Préstamos para un borracho
“¡Quien le va hacer caso a un borracho!”, cantaba Daniel Santos hace décadas.
¡Tremenda equivocación del “inquieto anacobero”!, pues en la Republica Dominicana lo que más se parece a un borracho es el sector eléctrico y todavía bancos famosos le hacen caso y le prestan, incluyendo los chinos.
Desde la capitalización de la CDE en el 1999, el Estado dominicano ha recibido préstamos de organismos internacionales que sumados representarían una verdadera fortuna en dólares, y casi siempre con la misma justificación (o excusa): fortalecer el sector eléctrico, rehabilitar de las redes de distribución y reducir las pérdidas. Es casi una letanía reforzada por décadas frente al BID, Banco Mundial, Banco Europeo de Inversiones (BEI) y hasta la OFID de la OPEP.
Aparte esos préstamos, el propio gobierno ha hecho transferencias directas a las distribuidoras eléctricas ascendente a varios miles de millones de dólares, tanto para subsidio de la tarifa y compensación de pérdidas, como para inversiones en “rehabilitación de redes y reducción de pérdidas”.
Y parecen pitcher y cátcher, las distribuidoras y los prestamistas, porque 25 años después el juego sigue igual: uno presta y el otro “se lo bebe”. Uno prestamista y el otro borracho. Prestamistas pomposos pero manisueltas, pero que – sin embargo – cuando ocurra la quiebra aterrizaran en el país y le pondrán una bota en el cuello al gobierno de turno para cobrarle con la inclemencia de un Shylock moderno.
Si en el 2016, según un estudio de la firma experta chilena INECON, las tres distribuidoras podrían hacer su trabajo con 1,800 empleados y hoy tienen 8,300, dicho por la propia CDEEE en su último informe de desempeño de septiembre, y si los gastos operacionales de dichas empresas rondaban los 351.5 millones de dólares anuales mientras que la investigación de la citada firma extranjera determinó que solo se requerían 121.4 millones, entonces, ¿qué duda cabe de que si los 600 millones chinos y los 400 millones del BID se los entregan a esas distribuidoras estas se lo beberían de un tirón?
EDENORTE, EDESUR y EDEESTE han sido históricamente fuentes de financiamiento electoral. Senadores, alcaldes, diputados regidores y reelecciones presidenciales han sido parcialmente financiadas a través de transferencias o subsidios a distribuidoras que luego reparten hacia abajo. No son especulaciones, solo hay que revisar el histórico de transferencias hechas por los diferentes gobiernos del PLD en cada año electoral desde el 2004 a la fecha.
Por ejemplo, veamos un solo caso emblemático, el de las apretadas elecciones del 2012, cuando Leonel quebró las arcas públicas para empujar a un Danilo Medina rezagado.
Leonel utilizó el Fondo de Estabilización de la Tarifa Eléctrica (FETE) para una voluminosa transferencia de millones de dólares que en realidad buscaban no solo subsidiar la tarifa, sino también la fase final de la costosa campaña de Danilo. En efecto, durante el trimestre electoral de abril a junio del 2012 el aporte del gobierno al FETE de EDEESTE se incrementó en un 46.3% respecto al trimestre enero a marzo del mismo año; el de EDESUR creció en 40.2% y el de EDENORTE en 28% para un trimestre record en subsidios; es decir, que las distribuidoras se fueron de campaña electoral y el FETE se convirtió en un flete de millones de dólares para manejo discrecional. Sucedió igual en elecciones anteriores.
Entonces, ¿nos endeudamos con mil millones de dólares más para entregárselos a esas distribuidoras precisamente en vísperas de campaña electoral? ¿a esas borrachas? https://acento.com.do/2018/opinion/8626108-prestamos-para-un-borracho/
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