Por Juan Taveras Hernández
La
aparición sorpresiva y un tanto inaudita del ex narcotraficante, deportado y
condenado, Quirino Ernesto Paulino Castillo, arremetiendo contra el ex
presidente Leonel Fernández diciendo que lo mantuvo económicamente durante los
cuatro años que se mantuvo en la oposición, (2000-2004) entregándole más de 200 millones de pesos, ha servido para
poner de manifiesto para qué sirve el poder en un país pobre y atrasado, sin
instituciones, como el nuestro.
Quirino
ha probado el inmenso poder que tiene el ex mandatario Fernández que ha
provocado, además de la visita a su residencia del presidente Danilo Medina y
varios miembros del Comité Político del Partido de la Liberación Dominica, del
cual también es presidente, el respaldo de senadores, diputados, alcaldes y más
de 70 generales retirados, menos el que frecuentemente cita el capo deportado,
el ex jefe de las Fuerzas Armadas Florentino y Florentino que ha preferido, sus
razones tendrá, para guardar silencio, al igual que su esposa, Margarita Gómez.
No
creo que Joaquín Balaguer, ni ningún otro presidente después de ajusticiado
Trujillo, acumulara tanta influencia ni tanto poder político, económico y
social, como Leonel Fernández.
Les
pertenecen las “Altas Cortes”, el Ministerio Público, el Ejecutivo, gran parte
del Congreso, el PLD, los aliados como el PRD, que no dice ni dirá nada sobre
el particular.
Con
sutil ironía la colega Altagracia Salazar comentaba uno de estos días en el
programa “El que Madruga Dios lo Ayuda” que realiza junto con Erick Mendoza, en Teleantillas, cómo los periódicos publican las
reacciones a lo que dice Quirino, pero
no las acusaciones, muy serias, detalladas y contundentes del capo. Como si
fuera un fantasma.
Lo
que dice Quirino no se pública ni en la página de las esquelas mortuorias, pero
las críticas y las condenas a lo que dice, aparecen hasta en primera plana.
Las
bocinas de Leonel, pagadas todavía por el gobierno, que son muchas, entre
periodistas, comentaristas, “líderes” de opinión y los interactivos, han salido
furiosas a defender a su patrón. (El ejército del aire. La aviación mediática
con sus mortíferas armas).
Leonel
es dueño, por así decirlo, de todos los poderes del Estado incluyendo los
fácticos, razón por la cual es intocable mientras su partido (suyo, de su
propiedad) esté en el poder. Y cuidado si esa soberanía se mantiene aun después
de que su organización tenga que abandonar el Palacio Nacional, como ya
ocurrió.
De
no ser así, habría sido citado en el juicio de Félix Bautista y compartes,
porque él es el imputado invisible de ese sainete de mal gusto. Nadie lo citará ni siquiera en el juicio de
fondo, si es que el juez –cosa que dudo- así lo decidiera.
La
respuesta de Leonel a las imputaciones de Quirino fue bochornosa; una burla a
la inteligencia de los demás. Se fue por
la tangente; cogió el rábano por las hojas;
no se fue al meollo, al fondo de las acusaciones.
Ningún
medio le ha solicitado que explique si
conoce o no a Quirino, si es verdad que
recibió dinero, si es cierto que el capo lo mantuvo económicamente durante
cuatro años, si está dispuesto a someterse a una prueba con el polígrafo, etc.,
si está dispuesto a ir a los tribunales nacionales o extranjero para limpiar su
imagen.
Tal vez usted o yo, con el poder que tiene el ex
presidente Fernández, dueño y amo de este feudo que muchos ingenuos insisten en
llamar país, actúe igual. Total, los
vasallos no merecemos explicaciones. 19 de febrero de 2015. SANTO DOMINGO
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