Henry Kissinger y la inteligencia artificial: una advertencia desde la historia
Por Luis Orlando Díaz Vólquez
La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una realidad que redefine nuestras sociedades, economías y formas de pensar. En este contexto, la voz de Henry Kissinger —figura emblemática de la diplomacia mundial— resuena con una profundidad inusual. En sus últimos años, Kissinger se dedicó a reflexionar sobre el impacto de la IA, no desde la ingeniería o la programación, sino desde la filosofía, la geopolítica y la historia.
Junto a Eric Schmidt y Daniel Huttenlocher, Kissinger coescribió La era de la inteligencia artificial y nuestro futuro humano, una obra que no solo analiza los avances tecnológicos, sino que plantea preguntas fundamentales sobre el destino de la humanidad. Para Kissinger, la IA representa una transformación tan radical como la invención de la imprenta en el siglo XV. Así como aquella revolución dio paso del pensamiento teológico al racionalismo ilustrado, la IA está gestando una nueva forma de conciencia, basada en algoritmos, datos y patrones que escapan a la lógica humana tradicional.
Lo más inquietante de su análisis no es la capacidad técnica de la IA, sino su potencial para alterar el orden político, ético y social. Kissinger advierte sobre el uso de la IA en la desinformación, la manipulación de masas y el desarrollo de armas autónomas. En un mundo donde los algoritmos pueden decidir qué información vemos, qué decisiones tomamos y qué conflictos se desencadenan, la gobernanza tecnológica se convierte en un imperativo global.
Pero Kissinger no se limita a la crítica. Su llamado es claro: urge una filosofía de la inteligencia artificial. No basta con regular o limitar; es necesario comprender qué tipo de humanidad estamos construyendo. ¿Queremos una civilización guiada por la eficiencia algorítmica o por valores éticos universales? ¿Estamos preparados para coexistir con sistemas que aprenden, deciden y actúan sin intervención humana?
En América Latina, y particularmente en República Dominicana, estas reflexiones adquieren una relevancia estratégica. La adopción de tecnologías inteligentes en el sector público, la educación y la seguridad debe ir acompañada de una profunda deliberación ética. No se trata solo de modernizar, sino de humanizar el progreso.
Henry Kissinger, con su mirada de estadista y filósofo, nos deja una advertencia: la inteligencia artificial no es solo una herramienta, es una fuerza civilizatoria. Ignorar sus implicaciones sería repetir los errores del pasado, cuando el poder tecnológico superó la sabiduría política. Hoy, más que nunca, necesitamos líderes capaces de pensar más allá del código, y ciudadanos conscientes de que el futuro no se programa, se construye.
Díaz Vólquez, L. O. (2025, septiembre 23). Henry Kissinger y la inteligencia artificial: una advertencia desde la historia. Opinión editorial.
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