domingo, 18 de noviembre de 2018

Muros y preservación de soberanía | Nolberto Luis Soto

Muros y preservación de soberanía

Nolberto Luis Soto - 18 de noviembre de 2018 - 12:00 am 
Nolberto Luis SotoEn verdad que los muros ponen y marcan fronteras; resguardo y contención para los territorios conservar su soberanía, su patrimonio geográfico y cultural. La Muralla China es emblemática en el discurrir de su historia desde tiempo muy remoto. Hoy es un patrimonio de la humanidad y todo visitante a China debe hacerse por impulso una foto.
El levantamiento de un muro, no es ni bueno, ni malo, más bien es una decisión previsora de las naciones y su gobierno respectivo para proteger sus vitales intereses y la seguridad del país. La Muralla China se construyó para evitar invasiones como la de los mongoles y preservar en su aislamiento su cultura amenazada.
Existen dos tipos de muros, uno que marca la seguridad de las fronteras contra la inmigración irregular y traspaso de mercancías en contrabando; y  otro, desde los albores de la historia para evitar o frenar las invasiones con intención de guerra y saboteo de territorios.
Así, la propuesta del muro, todavía como valla y alambrada entre México y Estados Unidos de Norteamérica, tan cacareado por el presidente Donald Trump con fines de evitar el trasiego de inmigrantes indocumentados y el negocio de las drogas.
En estos precisos momentos se avalancha una multitud llamada caravana de inmigrantes centroamericanos hacia la frontera de Usa en busca del sueño americano. Dado a que al parecer la esperanza  en sus propios países se ha perdido, generando opciones de sufrimientos para alcanzar territorios con mucho mejor calidad de vida y empleos; los desniveles de vida social y económica de los pueblos empuja a la inmigración masiva o flujos interminables de gentes, como alarma de la pobreza y desempleo que azota a la humanidad, fenómeno que tendrán que afrontar las naciones ricas con desvelo y determinación, pero con solidaridad y desprendimiento para el equilibrio social.
Haciendo un simple recorrido por la historia y naciones encontramos por razones obvias diversos Muros, el Muro que divide a Israel de Cisjordania en Palestina, por los conflictos étnicos, culturales y políticos que enfrentan desde lejos estos dos territorios, que tienen sus orígenes abrevando en la Biblia; la muralla entre la India y Paquistán, por sus culturas y religiones diferenciadas radicalmente, a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial y la partida en masa de los musulmanes para formar una nueva nación que llevaría el nombre de Paquistán en los años cuarentas.
El Muro de Berlín construido para separar Alemania vencida, en la guerra, una bajo el nombre de Alemania Federal, capitalista, y la otra República Democrática Alemana, comunista, que posteriormente en 1989 con la caída de la Unión Soviética que la amparaba, fue reunificada en una sola Alemania y derribado el Muro de Berlín. Además, la construcción del muro a manera de vallas, más bien un Túnel, en el canal de la mancha, en Europa para viajar a Inglaterra.
Los países hoy, igual que en los tiempos antiguos a causa de las guerras, se angustian pavorosos, por los grandes flujos migratorios que padecen, siendo un nuevo fenómeno que erosiona la estabilidad política de los gobiernos, la economía y la cohesión social. Más que nunca, dichos flujos migratorios se erigen como avalancha imparable y ni siquiera estamos advirtiendo lo que vendrá en la próxima década. Los gobiernos se verán apurados por la masa de inmigrantes corriendo por los conflictos políticos, el aumento de la desigualdad social estimulada por políticas neoliberales, las explosiones sociales y la persecución política. Evidencia el caso de Trump, con su derrota en la Cámara de Representantes y el reto que tiene con su proyecto del muro.
Dominicana no lejos en el tiempo tendrá que ” ponerse los pantalones” y evaluar en serio la construcción del muro en su frontera, sin dejar de abrir puertas de comunicación y solidaridad con Haití, como en efecto lo ha hecho. Pero debemos de abandonar el populismo, enfrentar el chantaje de los Organismos Extranjeros y desconocer el discurso ” izquierdoso”.
Hay que prever, todavía estamos a tiempo y luego será tarde, es una clarinada porque no avizoro nada bueno, de conformidad con mis análisis e intuiciones, que a fuerza de los mensajes que recibimos de la situación fronteriza, con esas lecturas objetivas he asumido la responsabilidad dominicanista de sugerir el nuro: mientras más guardias y aparatajes, más contrabandos y territorios de nadie, abandonados por nativos de la zona; toda nación tiene el legítimo derecho a regular y evaluar    sus visitantes e inmigrantes.
https://acento.com.do/2018/opinion/8625328-muros-preservacion-soberania/
Nolberto Luis Soto
El Sol Naciente
Embajador acreditado en Panamá, 86-87. Embajador acreditado en Ecuador, 2000-2002. Diputado al Parlacen, Director Gral. Biblioteca Nacional. Rector Uteco (Universidad de Cotuí). Vicedecano Facultad de Humanidades,UASD, Prof. Meritísimo UASD. Lic. en Filosofía y Letras, Posgrado en Diplomacia y Relaciones Internacionales, Maestría en Epistemología y Metodología (UNAM), México. Estudios Doctorales en Intervención Social, Universidad Oviedo, España. Escritor.

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