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Acorralado por los problemas de liquidez, el régimen de Nicolás Maduro vendió al banco estadounidense de inversiones Goldman Sachs obligaciones por más de $4,000 millones que República Dominicana le adeudaba a Venezuela por el crudo suministrado a través de Petrocaribe, recibiendo a cambio solo el 41 por ciento del valor total de la deuda, dijeron fuentes cercanas a la operación.
La transacción involucraría una ganancia de 59 por ciento para Goldman Sachs, equivalentes a $2,360 millones, a cambio del pago de $1,750 millones que otorgaría a Venezuela por las obligaciones que en agosto de este año sumaban cerca de $4,090 millones.
Según las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato, Goldman Sachs actualmente sostiene conversaciones con el gobierno venezolano para alcanzar un acuerdo similar sobre la deuda petrolera que Jamaica mantiene con la nación sudamericana.
Goldman Sachs declinó comentar sobre las operaciones.
“Esto es una tremenda ganga para Goldman Sachs”, dijo una de las fuentes consultadas. “El único punto negativo es que se trata de una deuda a 20 años, pero el descuento es tan bestial, que Goldman se la arrancó de las manos a cambio de darle a PDVSA un poquito de liquidez”.
Pero la operación denota un alto grado de desesperación de la estatal venezolana, cuyas ventas de crudo generan más del 95 por ciento de los dólares que ingresan al país.
“Están liquidando los pocos activos que tienen, tratando de buscar el flujo de caja, el efectivo, que no tienen”, dijo la fuente.
República Dominicana ha recibido un suministro de crudo venezolano por un valor de $8,224 millones desde que se unió a Petrocaribe en el 2005, según datos brindados por la Oficina Coordinadora de Negociaciones de Petrocaribe, adscrita al Ministerio de Hacienda, publicados por Diario Libre.
De ese total, cerca de $4,262 millones, fueron financiados a largo plazo con una tasa de interés de uno por ciento anual, un plazo de 23 años y dos de gracia, que es la deuda cedida a Goldman Sachs, excluyendo los cerca de $140 millones en frijoles negros y otros productos dominicanos que la nación caribeña envió a Venezuela como forma de pago.
La necesidad imperativa de dólares para poder sostener el gasto social y los subsidios que el régimen otorga a países aliados como Cuba, Nicaragua y República Dominicana, llevaba ya bastante tiempo deteriorando las finanzas de la estatal petrolera.
Y como si eso no fuese poco, el gobierno luego pasó a endeudar en exceso a la empresa estatal, forzándola a contraer obligaciones que actualmente suman cerca de $50,000 millones.
Y la situación se vio agravada drásticamente en los últimos meses con la caída de los precios del petróleo, que llevó la cesta venezolana de crudos a descender desde los $99 el barril en que se encontraba en junio a los actuales $68.
Economistas han señalado que Maduro necesita un precio por el barril de petróleo de $120 para seguir manteniendo el gasto y de al menos $80 para asegurar la estabilidad de su régimen.
El escenario luce tan difícil para el líder bolivariano que muy probablemente tratará de salir a vender toda la factura petrolera, comentó el ex embajador de Venezuela ante la ONU, Diego Arria, quien fue uno de los primeros en advertir sobre la operación con Goldman Sach a través de su cuenta de Twitter.
“Están raspando la olla”, dijo desde Nueva York el diplomático, quien mantiene estrechos vínculos con el sector financiero internacional.
Pero es un proceso que involucra grandes pérdidas para la nación sudamericana, que ya de por si había suministrado el crudo a Jamaica y República Dominicana con grandes descuentos, como parte de su sus operaciones de la llamada “petrodiplomacia”.
También es una clara señal para los mercados internacionales sobre los problemas económicos que enfrenta el régimen.
“Un descuento tan significativo [59 por ciento], además de la gran pérdida monetaria para la nación, significa una gran pérdida de credibilidad sobre la situación financiera venezolana”, manifestó Arria.
“Pero además podría ser un delito”, agregó el diplomático. “Ceder esa obligaciones con un descuento de esas proporciones, se está agrediendo al patrimonio nacional”.
El esquema de compras de lealtades de países vecinos a través de subsidios petroleros, le ha costado al Estado venezolano más de $44,000 millones en los últimos años.
A cambio de ese total, el régimen chavista ha obtenido el respaldo diplomático de los países que beneficia, respaldo que ha sido crucial para su estabilidad.
Pero la crisis financiera que enfrenta el régimen generan grandes dudas sobre la capacidad del país de seguir sosteniendo los costos de subsidiar con petróleo la economía de Cuba y de otros de sus aliados.
“Venezuela ya no puede seguir sustentando estos programas”, comentó recientemente Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma de asesores Inter American Trends.
“Va llegar un momento, en los próximos meses en que ellos van a comenzar a recortar los envíos, porque van a necesitar ese crudo para obtener las divisas que necesitan para aliviar la escasez”, agregó De La Cruz en referencia a la aguda escasez de productos por la que atraviesa Venezuela, donde siete de cada diez productos básicos no pueden ser encontrados en los anaqueles de los supermercados.
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