios y los Estados Unidos con uno. 
Algo anda muy mal.  El Dr. Joaquín Balaguer, el hombre que por más tiempo ocupó la silla presidencial en nuestra historia republicana, lo dijo claramente: “La Constitución es un pedazo de papel”.  Lo que no dijo es que solo se le aplica a los gobernados, mientras los tres poderes del Estado citan y aplican lo que le conviene al partido oficialista.  ¿Qué pasó con las luchas antitrujillistas y de liberación nacional?
Los hijos, esposa, hermanos y hermanas del tirano fueron forzados a abandonar el país.  Sus estatuas fueron destruidas, los símbolos del odioso régimen tumbados, y su música silenciada.  Sus títulos de propiedad pasaron al Estado.  Ya a finales de 1962, el presidente Trujillista Joaquín Balaguer se vio obligado a abandonar el país; reforzándose la lucha de las ideas por transformar las estructuras del país en una sociedad más justa, igualitaria y democrática.  El 27 de febrero de 1963 triunfa Juan Bosch en unas elecciones democráticas y su gobierno proclama una nueva Constitución.   
La Constitución de 1963 ignoró el contenido del Concordato que Trujillo firmó con el Vaticano en 1954.  La Iglesia Católica Romana, definida más por el anticomunismo que por el Evangelio, conspiró contra el gobierno constitucionalmente constituido y estuvo del lado de los invasores de abril en 1965.  Existen muchos datos históricos que evidencian mi afirmación, varios enunciados por el historiador Moya Pons.  Por la brevedad de un artículo de opinión, cito a la CIA, el organismo conocedor del tramado conspirativo del golpe de estado y la invasión de abril de 1965: 
De conformidad con sus objetivos reformistas, el tenor de este documento [la Constitución de 1963] ha sido muy inquietante para los elementos tradicionales privilegiados de la sociedad dominicana.  La Iglesia, por ejemplo, se ha sentido ofendida por omisiones y disposiciones que afectan la separación de la Iglesia y el Estado.  Cláusulas del borrador original sobre derechos de propiedad y relaciones obrero-patronales han sido modificadas de tal manera que dejan los detalles a una legislación futura.  (Memo de la CIA del 7/6/63, citado por José del Castillo, Evaluación de la CIA).
Desde la caída de Trujillo a nuestra época la sociedad dominicana se ha transformado, y al mismo tiempo los mecanismos de dominación no han cambiado.  La destrujillización fue inconclusa al dejar intacto el Concordato y los privilegios de la Iglesia.  En la actualidad, el caos social creado por la disfuncionalidad de los poderes del Estado, aumenta y crece en complejidad debido a los cambios demográficos que ha experimentado la sociedad dominicana.  El crecimiento poblacional no es solo un fenómeno cuantitativo sino además cualitativo.  Fue acompañado de una de las emigraciones rural-urbana latinoamericanas más profundas y sin un desarrollo industrial que absorbiera la mano de obra sobrante.  La emigración rural fue propiciada por gobiernos que privilegiaron la industria de ensamblaje sobre la agricultura y la construcción urbana monumental, ignorando el bienestar y la educación de la población campesina y sus necesidades básicas.
De 1960 a 2010 la población se multiplicó 4.42 veces.  Los datos censales indican que pasó de 2, 135,872 habitantes en 1960 a 9, 445,281 en el 2010. Por otra parte las políticas de sustitución de importaciones del 1968 y el abandono del campo provocaron el éxodo rural-urbano más rápido de la América Latina.  Los datos del primer censo de 1920 indican una población urbana de apenas el 16.6%.  En 1981 constituía más de la mitad de la población (52%) y en el 2010 tres de cada cuatro personas (74.4%) residían en áreas urbanas. 
La disfuncionalidad actual de los poderes del Estado radica en que son controlados por un Partido único, en vez de constituir tres poderes independientes  que sirvan de contrapeso en el cumplimiento de sus funciones.  Más bien, estos actúan coordinados por el partido político que les dicta leyes y sentencias en función de sus intereses.  Por esta razón los legisladores cambian la Constitución cuando le conviene a su partido, que por lo general, es el mismo que obtiene el control de la presidencia. 
Lo distintivo del momento actual, es que el conflicto por cambiar la Constitución surge de dos facciones del partido oficialista.  El Presidente Medina no puede reelegirse sin cambiar la constitución, pero su elección le garantiza el triunfo al PLD.  Leonel Fernández no necesita cambios en la Constitución, pero el PLD arriesga perder el poder si lo elige como candidato.  Según los resultados de las encuestas, Fernández no tiene mayoría absoluta para ganar en la primera vuelta,  y en la segunda, toda la oposición se uniría en su contra.  Ya la cúpula del PLD tomó la decisión de cambiar la Constitución y no arriesgarse. Pero Leonel Fernández no se da por vencido.  Tiene muchos años embriagado en la burbuja del poder. 
El video que pude observar presentando el inicio de su campaña, encarna la metáfora del Jesús glorioso que se eleva victorioso de su muerte, para presentarse como Salvador de la Humanidad.  La figura del candidato de Villa Juana, se eleva con la música sacra de fondo con un crescendo de himno triunfal que rememora la transformación del hombre Jesús en el Cristo de la eternidad.  El marketing del mesías dominicano es suntuoso, nada comparable al mesías resucitado en Palma Sola.  Su divinidad es reforzada por los haces de luz que convergen en su persona y el movimiento de planos con tonos azules reflejando la multitud que lo aclama y adora.
Leonel no es buen estudiante.  No ha percibido que Medina le ganó la simpatía del pueblo por crear la imagen opuesta a la que él representa.  Además, es el único político que se ha enfrentado al Cardenal para defender el aborto terapéutico.  De él pueden aprender también otros candidatos que les tiemblan las rodillas cuando el purpurado demanda la fuerza del Estado para imponer sus leyes.  Nicaragua y Salvador confirman el oportunismo latinoamericano, de izquierda y de derecha.
http://acento.com.do/2015/opinion/8244229-la-fiebre-no-esta-en-la-sabana/

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