La evolución del Covid-19 se registra, en gran medida, con resultados de pruebas de diagnóstico y datos hospitalarios, una información que puede verse alterada por retrasos. Para evitarlo, un estudio sugiere que controlar las aguas residuales podría ser un método más eficaz y dinámico para confirmar la infección por SARS-CoV-2 en una comunidad.
El estudio, publicado hoy en Nature Biotechnology, parte de los resultados de los análisis de los lodos de aguas residuales efectuados durante diez semanas en una planta de tratamiento de los residuos del área metropolitana de New Haven, Connecticut (EEUU).
Los investigadores creen que estos análisis pueden proporcionar información actualizada sobre las infecciones en zonas con escasa capacidad para hacer pruebas PCR o que sufren más retrasos en la presentación de informes por la saturación de los centros sanitarios.
Además, puntualiza el estudio, los síntomas del coronavirus pueden aflorar hasta dos semanas después del contagio inicial.
El estudio recuerda que el análisis de las aguas residuales ya se ha utilizado en otras epidemias y que, en el caso del coronavirus, puede ayudar a tener un registro del ARN del SARS-CoV-2 en los desechos de una comunidad, un indicador que está asociado al aumento de casos.
Para hacer la investigación, los científicos recogieron muestras diarias de las aguas residuales desde el 19 de marzo al 1 de junio y compararon las concentraciones de ARN del SARS-CoV-2 con los datos de infección disponibles públicamente.
Al comparar los datos de las pruebas positivas de SARS-CoV-2 por la fecha de recogida de la muestra y por la fecha de notificación, y los ingresos hospitalarios de COVID-19, descubrieron que las concentraciones de ARN viral en los lodos de depuradora se adelantaban entre 0 y 2 días a los datos de las pruebas positivas de diagnóstico.
También constataron que los datos de los lodos estaban entre 1 y 4 días adelantados a los ingresos hospitalarios y entre 6 y 8 días adelantados a las pruebas positivas de diagnóstico, en gran medida, debido a los retrasos en la notificación de los resultados de las pruebas.
Dado que tanto el lodo como los datos epidemiológicos son susceptibles de variabilidad, los autores no correlacionaron el nivel de ARN del SARS-CoV-2 en el lodo y el número de casos de COVID-19 pero advierten de que en las zonas en que la presentación de los informes o la realización de las pruebas se retrasa, "el análisis de las aguas residuales podría proporcionar una notificación anticipada de la dinámica de la infección" en una comunidad.
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