viernes, 18 de septiembre de 2020

Abinader su oportunidad histórica

Abinader su oportunidad histórica

Por El Nacional / 13/09/2020

Luego de múltiples desplantes jurídicos efectuados por el Tribunal Superior Electoral contra el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el doctor Hugo Tolentino Dipp sugirió abandonar esa entidad y sus siglas y crear una nueva organización política, se acogió la certera propuesta y así surgió el Partido Revolucionario Moderno (PRM) en medio de luchas diversas de amplios sectores sociales, pero sin dirección política efectiva.

En la contienda electoral de 2016 el PRM sacó algo más que el 35% de los votos. Luego se sometió a un arduo proceso de estructuración en todo el territorio, se manejó bien con la prensa, obvió tomar posición frente a algunos temas neurálgicos.

Más tarde, renovó sus dirigentes a todos los niveles; dando promoción a figuras jóvenes, que sintonizaron con las demandas de una amplia franja social que venía alejándose del oficialismo.

El país venía dando demostración de indignación frente a un conjunto de desaciertos políticos desde la administración del Estado por parte del Partido de la Liberación Dominicana.

La no rotación de las élites, los intentos de crear una cementera en el Parque Nacional Los Haitises, lo mismo que de Loma Miranda, la depredación de las áreas protegidas por personeros del Estado, las denuncias de actos de corrupción y las constantes actos de cohechos, prevaricación y la soberbia de funcionarios que en cada comparecencia pública se mofaban del país, hastiaron hasta a los más insensibles y convocaron múltiples actos de rebeldías protagonizados por ciudadanos de todas las banderías que demostraron que las energías nacionales no estaban agotadas y las luchas fueron incrementándose.

En su lucha ascensional por lograr arrebatarle conquistas al Estado oligárquico, las masas lograron establecer el 4% para la Educación de pre-grado, en jornadas llevadas a cabo en todo el territorio con alto sentido cívico, y para enero del 2017 se conoció el escándalo mundial de Odebrecht como respuesta surgió la formidable Marcha Verde.

Evento en el marco sistémico que llamaba la atención sobre la corrupción y la impunidad que despertó amplias simpatías nacionales, pero que fue desdeñada por el gobierno que le hizo caso omiso.

El país también se movilizó contra la estructura del crimen organizado que operaba desde la oficina de supervisión de obras del Estado, OISOE, y sacó a flote el pus imperante ahí, dando lugar a las cadenas humanas de protestas en las principales ciudades del país.

Para coronar las luchas sociales surgió la presencia juvenil en torno a la Plaza de la Bandera y por igual el gobierno no obtemperó a oír, ni a cambiar de rumbo y menos a frenar el dispendio del dinero público.

Algunos llegaron a temer que por falta de una dirección política las masas desbordaran el marco sistémico y la situación se tornara incontrolable, pues el gobierno seguía desafiando al país con prepotencia, amplios sectores resistían y no se vislumbraba dirección política que encausara las protestar.

En esas circunstancias se tejió el vínculo político entre una parte del movimiento social y el PRM.
Para 2019 los conflictos entre las tendencias al interior del PLD pasaron a ventilarse en público mientras arreciaba a lo interno. En algunos sectores, con mayor nivel político y analítico se preguntaban ¿dónde está la izquierda? Esta no aparecía en tanto entidad con personalidad propia.

La dinámica social seguía en ascenso y las aspiraciones de los sectores que buscaban expresarse políticamente contra un gobierno agotado fueron canalizadas a través del PRM, que buscaba ganar simpatías electorales y se conectó con los clamores populares.

Mientras que la falta de análisis sobre la situación concreta, de parte de los estrategas oficiales, sumados a su praxis contraría al interés popular, hicieron que el PRM capitalizara el descontento y lo expresara políticamente en la figura de Luis Abinader que pasó a encarnar las aspiraciones de salir del PLD.

Hay que resaltar que un grupo de intelectuales creó un espacio de debate y reflexión, (Coalición Democrática), convocó a siete partidos, respondieron seis y firmaron un programa de gobierno que recogía los puntos nodales de las aspiraciones populares y con ello, partido y candidato ampliaron sus simpatías pactando con un abanico de sectores sociales, por medio de un programa político, la pandemia impidió que la firma del programa fuera en acto multitudinario.

El 2020 inició con todo a favor de Abinader; crisis y ruptura en el PLD, el gobierno, el senado y los diputados, contrastaba con la vocación de poder y unidad a lo interno del PRM y en torno a su candidato.

La prudencia con que se manejó Abinader, los aciertos de las decisiones del partido y las torpezas del enemigo, le allanaban el camino; a ello hay que sumar los resultados de más de 15 encuestas que lo señalaban como puntero para el evento comicial.

La victoria en las elecciones municipales, tal como dijo el presidente Danilo, presagió y sentó las bases para el éxito de las presidenciales y congresuales, al margen de las múltiples manipulaciones e intentos de sabotajes, sin hablar del uso abusivo de los recursos públicos y del despliegue de miles millones de pesos para comprar a quienes se vendían, por parte del oficialismo.

La victoria electoral del 5 de julio de Abinader, tiene múltiples lecturas, pero tal vez la más significativa sea que el nuevo presidente debe saber y asumir que sus promesas no deben caer en el vacío, porque las jornadas de luchas de los últimos 25 años han ido creando la subjetividad necesaria para retomarla con firmeza y creatividad.

Al Presidente Abinader no hay que pedirle que haga una revolución, pero puede casarse con la gloria, si hace que los hechos oficiales de su administración secunden sus promesas electorales. Se sabe que no viene con vara mágica, ni olvidemos que recibe un país en crisis multisectorial.

Al derrotar al PLD se superó en obstáculo político estructural, ahora que cada quien asuma las tareas correspondientes y que el nuevo gobierno mantenga la sintonía con la nación. Lo prometido en campaña y plasmado en programa, el país lo espera.
El autor es historiador.

Por: Dantes Ortiz Núñez

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