miércoles, 12 de octubre de 2016

Pepe Mujica o el placer de la vida simple | César Pérez

Pepe Mujica o el placer de la vida simple

cesarCésar Pérez - 12 de octubre de 2016
En un mundo donde la gente cree que es más mientras más tiene, mientras mayor es su capacidad de consumo y mientras mayor es su poder, la opción de vida sencilla del ex presidente de Uruguay, Pepe Mujica, no deja de sorprender. Es un raro ejemplo y ejemplar de esa generación de los 60, fundamentalmente del 68, de que es posible ser coherente con lo que se piensa y se dice, que para muchos la lucha por la conquista del poder no era ni es una mera búsqueda de escape a su situación personal y/o existencial, sino un firme deseo de transformar el mundo. La interiorización de esas ideas le ha permitido a Pepe Mujica transformarse a sí mismo e incidir más eficazmente en quienes mantenemos una actitud de resistencia y enfrentamiento al cinismo de ciertos políticos y de cierta política.
Pepe Mujica viene de lejos, viene del contexto ideal y cultural de las luchas contra las dictaduras, armas en manos, que lo llevaron a la cárcel y al exilio. Viene de acciones prácticas y de profundas reflexiones teóricas en círculos de amigos sobre cómo cambiar el mundo y con compañeros de luchas en los colectivos políticos en los que ha militado, pues siempre ha sostenido que la lucha contra cualquier poder tiene sentido si se le imprime una direccionalidad política. Entre sus amigos cuenta a Luis Sepúlveda y Carlo Petrini, dos viejos compañeros de lucha y de exilio, que viniendo del marxismo y sin renunciar a elementos esenciales de esta corriente, han devenidograndes exponentes del Movimiento Slow (lento): una actitud sosegada contra el actual atropellante ritmo de vida.
Esa vergüenza, que es nuestra, seguro que la habrá notado Pepe Mujica en la visita que estos días hace a nuestro país.
En el libro L’idea della felicita, (La idea de la felicidad) de Carlo Petrini y Luis Sepúlveda, este último cuenta la anécdota del día en que ambos fueron a comer al bellísimo, variadísimo y emblemático mercado de Montevideo; y mientras devoraban un asado, él y el asador no dejaban de mirarse, hasta que finalmente este último se acercó a la mesa y le dijo “hola Luis, no te acuerdas de mí, soy Pepe Mujica” y se confundieron en uno de esos fuertes y prolongados abrazos que se dan los viejos compañeros de viaje.  Carlo Petrini tiene un excelente libro titulado:Cibo e Libertá (Comida y Libertá), una concepción de la producción y consumo de la comida y la alimentación como alternativa e instrumento de liberación en la lucha contra las multinacionales productoras y manipuladoras dealimentos y de consumidores.
El principal oficio de Pepe Mujica es el de pequeño productor de flores y de alimentos; un oficio que produce una profunda felicidad y riqueza espiritual. El Movimiento Slow y la comida o alimentación como opción de vida y de lucha por la libertad, tienen como objetivo enfrentar el consumismo, el goce y uso del poder de algunos para reafirmarse como persona. Es una opción de vida desde una perspectiva de activa resistencia y lucha contra las diversas formas del poder. Por eso, el placer de la vida simple que ha abrazo este laureado personaje está sentado enla práctica y en profundas reflexiones ideales y políticas. En valores irrenunciables.
No puedo terminar esta reflexión sobre la placentera simplicidad de la vida de Pepe Mujicay de sus concepciones ideales, sin dejar de pensar en el boato y en las diversas formas de corrupción en que discurre la vida de mucha gente de este país, no sólo de una clase política cuyo estilo de vida uso del poder, mutatis mutandis, nos ha sumido entre los ocho países más corrupto del mundo, sino de una clase media y profesional tan acentuadamente propensas al desenfreno en términos del consumo de bienes de todo tipo. Una clase media y alta cuya propensión al consumo es altamente superior a las de la generalidad de los países ricos.  Sin dejar de pensar en un país donde existen las más absurdas diferencias sociales, salariales y de estilo de vida. Esa vergüenza, que es nuestra, seguro que la habrá notado Pepe Mujica en la visita que estos días hace a nuestro país.
A pesar de todo, esperemos que esa visita nos permita reflexionar sobre las razones que han llevado a Pepe Mujica a tener un estilo de vida simple y placentero que es celebrado en todo el mundo, y que a muchos nos estimule a persistir en los valores, la practica e ideas que lo han llevado a ser el que es.

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