Alerta roja ante el triunfo de Bolsonaro
El triunfo de Bolsonaro en Brasil manda una alerta roja a diversos sectores que se baten por sus derechos sociales y políticos como: los movimientos sociales, feministas, LGTB, ambientalistas, de defensa a minorías étnicas, comunidades eclesiales y particularmente a esa gama de opciones políticas que se definen de izquierda. El discurso de ese personaje era anti negro, anti gay, antiambientalista, anti izquierdista, de odio hacia las mujeres, algo contrario a los valores de las iglesias cristianas. Sin embargo, la mayoría de las mujeres votaron por él, destacadas figuras de la comunidad negra, algunas con dimensiones internacionales, se pronunciaron a su favor, al igual que líderes ambientalistas y algunos sectores de la izquierda se cruzaron de brazo y lo dejaron pasar
El 40% de los indígenas votaron por él, también lo hicieron entre el 35 y 40% de negros. Era conocida la posición de desprecio de Bolsonaro hacia la demanda de tierra y de la preservación de sus tierras de las comunidades indígenas y hacia las luchas de los ambientalistas para preservar los grandes atributos naturales del Brasil, de la sistemática matanza de defensores del medio ambiente, sin embargo esos sectores votaron en significativa proporción por ese deleznable personaje. Algunos de los sectores de la intelectualidad progresista y de izquierda que en la segunda vuelta llamaron a votar por el candidato del PT, en la primera vuelta se abstuvieron, el líder del partido socialista brasileño, en un acto de mezquindad política, en la segunda vuela Ciro Gomes no se decantó a favor del candidato del PT.
Se dice que la mayoría del cuerpo electoral de Bolsonaro no votó por las expresiones de campaña más grotescas del personaje, sino a favor de su discurso en defensa de los valores tradicionales de la familia, por su promesa de seguridad ciudadana y para castigar la corrupción de los gobiernos del PT y su despilfarro y saqueo de los recursos de las grandes empresas estatales. Pero, lo que debe preocupar es que siendo el perfil y discurso del personaje lo opuesto a los valores de las colectividades feministas, medioambientalistas, LGTB y del todo el espectro de progresista y de izquierda, muchos de sus miembros votaron por él. Una evidencia de la debilidad en las relaciones de las vanguardias de esas colectividades con sus bases.
La relación vanguardias y bases en las colectividades e instituciones siempre ha sido problemática, no siempre las primeras logran una fluida vinculación con las segundas y esa circunstancia no es ajena a la actual coyuntura brasileña. El discurso de Bolsanaro expresa de forma grotesca la esencia del discurso de los Trump, los Salvini, los Le Pen y otros líderes de la internacional supremacista y ultranacionalista, contra la cual no hemos sido capaces de elaborar discursos y propuestas para detener su empuje. Bolsonaro no ganó sólo por las inconsecuencias, reales y supuestas, atribuibles a Lula y al PT; ganó por razones identificables en la especificidad de la sociedad brasileña y de la época.
Atribuir los triunfos de las ultraderechas sólo a los fracasos de los gobiernos de izquierda o las posiciones de estas constituye un desatino, de esos triunfos son también culpables sectores económicos, conservadores y eclesiales. Las razones de un embate de la internacional supremacistas y ultranacionalista que parece indetenible, hay que buscarlas en temas de la época, sobre los cuales el conocimiento que tenemos es aun en extremo insuficiente. Eso no exime a diversos sectores de la izquierda que han sido poder, también de los que no lo han sido, de su cuota de responsabilidad por la incapacidad de los unos de solucionar los grandes problemas de las sociedades que gobernaron y por la inconsecuencia de apoyar esos gobiernos acríticamente los otros, como fue el caso de los gobiernos del PT y del comportamiento de Lula.
Con Bolsonaro en Brazil, con el Trump en los Estados Unidos, dos de los cinco países más grandes del mundo, a esta región y al mundo le esperan momentos de confusión y peligros que obligan a dejar los discursos de simples condenas y las atribuciones de culpas simplistas y reduccionistas y las proclamas de luchas que no estamos en grado de dar y ni mucho menos de ganarlas. Nos queda reflexionar sobre nuestras prácticas, sobre la inconsecuencia y del carácter inconducente de tantas grescas y descalificaciones personales entre nosotros mismos y buscar la forma de un discurso y una práctica en que las llamadas vanguardias logren conectarse con sus bases.
No estamos ante el fin de los tiempos, del fin del mundo, pero el triunfo de Bolsonaro debe poner en alerta roja a todos los sectores que creen realmente en los valores de la democracia e incluso a los que sólo discursivamente dicen creer. https://acento.com.do/author/cesar/
Sociólogo, municipalista y profesor de sociología urbana. Autor de libros, ensayos y artículos en diversos medios nacionales y extranjeros sobre movimientos sociales, urbanismo, desarrollo y poder local. Miembro de varias instituciones nacionales y extranjeras, ex director del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y ex dirigente del desaparecido Partido Comunista Dominicano, PCD.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario