Organizaciones y ciudadanos/as independientes constituyen un espacio de articulación de cara al 2020
Activistas sociales, dirigentes comunitarios y profesionales accionan para desplazar al oficialismo
Publicado el: 11 noviembre, 2018 Por: Hoy e-mail: info@hoy.com.do
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Sectores dominicanos crean una coalición dirigida a desplazar al oficialismo
EFE - Santo Domingo | 11/11/2018 - 19:36h
Activistas sociales, dirigentes comunitarios y profesionales de diversas ramas crearon hoy en la capital dominicana la "Coalición Democrática", para impulsar una "gran alianza" político social dirigida a desplazar del poder al oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Aseguraron que ese sería el paso inicial para superar la crisis institucional, el deterioro del aparato económico y la enorme inequidad social que han situado a República Dominicana en los últimos lugares de la mayoría de los índices mundiales.
La coalición dio a conocer durante una asamblea recogida en un documento, que tiene como propósito establecer un "Gobierno de Regeneración Nacional" dirigido a promover las reformas institucionales necesarias para la creación de un nuevo orden de cumplimiento de la Constitución y las leyes que garantice la participación electoral con equidad.
"Ningún partido político puede por sí solo impulsar los cambios políticos que demanda la sociedad, ni vencer la inmensa maquinaria de dominio y manipulación del Estado que se nos ha impuesto", dijo el portavoz del movimiento Rafael Henríquez.
Explicó que el "cambio democrático" solo será posible con la confluencia y articulación de amplios sectores sociales y políticos como los que se han expresado en el movimiento Marcha Verde contra la corrupción y la impunidad.
La organización aclaró que no es contraria a los partidos y que no pretende convertirse en otra más de las decenas que han surgido en las últimas décadas.
"Con los bueyes existentes es que debemos tirar de la carreta nacional, con visión crítica para incentivarlos a fortalecer las prácticas democráticas y a recuperar la primacía de los fundamentos de la ciencia política, que el patricio Juan Pablo Duarte definió como las más digna de ocupar las mentes humanas", dice el documento.
La nueva agrupación criticó la política de endeudamiento del Gobierno, así como la malversación e ineficaz manejo de la cosa pública y el irrespeto a la seguridad jurídica que, consideró, desincentivan las contribuciones y las inversiones privadas nacionales y extranjeras.
Consideró el movimiento que el país continúa sufriendo de males muy antiguos como el caudillismo político, la precariedad institucional, la falta de transparencia, la desbordante corrupción, así como graves deficiencias en los servicios públicos esenciales como son salud y educación.
11/11/2018 - 19:36h
https://www.eldiario.es/politica/Sectores-dominicanos-coalicion-desplazar-oficialismo_0_834666871.html
ELECCIONES 2020
Constituyen la “Coalición Democrática”, buscará desplazar al PLD en elecciones 2020
SANTO DOMINGO 11 / 11 / 2018, 02:13 PM
SANTO DOMINGO. Durante una asamblea realizada en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), diversas personalidades de la vida pública constituyeron la llamada “Coalición Democrática” bajo el compromiso de impulsar una gran alianza político social para desplazar al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) “del control absoluto del Estado”.
Desplazar al PLD es para la “Coalición Democrática” el paso inicial para, según ellos, superar la crisis institucional, el deterioro del aparato económico y la enorme inequidad social que han situado a la República Dominicana en los últimos lugares de la mayoría de los índices mundiales.
La asamblea aprobó los “Lineamientos básicos para un gobierno de Regeneración Nacional” con los que todos los participantes y las personas e instituciones que se sumen se comprometen a promover las reformas institucionales necesarias para la creación de un nuevo orden de cumplimiento de la Constitución y las leyes que garantice la participación electoral con equidad.
La Coalición Democrática es el resultado del encuentro de decenas de personas, activistas sociales, líderes comunitarios, gente del mundo empresarial, religioso y organizaciones que a lo largo de los últimos meses habían abordado de manera particular el deterioro social e institucional que vive el país y que han decidido actuar juntos para superar el deterioro de la vida dominicana.
Al leer la proclama de Santo Domingo el jurista Fernando Henríquez definió el punto de partida de la organización “Ningún partido político puede por sí solo impulsar los cambios políticos que demanda la sociedad, ni vencer la inmensa maquinaria de dominio y manipulación del Estado que se nos ha impuesto” y que, “el cambio democrático solo será posible con la confluencia y articulación de amplios sectores sociales y políticos como los que se han expresado en el Movimiento Marcha Verde contra la corrupción y la impunidad”.
La Coalición aclaró que no es una organización anti partido y que no pretende convertirse en otra más de las decenas que han surgido en las últimas décadas, “Con los bueyes existentes es que debemos tirar de la carreta nacional, con visión crítica para incentivarlos a fortalecer las prácticas democráticas y a recuperar la primacía de los fundamentos de la ciencia política, que el patricio Juan Pablo Duarte definió como las más digna de ocupar las mentes humanas”, dijo Henríquez al leer la proclama.
La organización definió una agenda de prioridades en las que tiene que comprometerse la sociedad para superar el atraso social y la inequidad promovidos por un modelo que ha lastrado el aparato productivo nacional.
“Nos distraen con cifras asombrosas de incremento económico, pero se trata de un crecimiento con esteroides, con una década de déficit fiscales y un endeudamiento estatal consolidado que se duplicó en 10 años, y ya sobrepasa el 60 por ciento del producto bruto.
Tomamos prestado no solo para reenganchar deudas, sino también para pagar intereses, en un grave círculo vicioso. La malversación e ineficiencia del manejo de la cosa pública, y el irrespeto a la seguridad jurídica desincentivan las contribuciones y las inversiones privadas nacionales y extranjeras”, agrega el documento.
La Coalición llamó a enfrentar la desesperanza generalizada que atribuye a la tragedia provocada por el hecho de que, tras 22 años de superar el llamado viejo liderazgo político, la nación padece los mismos grandes males: el caudillismo político, la precariedad institucional, la falta de transparencia, la desbordante corrupción, así como graves deficiencias en los servicios públicos esenciales como son salud, educación, etc.
Los “Lineamientos básicos para un gobierno de Regeneración Nacional” que priorizan un programa de reformas políticas para restablecer la democracia y la independencia de los poderes del estado; la lucha contra la corrupción y la impunidad, el clientelismo y el rentismo político; políticas efectivas para el control de la inmigración y el fortalecimiento de la descentralización”.
“Estos lineamientos quedan abiertos al debate y el enriquecimiento de todas las personas y entidades sociales y políticas que se sumen al esfuerzo en el entendido que estamos frente a un proyecto colectivo en el que la democracia y la participación son fundamentales”, agrega el documento.
Entre los convocantes a la asamblea están José Rijo, Vielka Polanco, Rafael Chaljub, Juan Bolívar Díaz, Fernando Henríquez, Altagracia Salazar, Pedro Pablo Yermenos, Manuel Jimenez, María Fernanda López, Víctor Castro, Luis Eduardo Tonos, Yeicy Donastorg, Milly Pérez, Gerardo Peralta, Fermín Álvarez, Radhamés García, César Pérez, Aulio Collado Anico, Luis Shecker Ortiz, Olaya Dotel, Roberto Sánchez, Apolinar Veloz, Ramón Colombo, José Dunker, Rafael Toribio, Jimmy García Saviñon, Luis Guzmán, María Guzmán, Brinela Fernández, Manuel Robles, Mario Fernández, Franiel Genao, Wilfredo Lozano, Natalia Mármol, Tonny Taveras, Alba Reyes, José Reyes, Jaime Rodríguez, Jonathan Liriano, Andrés. L. Mateo, Henry Vera, Francisco Torres, Alejandra Pichardo, Franca Valois y Juan Núñez Collado.
$!Fernando Henríquez, quien leyó el manifiesto.
Fernando Henríquez, quien leyó el manifiesto. ( FUENTE EXTERNA
https://www.diariolibre.com/actualidad/politica/constituyen-la-coalicion-democratica-buscara-desplazar-al-pld-en-elecciones-2020-JC11314296
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Activistas sociales, dirigentes comunitarios y profesionales accionan para desplazar al oficialismo
Publicado el: 11 noviembre, 2018 Por: Hoy e-mail: info@hoy.com.do
En una asamblea con cientos de participantes quedó constituida hoy en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) la “Coalición Democrática” bajo el compromiso de impulsar una gran alianza político social para desplazar al Partido de la Liberación Dominicana del control absoluto del Estado como paso inicial para superar la crisis institucional, el deterioro del aparato económico y la enorme inequidad social que han situado a la República Dominicana en los últimos lugares de la mayoría de los índices mundiales.
La asamblea aprobó los “Lineamientos básicos para un gobierno de Regeneración Nacional” con los que todos los participantes y las personas e instituciones que se sumen se comprometen a promover las reformas institucionales necesarias para la creación de un nuevo orden de cumplimiento de la constitución y las leyes que garantice la participación electoral con equidad.Desde la #CoaliciónDemocráticaRD queremos profundizar el diálogo con la ciudadanía, las organizaciones sociales y los partidos políticos bajo unas ideas básicas. Conócelas aquí https://t.co/yJRLUHsNKz pic.twitter.com/ogK2HjpCyf— Coalición Democrática (@cdemocraticard) 11 de noviembre de 2018
La Coalición Democrática es el resultado del encuentro de decenas de personas, activistas sociales, líderes comunitarios, gente del mundo empresarial, religioso y organizaciones que a lo largo de los últimos meses habían abordado de manera particular el deterioro social e institucional que vive el país y que han decidido actuar juntos para superar el deterioro de la vida dominicana.
Al leer la proclama de Santo Domingo el jurista Fernando Henríquez definió el punto de partida de la organización “ Ningún partido político puede por sí solo impulsar los cambios políticos que demanda la sociedad, ni vencer la inmensa maquinaria de dominio y manipulación del Estado que se nos ha impuesto” y que, “el cambio democrático solo será posible con la confluencia y articulación de amplios sectores sociales y políticos como los que se han expresado en el Movimiento Marcha Verde contra la corrupción y la impunidad”.
La Coalición aclaró que no es una organización anti partido y que no pretende convertirse en otra más de las decenas que han surgido en las últimas décadas, “Con los bueyes existentes es que debemos tirar de la carreta nacional, con visión crítica para incentivarlos a fortalecer las prácticas democráticas y a recuperar la primacía de los fundamentos de la ciencia política, que el patricio Juan Pablo Duarte definió como las más digna de ocupar las mentes humanas”.
La organización definió una agenda de prioridades en las que tiene que comprometerse la sociedad para superar el atraso social y la inequidad promovidos por un modelo que ha lastrado el aparato productivo nacional.
“Nos distraen con cifras asombrosas de incremento económico, pero se trata de un crecimiento con esteroides, con una década de déficits fiscales y un endeudamiento estatal consolidado que se duplicó en 10 años, y ya sobrepasa el 60 por ciento del producto bruto. Tomamos prestado no solo para reenganchar deudas, sino también para pagar intereses, en un grave círculo vicioso. La malversación e ineficiencia del manejo de la cosa pública, y el irrespeto a la seguridad jurídica desincentivan las contribuciones y las inversiones privadas nacionales y extranjeras”, indica la organización.
La Coalición llamó a enfrentar la desesperanza generalizada que atribuye a la tragedia provocada por el hecho de que, tras 22 años de superar el llamado viejo liderazgo político, la nación padece los mismos grandes males: el caudillismo político, la precariedad institucional, la falta de transparencia, la desbordante corrupción, así como graves deficiencias en los servicios públicos esenciales como son salud, educación, etc.
Los “Lineamientos básicos para un gobierno de Regeneración Nacional” que priorizan un programa de reformas políticas para restablecer la democracia y la independencia de los poderes del estado; la lucha contra la corrupción y la impunidad, el clientelismo y el rentismo político; políticas efectivas para el control de la inmigración y el fortalecimiento de la descentralización.
Estos lineamientos quedan abiertos al debate y el enriquecimiento de todas las personas y entidades sociales y políticas que se sumen al esfuerzo en el entendido que estamos frente a un proyecto colectivo en el que la democracia y la participación son fundamentales.
http://hoy.com.do/organizaciones-y-ciudadanosas-independientes-constituyen-un-espacio-de-articulacion-de-cara-al-2020/Inicio / Política
Sectores dominicanos crean una coalición dirigida a desplazar al oficialismo
EFE - Santo Domingo | 11/11/2018 - 19:36h
Activistas sociales, dirigentes comunitarios y profesionales de diversas ramas crearon hoy en la capital dominicana la "Coalición Democrática", para impulsar una "gran alianza" político social dirigida a desplazar del poder al oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Aseguraron que ese sería el paso inicial para superar la crisis institucional, el deterioro del aparato económico y la enorme inequidad social que han situado a República Dominicana en los últimos lugares de la mayoría de los índices mundiales.
La coalición dio a conocer durante una asamblea recogida en un documento, que tiene como propósito establecer un "Gobierno de Regeneración Nacional" dirigido a promover las reformas institucionales necesarias para la creación de un nuevo orden de cumplimiento de la Constitución y las leyes que garantice la participación electoral con equidad.
"Ningún partido político puede por sí solo impulsar los cambios políticos que demanda la sociedad, ni vencer la inmensa maquinaria de dominio y manipulación del Estado que se nos ha impuesto", dijo el portavoz del movimiento Rafael Henríquez.
Explicó que el "cambio democrático" solo será posible con la confluencia y articulación de amplios sectores sociales y políticos como los que se han expresado en el movimiento Marcha Verde contra la corrupción y la impunidad.
La organización aclaró que no es contraria a los partidos y que no pretende convertirse en otra más de las decenas que han surgido en las últimas décadas.
"Con los bueyes existentes es que debemos tirar de la carreta nacional, con visión crítica para incentivarlos a fortalecer las prácticas democráticas y a recuperar la primacía de los fundamentos de la ciencia política, que el patricio Juan Pablo Duarte definió como las más digna de ocupar las mentes humanas", dice el documento.
La nueva agrupación criticó la política de endeudamiento del Gobierno, así como la malversación e ineficaz manejo de la cosa pública y el irrespeto a la seguridad jurídica que, consideró, desincentivan las contribuciones y las inversiones privadas nacionales y extranjeras.
Consideró el movimiento que el país continúa sufriendo de males muy antiguos como el caudillismo político, la precariedad institucional, la falta de transparencia, la desbordante corrupción, así como graves deficiencias en los servicios públicos esenciales como son salud y educación.
11/11/2018 - 19:36h
https://www.eldiario.es/politica/Sectores-dominicanos-coalicion-desplazar-oficialismo_0_834666871.html
ELECCIONES 2020
Constituyen la “Coalición Democrática”, buscará desplazar al PLD en elecciones 2020
SANTO DOMINGO 11 / 11 / 2018, 02:13 PM
SANTO DOMINGO. Durante una asamblea realizada en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), diversas personalidades de la vida pública constituyeron la llamada “Coalición Democrática” bajo el compromiso de impulsar una gran alianza político social para desplazar al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) “del control absoluto del Estado”.
Desplazar al PLD es para la “Coalición Democrática” el paso inicial para, según ellos, superar la crisis institucional, el deterioro del aparato económico y la enorme inequidad social que han situado a la República Dominicana en los últimos lugares de la mayoría de los índices mundiales.
La asamblea aprobó los “Lineamientos básicos para un gobierno de Regeneración Nacional” con los que todos los participantes y las personas e instituciones que se sumen se comprometen a promover las reformas institucionales necesarias para la creación de un nuevo orden de cumplimiento de la Constitución y las leyes que garantice la participación electoral con equidad.
La Coalición Democrática es el resultado del encuentro de decenas de personas, activistas sociales, líderes comunitarios, gente del mundo empresarial, religioso y organizaciones que a lo largo de los últimos meses habían abordado de manera particular el deterioro social e institucional que vive el país y que han decidido actuar juntos para superar el deterioro de la vida dominicana.
Al leer la proclama de Santo Domingo el jurista Fernando Henríquez definió el punto de partida de la organización “Ningún partido político puede por sí solo impulsar los cambios políticos que demanda la sociedad, ni vencer la inmensa maquinaria de dominio y manipulación del Estado que se nos ha impuesto” y que, “el cambio democrático solo será posible con la confluencia y articulación de amplios sectores sociales y políticos como los que se han expresado en el Movimiento Marcha Verde contra la corrupción y la impunidad”.
La Coalición aclaró que no es una organización anti partido y que no pretende convertirse en otra más de las decenas que han surgido en las últimas décadas, “Con los bueyes existentes es que debemos tirar de la carreta nacional, con visión crítica para incentivarlos a fortalecer las prácticas democráticas y a recuperar la primacía de los fundamentos de la ciencia política, que el patricio Juan Pablo Duarte definió como las más digna de ocupar las mentes humanas”, dijo Henríquez al leer la proclama.
La organización definió una agenda de prioridades en las que tiene que comprometerse la sociedad para superar el atraso social y la inequidad promovidos por un modelo que ha lastrado el aparato productivo nacional.
“Nos distraen con cifras asombrosas de incremento económico, pero se trata de un crecimiento con esteroides, con una década de déficit fiscales y un endeudamiento estatal consolidado que se duplicó en 10 años, y ya sobrepasa el 60 por ciento del producto bruto.
Tomamos prestado no solo para reenganchar deudas, sino también para pagar intereses, en un grave círculo vicioso. La malversación e ineficiencia del manejo de la cosa pública, y el irrespeto a la seguridad jurídica desincentivan las contribuciones y las inversiones privadas nacionales y extranjeras”, agrega el documento.
La Coalición llamó a enfrentar la desesperanza generalizada que atribuye a la tragedia provocada por el hecho de que, tras 22 años de superar el llamado viejo liderazgo político, la nación padece los mismos grandes males: el caudillismo político, la precariedad institucional, la falta de transparencia, la desbordante corrupción, así como graves deficiencias en los servicios públicos esenciales como son salud, educación, etc.
Los “Lineamientos básicos para un gobierno de Regeneración Nacional” que priorizan un programa de reformas políticas para restablecer la democracia y la independencia de los poderes del estado; la lucha contra la corrupción y la impunidad, el clientelismo y el rentismo político; políticas efectivas para el control de la inmigración y el fortalecimiento de la descentralización”.
“Estos lineamientos quedan abiertos al debate y el enriquecimiento de todas las personas y entidades sociales y políticas que se sumen al esfuerzo en el entendido que estamos frente a un proyecto colectivo en el que la democracia y la participación son fundamentales”, agrega el documento.
Entre los convocantes a la asamblea están José Rijo, Vielka Polanco, Rafael Chaljub, Juan Bolívar Díaz, Fernando Henríquez, Altagracia Salazar, Pedro Pablo Yermenos, Manuel Jimenez, María Fernanda López, Víctor Castro, Luis Eduardo Tonos, Yeicy Donastorg, Milly Pérez, Gerardo Peralta, Fermín Álvarez, Radhamés García, César Pérez, Aulio Collado Anico, Luis Shecker Ortiz, Olaya Dotel, Roberto Sánchez, Apolinar Veloz, Ramón Colombo, José Dunker, Rafael Toribio, Jimmy García Saviñon, Luis Guzmán, María Guzmán, Brinela Fernández, Manuel Robles, Mario Fernández, Franiel Genao, Wilfredo Lozano, Natalia Mármol, Tonny Taveras, Alba Reyes, José Reyes, Jaime Rodríguez, Jonathan Liriano, Andrés. L. Mateo, Henry Vera, Francisco Torres, Alejandra Pichardo, Franca Valois y Juan Núñez Collado.
$!Fernando Henríquez, quien leyó el manifiesto.
Fernando Henríquez, quien leyó el manifiesto. ( FUENTE EXTERNA
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Proclama de la Coalición Democrática por la Regeneración Nacional y un Nuevo Modelo de Desarrollo
COALICIÓN DEMOCRÁTICA RD·DOMINGO, 11 DE NOVIEMBRE DE 2018
Convencidos de que la República Dominicana está sumida en una profunda crisis institucional y ética y que avanza hacia la insostenibilidad fiscal y el deterioro de nuestros débiles cimientos nacionales, llegamos a esta asamblea convocada por grupos sociales, ciudadanas y ciudadanos dispuestos a asumir las responsabilidades que demandan las actuales circunstancias.
Nos alienta el desarrollo desde hace dos años del movimiento de la Marcha Verde, la más contundente y genuina expresión ciudadana del hartazgo y la indignación frente a un sistema político y económico basado en la corrupción y premiado con la impunidad.
Igualmente nos inspira que durante este año han surgido numerosas agrupaciones ciudadanas que formulan la necesidad de unirnos para crear una esperanza de regeneración nacional, entre los que se cuentan el Movimiento Independiente de Rescate Democrático, el Congreso Cívico, Concertación por el Bien Común y Conciencia Nacional.
Somos una coalición de ciudadanas y ciudadanos integrada por dirigentes y militantes de organizaciones sociales, así como personalidades de los ámbitos empresariales, religiosos, académicos y artísticos, preocupados por la institucionalidad democrática, y el rumbo económico y social que lleva el país debido a la excesiva concentración de poder en una corporación político-empresarial que ha generado un nivel de corrupción y descomposición sin precedente.
Proclamamos la firme decisión de promover la conformación de una coalición para las elecciones del 2020, mediante una movilización social y política capaz de generar la sinergia suficiente para instaurar un gobierno de regeneración democrática y sembrar las bases de un nuevo modelo de desarrollo que garantice mayor equidad, participación, justicia e integridad.
El gobierno resultante deberá asumir un firme compromiso nacional, tendido al sol con total transparencia y determinación, cuyo contenido deberá ser consensuado por las fuerzas sociales, ciudadanas y políticas que se identifiquen con el objetivo. Tras de 6 meses de ponderaciones y consultas hemos elaborado unos lineamientos que pudieran servir de base para ese consenso, los cuales someteremos a discusión y aprobación de todos los interesados.
Partimos de la convicción de que ningún partido político, por sí solo, puede producir los cambios que demanda la sociedad, ni vencer la inmensa maquinaria de dominio y manipulación del Estado que se nos ha impuesto, y que el cambio democrático sólo será posible con la confluencia y articulación de amplios sectores sociales y políticos, como los que se han expresado en el movimiento de la Marcha Verde contra la corrupción y la impunidad. ¡Todos a una, como en Fuenteovejuna!
Estamos obligados a una gran concertación nacional para romper el yugo opresor de dominación y el abuso del Estado para perpetuarse en el poder. Nuestro objetivo es rescatar la institucionalidad democrática, fumigar el cuerpo social dominicano de la corrupción que lo carcome y proscribir la impunidad, así como ejecutar reformas que constituyan las bases de un nuevo modelo de desarrollo económico y social.
Las reformas institucionales y un nuevo orden de cumplimiento de la Constitución y las leyes deberán crear las bases para que en los siguientes procesos electorales exista la posibilidad de real competencia democrática para cada una de las diversas opciones ideológicas y políticas. Ahora lo que procede es encender luces y no seguir maldiciendo la oscuridad.
Los estudios diagnostican la debilidad de nuestro sistema partidista, con más de dos tercios de la población que desconfía de los partidos y de la representación congresual. Hemos llegado a un deterioro tan grave que muchos partidos se muestran incapaces de gestionarse democráticamente, que no renuevan sus dirigencias ni pueden establecer su padrón de miembros.
Nosotros no constituimos un movimiento anti partidos, porque ellos son sustento de la democracia. Tampoco pretendemos crear un partido más, como tantos registrados durante décadas. Con los bueyes existentes es que debemos tirar de la carreta nacional, con visión crítica para incentivarlos a fortalecer las prácticas democráticas y a recuperar la primacía de los fundamentos de la ciencia política, que el patricio Juan Pablo Duarte proclamó como la más digna de ocupar las mentes humanas.
También queremos dejar sentado que no tenemos un partido ni precandidatos preferidos, pero tampoco excluimos a ninguno que exprese clara voluntad de compartir nuestros planteamientos y demandas. Renegamos del puritanismo, del sectarismo, de las exclusiones y de las ambiciones individuales, conscientes de que en todos los sectores políticos y sociales hay personas honorables y preocupadas por el devenir de la nación. A todos y todas los convocamos a la concertación de una amplia Coalición Democrática.
La sociedad dominicana se muere de vergüenza, situada en los peores escalones de las evaluaciones internacionales. El índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial nos acaba de ratificar entre los países líderes universales de la malversación, del favoritismo en la función pública y de la corrupción, así como en baja independencia de la justicia y escasa confiabilidad de la policía.
Un estudio que acaba de publicar el Banco Interamericano de Desarrollo indica que el país malgasta el equivalente al 3.8 por ciento de su producto bruto, lo que para el 2019 implicaría 164 mil millones de pesos, una suma que bien invertida sería suficiente para proscribir la pobreza nacional en un solo cuatrienio. El Indice de Capital Humano del Banco Mundial nos acaba de situar en el escalón 101 de 157 naciones, y en el antepenúltimo de Latinoamérica, junto a Honduras.
Nos distraen con cifras asombrosas de incremento económico, pero se trata de un crecimiento con esteroides, con una década de déficits fiscales y un endeudamiento estatal consolidado que se duplicó en 10 años, y ya sobrepasa el 60 por ciento del producto bruto. Tomamos prestado no sólo para reenganchar deudas, sino también para pagar intereses, en un grave círculo vicioso. La malversación e ineficiencia en el manejo de la cosa pública, y el irrespeto a la seguridad jurídica desincentivan las contribuciones y las inversiones privadas, nacionales y extranjeras.
Ya acumulamos una deuda sobre 46 mil millones de dólares incluyendo, además del sector público gubernamental, la del sector financiero estatal, la flotante y la oculta, no registradas. De manera que cada dominicana o dominicano que nace hoy, por más pobre que sea, ya no llega con un pan o un plátano bajo el brazo, sino con un pagaré de 4 mil 600 dólares, o 235 mil pesos, que muchos de ellos no acumularán nunca en su vida.
Sólo somos competitivos con Haití y ni siquiera con los países centroamericanos más pobres, con quienes firmamos un fallido tratado de libre comercio, y nuestra economía depende de factores exógenos: en primer lugar, de los 6 mil millones de dólares remitidos el año pasado por los dominicanos que, como exiliados económicos, han tenido que buscarse la vida en el exterior, que no conllevan nada incluido ni remisión de utilidades ni pago de importaciones.
En segundo lugar, dependemos de los 7 mil millones de dólares ingresados por el turismo, que en dos terceras partes se van al exterior por importaciones, servicios, y en remisión de utilidades, ya que el 80 por ciento de las habitaciones hoteleras son de empresas extranjeras.
Y tercero, por el financiamiento externo que crece en unos 2 mil millones de dólares por año.
La desorganización social y la ausencia de prioridades han lastrado los sectores productivos nacionales, dificultando su competitividad, por lo que nuestros déficits comerciales son crónicos, superando el año pasado los 9 mil millones de dólares.
Factores externos, como el incremento del costo de los combustibles, las alzas de las tasas de interés y la desaceleración del crecimiento de la economía mundial, se constituyen en verdaderas amenazas a la sostenibilidad económica y financiera, y un desafío serio a nuestras capacidades previsoras, como han advertido los organismos internacionales.
La pobreza real sigue afectando a más de la mitad de los dominicanos y dominicanas, aún a la mayoría de los que trabajan, que reciben ingresos menores al costo de la canasta familiar del quintil más bajo. Y el 80 por ciento de los pensionados reciben 5 mil 117 pesos. Las políticas sociales han sido convertidas en mecanismos de manipulación de conciencias y sumisión, con la repartición de más de dos millones 600 mil tarjetas que dan acceso a pequeños subsidios que no permiten a ninguna familia salir de la pobreza, sino más bien estabilizarla y perpetuarla.
La mejor política contra la pobreza será mejorar los servicios, comenzando por la educación y la salud, agua potable y energía, el transporte y la vivienda, la calidad de vida ambiental, la seguridad social y ciudadana, y la promoción del empleo de calidad. A pesar de que han pasado seis años desde que la sociedad civil organizada obligó a elevar la inversión en educación, aún estamos muy lejos de alcanzar la calidad necesaria para el desarrollo humano.
Seguimos figurando entre los países de menor inversión en salud pública, por debajo del 2 por ciento del producto bruto, y estamos entre los líderes en mortalidad materno infantil, en embarazos de adolescentes, en feminicidios y en muertes por accidente de tránsito, con tasas que avergüenzan y causan indignación. Esos más de 3 mil niños fallecidos este año, en su primer mes de nacidos, a un ritmo de diez por día, con un absurdo incremento del 30 por ciento, con relación al año pasado, constituyen una afrenta imperdonable.
Venimos de una creciente indignación nacional por el nivel alcanzado por la corrupción y la impunidad, con múltiples alarmantes expresiones, desnudado impúdicamente por el escándalo Odebrecht y la evasión de una responsable investigación que conlleve las sanciones correspondientes. A casi dos años del estallido del mayor escándalo de corrupción internacional, en el país, uno de los mayores involucrados, predomina la más descarada impunidad. Ni siquiera se han realizado las auditorías forenses reclamadas, ni se ha investigado el financiamiento de campañas electorales ni el involucramiento de las más altas autoridades en todo un sistema de sobornos, contrataciones amañadas, sobrevaluaciones y asesoramientos políticos electorales.
En síntesis, 22 años después de sustituir el viejo liderazgo político, la nación padece exactamente de los mismos grandes males: el caudillismo político, la precaria institucionalidad, la falta de transparencia, con agobiante incremento de la corrupción, así como graves deficiencias en los servicios públicos esenciales, como educación, salud, agua potable, energía eléctrica, vivienda, sistema de justicia y efectivo régimen previsional.
A estos males ancestrales se han sumado otros igualmente nefastos como la inseguridad ciudadana, el narcotráfico, el deterioro medioambiental, la creciente desigualdad social y la falta de oportunidades. La unión de todo esto ha convertido la vida de las dominicanas y dominicanos en una constante prueba de resistencia y una cruenta lucha por la subsistencia.
Debemos estar conscientes de los peligros que enfrenta la nación como resultado de la concentración o sumisión de todos los poderes formales y fácticos a los pies de una treintena de integrantes de la cúpula de un partido político, por la ausencia de alternancia en el poder y de surgimiento de nuevos liderazgos, por el irrespeto a la soberanía popular, las afrentas a la libertad de expresión y al ejercicio pleno de los derechos y deberes ciudadanos.
Producto de la práctica sistemática y orquestada de pagar en metálico por aquello que no tiene precio, nuestra democracia y nuestra República han quedado gravemente laceradas. La libertad que antes era coartada por "plomo" hoy es canjeada por "plata".
Ningún cambio será posible si no partimos de la elección de funcionarios públicos con legítima vocación por el servicio a la nación, la búsqueda del bien común y dispuestos a someterse al ordenamiento legal. La Coalición Democrática que hoy proclamamos conlleva una inserción en la próxima coyuntura electoral, que esperamos terminar de concertar primero con los más amplios sectores sociales. Les entregaremos nuestros lineamientos fundamentales para la regeneración nacional y un nuevo modelo de desarrollo a todas las entidades y líderes de la sociedad civil, sin discriminación, en un proceso que esperamos concluya en enero próximo.
En febrero, cuando faltará un año para las elecciones municipales, esperamos contactar a los partidos que muestran interés en una coalición democrática de amplitud socio-política, para presentarles, y discutir con ellos, nuestra propuesta de lineamientos básicos, antes que se desate la fiebre de candidaturas que suele alentar el protagonismo y las ambiciones individuales.
Nuestros lineamientos han sido objeto de ponderación y consenso en un proceso de 6 meses que ha implicado una veintena de reuniones y encuentros, la mayoría en Santo Domingo, pero también en Santiago, San Cristóbal, Azua, Barahona y otras ciudades, involucrando a cientos de ciudadanas y ciudadanos. Siguen abiertos a la consideración de los sectores sociales y posteriormente de los agrupamientos políticos.
No se trata de un programa de gobierno, sino de lineamientos básicos concebidos con la mayor amplitud, para que puedan ser compartidos y canalicen una amplia y exitosa coalición política y social. No caben ahí más que los grandes propósitos, no las reivindicaciones grupales o puramente sectoriales.
Señalamos expresamente las elecciones municipales, porque el primer objetivo de esta Coalición Democrática sería rescatar el poder local y luego el congresual y el ejecutivo. Intentamos convencer al liderazgo político de que todas las candidaturas son fundamentales para romper el secuestro de las instituciones, y que urgen candidatos de alta capacidad gerencial y moral para cambiar el curso de la administración municipal con ayuntamientos modelos.
También deberemos convencer a dirigentes de partidos políticos que es preferible tenerlos en el Congreso y los municipios, y no en las frustraciones que genera un sistema electoral que monopoliza las posibilidades de real competencia, y que hasta que logremos los cambios institucionales, no podemos concentrarnos sólo en las candidaturas presidenciales.
Declaramos con total sinceridad que, aunque de ninguna forma pondremos por delante aspiraciones individuales, pretendemos también, además de incentivar las mejores candidaturas de los diversos partidos, proponer líderes sociales locales para candidaturas municipales y congresuales atendiendo, en todos los casos, a un perfil determinado por la transparencia de vida, los servicios a la ciudadanía, y el compromiso con los mejores intereses sociales.
Las candidaturas de dirigentes sociales y personalidades independientes serán necesarias para generar la sinergia que eleve infinitamente la Coalición Democrática y proyecten la convicción de que no está motorizada sólo por los intereses partidarios, sino de toda la sociedad, así como para amplificar la posibilidad de inserción y participación de segmentos sociales que desconfían de la política partidista, pero que entienden los peligros a que nos expone el monopolio del poder por una corporación política-empresarial de nuevo cuño.
Y con toda transparencia proclamamos también que esas candidaturas, fruto de una novedosa combinación política y social, deberán ser garantía de que en un nuevo gobierno, en los municipios y en el Congreso, no quedemos sólo a expensas de los intereses partidistas.
Así como no portamos compromisos partidarios específicos, y bajo la firme promesa de no constituirnos en nuevos paladines de la ambición individual, tampoco tenemos un método predeterminado para elegir las candidaturas. Es obvio que se requerirá un gran despliegue de generosidad e integridad para alcanzar consensos o establecer mecanismos democráticos y estamos conscientes de que ese puede ser uno de los escollos del proceso.
Aspiramos a que esta asamblea marque el camino de la armonía y la integridad que requiere un proceso que todos sabemos complejo y de difícil concreción. Confiamos en que podremos elegir un órgano de coordinación nacional y un equipo ejecutivo que, auxiliados de las comisiones que sean pertinentes, puedan conducir la materialización de esta concertación.
No podemos llamarnos a engaño. Para garantizar un mínimo de posibilidades de competencia, será fundamental que la Coalición Democrática comience por exigir un nuevo Régimen Electoral, porque de ninguna forma esta nación puede volver al escenario del 2016, cuando la corporación política dominante abusó hasta lo infinito del Estado, primero para comprarse una reforma constitucional y luego para mantener el monopolio del poder.
La Coalición Democrática que proponemos no puede quedar subordinada a que se divida o no la corporación que monopoliza el poder. Y tiene que desarrollar capacidad para potenciar ese 70 por ciento de la población que las encuetas indican opuestas a una nueva reforma de la Constitución en aras de la eterna ambición continuista. Rechazamos el supuesto de que si el presidente de la República se lo propone puede destruirlo todo para mantenerse en el poder.
No puede repetirse que 33 altos funcionarios del Estado, incluidos todos los ministros, y el presidente de la República, se lancen a dirigir y realizar campaña electoral en cada provincia, con todos los recursos públicos, duplicando la inversión publicitaria, monopolizando el financiamiento privado con abiertas extorsiones, acaparando el 80 por ciento de la inversión en propaganda partidista y designando más de 30 mil empleados temporeros para realizar campaña electoral, como si no fueran ya excesivos, decenas de miles de dirigentes y activistas que cobran salarios desproporcionados en nóminas y nominillas. Sin temor a chantaje advertimos que ¡en el próximo proceso electoral jugamos todos, o se rompen las barajas!
Al proclamar la necesidad de la Coalición Democrática, es preciso formular un llamado especial a la incorporación de las mujeres y los jóvenes a la actividad política. Aquí habrá espacio para que ellas y ellos sean los principales protagonistas. Ya es hora de que nos acerquemos a la paridad de género, como ideal de participación democrática. Y ¡es ominoso que el 33 por ciento de los jóvenes estén desempleados y que el 23 por ciento esté sin estudiar ni trabajar! A las nuevas generaciones tenemos que convencerlas de que las puertas de la emigración se están cerrando y que ya no podremos enviar otros dos millones de dominicanos al exterior, como en el último medio siglo. Que aquí es el único lugar donde no somos extranjeros y donde tenemos que guayar la yuca, y abrir nuevos surcos para que florezcan todos los sueños.
Venimos armados con los ideales libertarios de los fundadores de la nación, excluidos desde los albores mismos de su parto, de todos los que a lo largo de 174 años ofrendaron sus vidas y se sacrificaron en aras de una patria amplia y democrática. Recogemos los sueños de estas últimas seis décadas de intensas luchas por fortalecer la institucionalidad democrática y abrir nuevas expresiones de desarrollo.
Mirémonos en el espejo de países hermanos que hoy sufren una descarnada realidad y viven en el desasosiego de una sociedad dividida y en confrontación, producto del desinterés en los temas políticos y de una excesiva permisividad frente a los desmanes de la clase dominante. Estemos atentos a los signos de los tiempos que revelan en nuestro país el inexorable final del actual modelo de ejercicio del poder y el agotamiento de sus dirigentes, quienes ya no tienen nada nuevo ni bueno que ofrecernos. Estemos listos para rechazar cualquier intento de dilatar artificialmente la conclusión de un ciclo histórico mediante el fraude, la manipulación y el abuso de poder en perjuicio de nuestro sistema democrático.
Unámonos para vencer el pesimismo y el inmovilismo, para rescatar la nación, convencidos de que las dominicanas y los dominicanos tenemos suficientes fuerzas espirituales para levantarnos de las miserias materiales e institucionales y dar vigencia a los sueños de todos los que han abonado los surcos quisqueyanos con sangre, sudor y lágrimas. Abramos corazones y brazos para unirnos en esta Coalición Democrática por la regeneración nacional y un nuevo modelo de desarrollo económico y social.
Santo Domingo, 11 de Noviembre del 2018
https://www.facebook.com/notes/coalici%C3%B3n-democr%C3%A1tica-rd/proclama-de-la-coalici%C3%B3n-democr%C3%A1tica-por-la-regeneraci%C3%B3n-nacional-y-un-nuevo-mod/317959368998072/
COALICIÓN DEMOCRÁTICA RD·DOMINGO, 11 DE NOVIEMBRE DE 2018
Convencidos de que la República Dominicana está sumida en una profunda crisis institucional y ética y que avanza hacia la insostenibilidad fiscal y el deterioro de nuestros débiles cimientos nacionales, llegamos a esta asamblea convocada por grupos sociales, ciudadanas y ciudadanos dispuestos a asumir las responsabilidades que demandan las actuales circunstancias.
Nos alienta el desarrollo desde hace dos años del movimiento de la Marcha Verde, la más contundente y genuina expresión ciudadana del hartazgo y la indignación frente a un sistema político y económico basado en la corrupción y premiado con la impunidad.
Igualmente nos inspira que durante este año han surgido numerosas agrupaciones ciudadanas que formulan la necesidad de unirnos para crear una esperanza de regeneración nacional, entre los que se cuentan el Movimiento Independiente de Rescate Democrático, el Congreso Cívico, Concertación por el Bien Común y Conciencia Nacional.
Somos una coalición de ciudadanas y ciudadanos integrada por dirigentes y militantes de organizaciones sociales, así como personalidades de los ámbitos empresariales, religiosos, académicos y artísticos, preocupados por la institucionalidad democrática, y el rumbo económico y social que lleva el país debido a la excesiva concentración de poder en una corporación político-empresarial que ha generado un nivel de corrupción y descomposición sin precedente.
Proclamamos la firme decisión de promover la conformación de una coalición para las elecciones del 2020, mediante una movilización social y política capaz de generar la sinergia suficiente para instaurar un gobierno de regeneración democrática y sembrar las bases de un nuevo modelo de desarrollo que garantice mayor equidad, participación, justicia e integridad.
El gobierno resultante deberá asumir un firme compromiso nacional, tendido al sol con total transparencia y determinación, cuyo contenido deberá ser consensuado por las fuerzas sociales, ciudadanas y políticas que se identifiquen con el objetivo. Tras de 6 meses de ponderaciones y consultas hemos elaborado unos lineamientos que pudieran servir de base para ese consenso, los cuales someteremos a discusión y aprobación de todos los interesados.
Partimos de la convicción de que ningún partido político, por sí solo, puede producir los cambios que demanda la sociedad, ni vencer la inmensa maquinaria de dominio y manipulación del Estado que se nos ha impuesto, y que el cambio democrático sólo será posible con la confluencia y articulación de amplios sectores sociales y políticos, como los que se han expresado en el movimiento de la Marcha Verde contra la corrupción y la impunidad. ¡Todos a una, como en Fuenteovejuna!
Estamos obligados a una gran concertación nacional para romper el yugo opresor de dominación y el abuso del Estado para perpetuarse en el poder. Nuestro objetivo es rescatar la institucionalidad democrática, fumigar el cuerpo social dominicano de la corrupción que lo carcome y proscribir la impunidad, así como ejecutar reformas que constituyan las bases de un nuevo modelo de desarrollo económico y social.
Las reformas institucionales y un nuevo orden de cumplimiento de la Constitución y las leyes deberán crear las bases para que en los siguientes procesos electorales exista la posibilidad de real competencia democrática para cada una de las diversas opciones ideológicas y políticas. Ahora lo que procede es encender luces y no seguir maldiciendo la oscuridad.
Los estudios diagnostican la debilidad de nuestro sistema partidista, con más de dos tercios de la población que desconfía de los partidos y de la representación congresual. Hemos llegado a un deterioro tan grave que muchos partidos se muestran incapaces de gestionarse democráticamente, que no renuevan sus dirigencias ni pueden establecer su padrón de miembros.
Nosotros no constituimos un movimiento anti partidos, porque ellos son sustento de la democracia. Tampoco pretendemos crear un partido más, como tantos registrados durante décadas. Con los bueyes existentes es que debemos tirar de la carreta nacional, con visión crítica para incentivarlos a fortalecer las prácticas democráticas y a recuperar la primacía de los fundamentos de la ciencia política, que el patricio Juan Pablo Duarte proclamó como la más digna de ocupar las mentes humanas.
También queremos dejar sentado que no tenemos un partido ni precandidatos preferidos, pero tampoco excluimos a ninguno que exprese clara voluntad de compartir nuestros planteamientos y demandas. Renegamos del puritanismo, del sectarismo, de las exclusiones y de las ambiciones individuales, conscientes de que en todos los sectores políticos y sociales hay personas honorables y preocupadas por el devenir de la nación. A todos y todas los convocamos a la concertación de una amplia Coalición Democrática.
La sociedad dominicana se muere de vergüenza, situada en los peores escalones de las evaluaciones internacionales. El índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial nos acaba de ratificar entre los países líderes universales de la malversación, del favoritismo en la función pública y de la corrupción, así como en baja independencia de la justicia y escasa confiabilidad de la policía.
Un estudio que acaba de publicar el Banco Interamericano de Desarrollo indica que el país malgasta el equivalente al 3.8 por ciento de su producto bruto, lo que para el 2019 implicaría 164 mil millones de pesos, una suma que bien invertida sería suficiente para proscribir la pobreza nacional en un solo cuatrienio. El Indice de Capital Humano del Banco Mundial nos acaba de situar en el escalón 101 de 157 naciones, y en el antepenúltimo de Latinoamérica, junto a Honduras.
Nos distraen con cifras asombrosas de incremento económico, pero se trata de un crecimiento con esteroides, con una década de déficits fiscales y un endeudamiento estatal consolidado que se duplicó en 10 años, y ya sobrepasa el 60 por ciento del producto bruto. Tomamos prestado no sólo para reenganchar deudas, sino también para pagar intereses, en un grave círculo vicioso. La malversación e ineficiencia en el manejo de la cosa pública, y el irrespeto a la seguridad jurídica desincentivan las contribuciones y las inversiones privadas, nacionales y extranjeras.
Ya acumulamos una deuda sobre 46 mil millones de dólares incluyendo, además del sector público gubernamental, la del sector financiero estatal, la flotante y la oculta, no registradas. De manera que cada dominicana o dominicano que nace hoy, por más pobre que sea, ya no llega con un pan o un plátano bajo el brazo, sino con un pagaré de 4 mil 600 dólares, o 235 mil pesos, que muchos de ellos no acumularán nunca en su vida.
Sólo somos competitivos con Haití y ni siquiera con los países centroamericanos más pobres, con quienes firmamos un fallido tratado de libre comercio, y nuestra economía depende de factores exógenos: en primer lugar, de los 6 mil millones de dólares remitidos el año pasado por los dominicanos que, como exiliados económicos, han tenido que buscarse la vida en el exterior, que no conllevan nada incluido ni remisión de utilidades ni pago de importaciones.
En segundo lugar, dependemos de los 7 mil millones de dólares ingresados por el turismo, que en dos terceras partes se van al exterior por importaciones, servicios, y en remisión de utilidades, ya que el 80 por ciento de las habitaciones hoteleras son de empresas extranjeras.
Y tercero, por el financiamiento externo que crece en unos 2 mil millones de dólares por año.
La desorganización social y la ausencia de prioridades han lastrado los sectores productivos nacionales, dificultando su competitividad, por lo que nuestros déficits comerciales son crónicos, superando el año pasado los 9 mil millones de dólares.
Factores externos, como el incremento del costo de los combustibles, las alzas de las tasas de interés y la desaceleración del crecimiento de la economía mundial, se constituyen en verdaderas amenazas a la sostenibilidad económica y financiera, y un desafío serio a nuestras capacidades previsoras, como han advertido los organismos internacionales.
La pobreza real sigue afectando a más de la mitad de los dominicanos y dominicanas, aún a la mayoría de los que trabajan, que reciben ingresos menores al costo de la canasta familiar del quintil más bajo. Y el 80 por ciento de los pensionados reciben 5 mil 117 pesos. Las políticas sociales han sido convertidas en mecanismos de manipulación de conciencias y sumisión, con la repartición de más de dos millones 600 mil tarjetas que dan acceso a pequeños subsidios que no permiten a ninguna familia salir de la pobreza, sino más bien estabilizarla y perpetuarla.
La mejor política contra la pobreza será mejorar los servicios, comenzando por la educación y la salud, agua potable y energía, el transporte y la vivienda, la calidad de vida ambiental, la seguridad social y ciudadana, y la promoción del empleo de calidad. A pesar de que han pasado seis años desde que la sociedad civil organizada obligó a elevar la inversión en educación, aún estamos muy lejos de alcanzar la calidad necesaria para el desarrollo humano.
Seguimos figurando entre los países de menor inversión en salud pública, por debajo del 2 por ciento del producto bruto, y estamos entre los líderes en mortalidad materno infantil, en embarazos de adolescentes, en feminicidios y en muertes por accidente de tránsito, con tasas que avergüenzan y causan indignación. Esos más de 3 mil niños fallecidos este año, en su primer mes de nacidos, a un ritmo de diez por día, con un absurdo incremento del 30 por ciento, con relación al año pasado, constituyen una afrenta imperdonable.
Venimos de una creciente indignación nacional por el nivel alcanzado por la corrupción y la impunidad, con múltiples alarmantes expresiones, desnudado impúdicamente por el escándalo Odebrecht y la evasión de una responsable investigación que conlleve las sanciones correspondientes. A casi dos años del estallido del mayor escándalo de corrupción internacional, en el país, uno de los mayores involucrados, predomina la más descarada impunidad. Ni siquiera se han realizado las auditorías forenses reclamadas, ni se ha investigado el financiamiento de campañas electorales ni el involucramiento de las más altas autoridades en todo un sistema de sobornos, contrataciones amañadas, sobrevaluaciones y asesoramientos políticos electorales.
En síntesis, 22 años después de sustituir el viejo liderazgo político, la nación padece exactamente de los mismos grandes males: el caudillismo político, la precaria institucionalidad, la falta de transparencia, con agobiante incremento de la corrupción, así como graves deficiencias en los servicios públicos esenciales, como educación, salud, agua potable, energía eléctrica, vivienda, sistema de justicia y efectivo régimen previsional.
A estos males ancestrales se han sumado otros igualmente nefastos como la inseguridad ciudadana, el narcotráfico, el deterioro medioambiental, la creciente desigualdad social y la falta de oportunidades. La unión de todo esto ha convertido la vida de las dominicanas y dominicanos en una constante prueba de resistencia y una cruenta lucha por la subsistencia.
Debemos estar conscientes de los peligros que enfrenta la nación como resultado de la concentración o sumisión de todos los poderes formales y fácticos a los pies de una treintena de integrantes de la cúpula de un partido político, por la ausencia de alternancia en el poder y de surgimiento de nuevos liderazgos, por el irrespeto a la soberanía popular, las afrentas a la libertad de expresión y al ejercicio pleno de los derechos y deberes ciudadanos.
Producto de la práctica sistemática y orquestada de pagar en metálico por aquello que no tiene precio, nuestra democracia y nuestra República han quedado gravemente laceradas. La libertad que antes era coartada por "plomo" hoy es canjeada por "plata".
Ningún cambio será posible si no partimos de la elección de funcionarios públicos con legítima vocación por el servicio a la nación, la búsqueda del bien común y dispuestos a someterse al ordenamiento legal. La Coalición Democrática que hoy proclamamos conlleva una inserción en la próxima coyuntura electoral, que esperamos terminar de concertar primero con los más amplios sectores sociales. Les entregaremos nuestros lineamientos fundamentales para la regeneración nacional y un nuevo modelo de desarrollo a todas las entidades y líderes de la sociedad civil, sin discriminación, en un proceso que esperamos concluya en enero próximo.
En febrero, cuando faltará un año para las elecciones municipales, esperamos contactar a los partidos que muestran interés en una coalición democrática de amplitud socio-política, para presentarles, y discutir con ellos, nuestra propuesta de lineamientos básicos, antes que se desate la fiebre de candidaturas que suele alentar el protagonismo y las ambiciones individuales.
Nuestros lineamientos han sido objeto de ponderación y consenso en un proceso de 6 meses que ha implicado una veintena de reuniones y encuentros, la mayoría en Santo Domingo, pero también en Santiago, San Cristóbal, Azua, Barahona y otras ciudades, involucrando a cientos de ciudadanas y ciudadanos. Siguen abiertos a la consideración de los sectores sociales y posteriormente de los agrupamientos políticos.
No se trata de un programa de gobierno, sino de lineamientos básicos concebidos con la mayor amplitud, para que puedan ser compartidos y canalicen una amplia y exitosa coalición política y social. No caben ahí más que los grandes propósitos, no las reivindicaciones grupales o puramente sectoriales.
Señalamos expresamente las elecciones municipales, porque el primer objetivo de esta Coalición Democrática sería rescatar el poder local y luego el congresual y el ejecutivo. Intentamos convencer al liderazgo político de que todas las candidaturas son fundamentales para romper el secuestro de las instituciones, y que urgen candidatos de alta capacidad gerencial y moral para cambiar el curso de la administración municipal con ayuntamientos modelos.
También deberemos convencer a dirigentes de partidos políticos que es preferible tenerlos en el Congreso y los municipios, y no en las frustraciones que genera un sistema electoral que monopoliza las posibilidades de real competencia, y que hasta que logremos los cambios institucionales, no podemos concentrarnos sólo en las candidaturas presidenciales.
Declaramos con total sinceridad que, aunque de ninguna forma pondremos por delante aspiraciones individuales, pretendemos también, además de incentivar las mejores candidaturas de los diversos partidos, proponer líderes sociales locales para candidaturas municipales y congresuales atendiendo, en todos los casos, a un perfil determinado por la transparencia de vida, los servicios a la ciudadanía, y el compromiso con los mejores intereses sociales.
Las candidaturas de dirigentes sociales y personalidades independientes serán necesarias para generar la sinergia que eleve infinitamente la Coalición Democrática y proyecten la convicción de que no está motorizada sólo por los intereses partidarios, sino de toda la sociedad, así como para amplificar la posibilidad de inserción y participación de segmentos sociales que desconfían de la política partidista, pero que entienden los peligros a que nos expone el monopolio del poder por una corporación política-empresarial de nuevo cuño.
Y con toda transparencia proclamamos también que esas candidaturas, fruto de una novedosa combinación política y social, deberán ser garantía de que en un nuevo gobierno, en los municipios y en el Congreso, no quedemos sólo a expensas de los intereses partidistas.
Así como no portamos compromisos partidarios específicos, y bajo la firme promesa de no constituirnos en nuevos paladines de la ambición individual, tampoco tenemos un método predeterminado para elegir las candidaturas. Es obvio que se requerirá un gran despliegue de generosidad e integridad para alcanzar consensos o establecer mecanismos democráticos y estamos conscientes de que ese puede ser uno de los escollos del proceso.
Aspiramos a que esta asamblea marque el camino de la armonía y la integridad que requiere un proceso que todos sabemos complejo y de difícil concreción. Confiamos en que podremos elegir un órgano de coordinación nacional y un equipo ejecutivo que, auxiliados de las comisiones que sean pertinentes, puedan conducir la materialización de esta concertación.
No podemos llamarnos a engaño. Para garantizar un mínimo de posibilidades de competencia, será fundamental que la Coalición Democrática comience por exigir un nuevo Régimen Electoral, porque de ninguna forma esta nación puede volver al escenario del 2016, cuando la corporación política dominante abusó hasta lo infinito del Estado, primero para comprarse una reforma constitucional y luego para mantener el monopolio del poder.
La Coalición Democrática que proponemos no puede quedar subordinada a que se divida o no la corporación que monopoliza el poder. Y tiene que desarrollar capacidad para potenciar ese 70 por ciento de la población que las encuetas indican opuestas a una nueva reforma de la Constitución en aras de la eterna ambición continuista. Rechazamos el supuesto de que si el presidente de la República se lo propone puede destruirlo todo para mantenerse en el poder.
No puede repetirse que 33 altos funcionarios del Estado, incluidos todos los ministros, y el presidente de la República, se lancen a dirigir y realizar campaña electoral en cada provincia, con todos los recursos públicos, duplicando la inversión publicitaria, monopolizando el financiamiento privado con abiertas extorsiones, acaparando el 80 por ciento de la inversión en propaganda partidista y designando más de 30 mil empleados temporeros para realizar campaña electoral, como si no fueran ya excesivos, decenas de miles de dirigentes y activistas que cobran salarios desproporcionados en nóminas y nominillas. Sin temor a chantaje advertimos que ¡en el próximo proceso electoral jugamos todos, o se rompen las barajas!
Al proclamar la necesidad de la Coalición Democrática, es preciso formular un llamado especial a la incorporación de las mujeres y los jóvenes a la actividad política. Aquí habrá espacio para que ellas y ellos sean los principales protagonistas. Ya es hora de que nos acerquemos a la paridad de género, como ideal de participación democrática. Y ¡es ominoso que el 33 por ciento de los jóvenes estén desempleados y que el 23 por ciento esté sin estudiar ni trabajar! A las nuevas generaciones tenemos que convencerlas de que las puertas de la emigración se están cerrando y que ya no podremos enviar otros dos millones de dominicanos al exterior, como en el último medio siglo. Que aquí es el único lugar donde no somos extranjeros y donde tenemos que guayar la yuca, y abrir nuevos surcos para que florezcan todos los sueños.
Venimos armados con los ideales libertarios de los fundadores de la nación, excluidos desde los albores mismos de su parto, de todos los que a lo largo de 174 años ofrendaron sus vidas y se sacrificaron en aras de una patria amplia y democrática. Recogemos los sueños de estas últimas seis décadas de intensas luchas por fortalecer la institucionalidad democrática y abrir nuevas expresiones de desarrollo.
Mirémonos en el espejo de países hermanos que hoy sufren una descarnada realidad y viven en el desasosiego de una sociedad dividida y en confrontación, producto del desinterés en los temas políticos y de una excesiva permisividad frente a los desmanes de la clase dominante. Estemos atentos a los signos de los tiempos que revelan en nuestro país el inexorable final del actual modelo de ejercicio del poder y el agotamiento de sus dirigentes, quienes ya no tienen nada nuevo ni bueno que ofrecernos. Estemos listos para rechazar cualquier intento de dilatar artificialmente la conclusión de un ciclo histórico mediante el fraude, la manipulación y el abuso de poder en perjuicio de nuestro sistema democrático.
Unámonos para vencer el pesimismo y el inmovilismo, para rescatar la nación, convencidos de que las dominicanas y los dominicanos tenemos suficientes fuerzas espirituales para levantarnos de las miserias materiales e institucionales y dar vigencia a los sueños de todos los que han abonado los surcos quisqueyanos con sangre, sudor y lágrimas. Abramos corazones y brazos para unirnos en esta Coalición Democrática por la regeneración nacional y un nuevo modelo de desarrollo económico y social.
Santo Domingo, 11 de Noviembre del 2018
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