Anunciado ingreso de Manuel Jiménez al PRM cambia por completo el panorama político en SDE
Por Robert Vargas/ Perspectiva
El solo anuncio de Manuel Jiménez de que ingresará en marzo próximo al Partido Revolucionario Moderno, (PRM), ha dado vuelco colosal al panorama político en el municipio Santo Domingo Este, la mayor plaza electoral de la República Dominicana.
De navegar todas las fuerzas políticas de cierta relevancia en un mar de incertidumbre, la balanza se ha inclinado a favor del PRM colocando contra las cuerdas al oficialista Partido de la Liberación Dominicana, que de ahora en adelante deberá poner en juego su mejor estrategia para lograr retener el poder municipal en SDE evitando morder el polvo de la derrota, algo que no hacen desde el 2002, cuando Domingo Batista le ganó a Eduardo Selman.
No es para menos, apenas se conoció la decisión de Jiménez, dicha por este de viva voz a Ciudad Oriental, la noticia fue recibida con algarabía en las filas del perremeísmo y con preocupación en el peledeísmo en todas sus instancias, a pesar de ser esta una organización sin una dirección municipal coordinada y cuyos dirigentes institucionales no se reunen para nada.
¿Qué cambia en relación al año 2016?
En las elecciones del año 2016, el PLD en el ambito municipal se alzó con una victoria puesta en dudas por una oposición que se presentó dividida a las urnas.
Alfredo Martínez, entonces un desconocido en las circunscripciones 1 y 2 de SDE, ocupó el Palacio Municipal, luego de que la mayoría de los peledeístas lo cargaran sobre sus hombros para darle a la oposición “otra pela”.
Esta vez, en el año 2019, preelectoral, Martínez no parece que tenga la misma fortaleza ni brillo para aglutinar en torno a él a todos los sectores peledeístas, al punto de que al menos ocho de sus compañeros le disputan el liderazgo municipal al decidirse a correr por la nominación a la alcaldía desafiando sus aspiraciones reeleccionistas.
Los desplantes y aparentes desaires que le hizo Martínez a sus compañeros dirigentes del PLD podrían pasarle factura y colocarlo en situación incómoda, puesto que no es seguro que el Comité Político se aventure a reservarle la candidatura a síndico.
Si hiciera esto, es altamente probable que la división disimulada dentro del PLD, brote con fuerza al escenario público con las consecuencias negativas que esto tendría.
En pocas palabras, el PLD no está unido, lo que se acentúa con el enfrentamiento entre Danilo Medina y Leonel Fernández por la nominación presidencial aunque, a decir verdad, en el ámbito municipal en SDE el leonelismo ha perdido toda la estelaridad, al punto de que carecen de una atractiva oferta para la sindicatura.
Ni siquiera Domingo Jiménez, el delfín del leonelismo, se ha atrevido a sacar la cabeza para ir de candidato a la alcaldía. Él está concentrado por completo en lograr que Fernández tenga el control del artículo 55 de la Constitución de laRepública.
En el lado de la oposición tenemos que esta tiende a compactarse, algo rara vez visto en Santo Domingo Este, donde casi todos los dirigentes se consideran la última gota de agua en el desierto hasta que son aplastados y comienzan a llorar sin haber actuado como tenían que hacerlo en el momento indicado.
En el año 2016, la oposición se presentó dividida a las urnas, como es su costumbre.
El PRM llevó de candidato a la alcaldía, Domingo Batista.
El Frente Amplio presentó a Manuel Jiménez
El Partido Quisqueyano Democrata Cristiano tuvo como carta de triunfo a Dío Astacio.
Y el Partido Revolucionario Dominicano, llevó de candidato a Tonty Rutinel, quien fue traicionado por una parte de los perredeístas que se sumaron al candidato oficialista.
Hubo otros candidatos de menor cuantía electoral.
Sin embargo, es imposible pasar por alto que el PRM dividió sus votos: una parte para Batista y la otra para Jiménez, quien contó con algunos votos procedentes del PLD.
La suma de los votos del PRM, el FA, PQDC y del PRD pudieron haber superado con facilidad a los obtenido por el PLD, pero aquellos solo se unieron para realizar el tradicional pleito post electoral sin resultados a la vista, quizás por la existencia de una justicia que “sabe cuando ser ágil”.
El Frente Amplio, por sus solas fuerzas, es una entidad sin mayor incidencia política y con escasas posibilidades de ganar aunque sea un regidor. Si en las elecciones del 2016 se alzó con ocho regidores fue gracias a los votos de una parte de los perremeístas, sobre todo los luisistas y un fragmento de los peledeístas disgustados, quienes votaron a Jiménez.
El PQDC, por igual tienen una escasísima militancia y si obtuvo dos regidores fue gracias a que Dío Astacio movilizó a sus seguidores evangélicos a quienes animó a participar en política en forma abierta.
Sin Dío Astacio y su trabajo, el PQDC no habría obtenido ni la mitad de un regidor porque ya hace tiempo que dejó de ser la organización que tenía importante incidencia política local.
Si lo duda, mire a su alrededor y cuente a los del PQDC que Usted conoce.
Ahora, Dío Astacio está dentro del PRM, y Manuel Jiménez ha anunciado que va rumbo a esa organización a medirse en unas primarias al pastor evangélico y a Adán Peguero.
(Una nota al margen: en el ambiente político local se comenta de manera insistente que Tonty Rutinel se uniría al PRM para ser su candidato a senador, si esto es así, entonces la cosa sería más difícil para el PLD).
Quien resulte ganador de las primarias cerradas del PRM se medirá con el ganador de las primarias abiertas del PLD.
Si el PRM lograra mantenerse compacta la unidad, entonces el panorama sería totalmente distinto al del año 2016 y el PLD tendría que emplearse a fondo para poder ganar las elecciones municipales.
El PRM se convertiría en un poderoso competidor con todas las de ganar y el PLD tendría que usar todos los recursos de que pueda disponer para evitar morder el polvo de la derrota.
Los morados tendrán que escoger entre uno de estos para enfretarlo al contricante de la tolda azul y blanca:
- Arismendy Bautista
- Germán Peña Guadalupe
- Ramón Cabrera
- Radhamés Fortuna
- Karen Ricardo
- Domingo Barett
- Luis Henríquez
- Luis Alberto Tejeda
- Alfredo Martínez
Por primera vez, desde el año 2006, el PLD está ante una posibilidad real de ser derrotado.
Por tanto, los morados deberán saber mover muy bien sus fichas para evitar “estar abajo con depresión”.
En una entrega anterior escribimos que:
Entre los nueve que se disputan la nominación a la alcaldía por el PLD está la persona que deberá encarnar ese liderazgo que les garantice retener el poder.
El candidato o la candidata deberá ser una persona capaz de aglutinar a su alrededor a la mayor parte del municipio electoral, que genere confianza y expectativas positivas en “los de arriba” y los “de abajo”, que unifique a los morados con su capacidad de escuchar, trabajar en equipos y honrar su palabra con todos los sectores, y que tenga capacidad gerencial demostrada, no de palabras.
Si lograran un candidato o candidata con esas condiciones y algunas más no enumeradas aquí, el PLD podrá gobernar SDE cuatro años más y aportar un buen caudal de votos a su causa en el Congreso y en el Palacio Nacional.
El significado electoral de SDE
Como ya este artículo supera las 1100 palabras (¡Uf!), solo vamos recordar “por arribita”, que el impacto del resultado de las elecciones municipales en Santo Domingo Este, en Febrero próximo, tendrá un efecto aplastante sobre las elecciones presidenciales de mayo.
Esto implica que las direcciones del PRM y del PLD tendrán que poner en tensión toda su inteligencia y recursos porque, “sin Febrero, no hay mayo”.
Solo hay que tormar encuenta que en SDE hay más de 600 mil votantes.
El anunciado ingreso de Jiménez al PRM tiene otras derivas, que luego comentaremos.
¿El PRD?... Ya esta no parece que sea una fuerza determinante para atreverse a presentar un candidato con posibilidades de ganar las elecciones municipales, al menos en SDE.
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