RD tiene gran oportunidad en producción agrícola orgánica
La República Dominicana tiene una gran oportunidad en la producción de cultivos orgánicos para el consumo interno y la exportación debido a que los consumidores están demandando ese tipo de productos para el que existe una demanda anual de US$25,000 millones.
El investigador César López y el agroempresario Isidoro de la Rosa coincidieron en afirmar que en un mercado abierto como el que se aproxima, el país tiene ventajas en los productos orgánicos, principalmente en frutas y vegetales.
López, decano de la Universidad Nacional Evangélica (Unev), expuso sobre la agricultura orgánica en el país y el mundo; y De la Rosa, director ejecutivo de la Confederación Nacional de Cacaocultores Dominicanos (Conacado), trató sobre el éxito del cacao en la agricultura orgánica local, en un encuentro organizado por Confederación Nacional de Productores Agropecuarios (Confenagro), sobre agricultura orgánica.
En “la agricultura orgánica sin mucho apoyo, los productores organizados han logrado colocarse a nivel mundial en dos cultivos: cacao y banano orgánicos; y en otros como café estamos creciendo y frutas tropicales, como mango y aguacate, tenemos mucho potencial”, explicó López.
Agregó que en los países desarrollados el consumidor que tiene capacidad de compra, como los europeos, no quiere residuos de pesticidas que causan enfermedades degenerativas.
Dijo que, por eso, la demanda de productos orgánicos está creciendo y cree que esa estrategia sería favorable para el país. “Si los turistas llegan a conocer bien que muchos de nuestros productos son orgánicos, va a hacer más atractivo al país”.
Dijo, además, que el uso de basura y otros desechos para la preparación de abono orgánico también beneficiará al país porque importará menos abonos químicos.
López agregó que en la producción orgánica hay que invertir, al igual que en la convencional, con abonos químicos.
En tanto, Isidoro de la Rosa, al conversar sobre la experiencia de Conacado en la producción de cacao orgánico, indicó que “lo primero fue organizar a los productores, certificarlos, darle capacitación, asistencia técnica, construir infraestructura para manejo colectivo del cacao porque en el país no había experiencia del manejo postcosecha de una fermentación y un manejo adecuado y nosotros hicimos ese trabajo”.
Recordó que “somos los líderes en la exportación mundial de cacao orgánico pero en los últimos años se nos están acercando los productores de Ecuador, Perú y Colombia, cuyos gobiernos los apoyan con recursos de fondos internacionales donados y prestados a tasas prácticamente cero para apoyar su producción”.
Agregó que esos gobiernos también les donan a sus cacaocultores infraestructuras y fondos para pagarles a los técnicos que los asesoran.
De la Rosa indicó que hay que apoyar la producción orgánica para poder ser competitivo, ya que la isla no tiene otra opción en la agropecuaria que no sea la producción orgánica de alta calidad y agregarle valor a esa producción.
“De otra manera, no podemos competir en un mercado global que está abierto y con productos extremadamente subsidiados en sus países de origen. La única solución es la organización de los productores para exigir políticas públicas claras que ayuden y obliguen a los políticos a hacerle frente a esas necesidades y que no nos pase como a otros países que se han quedado sin las divisas para las importaciones”, señaló.
El investigador César López y el agroempresario Isidoro de la Rosa coincidieron en afirmar que en un mercado abierto como el que se aproxima, el país tiene ventajas en los productos orgánicos, principalmente en frutas y vegetales.
López, decano de la Universidad Nacional Evangélica (Unev), expuso sobre la agricultura orgánica en el país y el mundo; y De la Rosa, director ejecutivo de la Confederación Nacional de Cacaocultores Dominicanos (Conacado), trató sobre el éxito del cacao en la agricultura orgánica local, en un encuentro organizado por Confederación Nacional de Productores Agropecuarios (Confenagro), sobre agricultura orgánica.
En “la agricultura orgánica sin mucho apoyo, los productores organizados han logrado colocarse a nivel mundial en dos cultivos: cacao y banano orgánicos; y en otros como café estamos creciendo y frutas tropicales, como mango y aguacate, tenemos mucho potencial”, explicó López.
Agregó que en los países desarrollados el consumidor que tiene capacidad de compra, como los europeos, no quiere residuos de pesticidas que causan enfermedades degenerativas.
Dijo que, por eso, la demanda de productos orgánicos está creciendo y cree que esa estrategia sería favorable para el país. “Si los turistas llegan a conocer bien que muchos de nuestros productos son orgánicos, va a hacer más atractivo al país”.
Dijo, además, que el uso de basura y otros desechos para la preparación de abono orgánico también beneficiará al país porque importará menos abonos químicos.
López agregó que en la producción orgánica hay que invertir, al igual que en la convencional, con abonos químicos.
En tanto, Isidoro de la Rosa, al conversar sobre la experiencia de Conacado en la producción de cacao orgánico, indicó que “lo primero fue organizar a los productores, certificarlos, darle capacitación, asistencia técnica, construir infraestructura para manejo colectivo del cacao porque en el país no había experiencia del manejo postcosecha de una fermentación y un manejo adecuado y nosotros hicimos ese trabajo”.
Recordó que “somos los líderes en la exportación mundial de cacao orgánico pero en los últimos años se nos están acercando los productores de Ecuador, Perú y Colombia, cuyos gobiernos los apoyan con recursos de fondos internacionales donados y prestados a tasas prácticamente cero para apoyar su producción”.
Agregó que esos gobiernos también les donan a sus cacaocultores infraestructuras y fondos para pagarles a los técnicos que los asesoran.
De la Rosa indicó que hay que apoyar la producción orgánica para poder ser competitivo, ya que la isla no tiene otra opción en la agropecuaria que no sea la producción orgánica de alta calidad y agregarle valor a esa producción.
“De otra manera, no podemos competir en un mercado global que está abierto y con productos extremadamente subsidiados en sus países de origen. La única solución es la organización de los productores para exigir políticas públicas claras que ayuden y obliguen a los políticos a hacerle frente a esas necesidades y que no nos pase como a otros países que se han quedado sin las divisas para las importaciones”, señaló.