lunes, 4 de junio de 2018

Dale suave | por Melvin Mañón

Dale suave

Melvin Mañón - 1 de junio de 2018 - 12:08 am 
Melvin Mañón
No es una canción – que yo sepa. Tampoco instrucciones a la hora de hacer el amor. Todavía menos recomendaciones de cómo meter un clavo, taladrar una pared, mezclar la de un bizcocho o activar una batidora.
DALE SUAVE es el lenguaje formal empleado en la carretera Autopista Las Américas- Samaná para –presumo- indicar que se debe reducir la velocidad en este que es – a no dudarlo- el mas grande y elocuente ejemplo de una obra mal hecha, mal pensada, mal negociada y peor ejecutada, excepto naturalmente para quienes la administran. Pero ese –aunque debiera- no es el punto ahora.
Cuando en esta carretera usted se acerca a un tramo que el contratista estima peligroso no le ordenan ni recomiendan ni instruyen REDUZCA VELOCIDAD como es la norma en todo el mundo. Tampoco le advierten TRAMO PELIGROSO  ni mucho menos le marcan o indican la velocidad apropiada y todavía menos, la reglamentaria. Le dicen, en letreros lumínicos rojos DALE SUAVE así que cada cual puede interpretarlo a su manera.
Un tipo que llevaba un poco rápido a su pareja entendió que en lugar de reducir la velocidad, cambió la forma de acariciar a su acompañante. Otro camionero furioso y malhumorado por problemas familiares cuando vio el aviso exclamó: ¡estos tipos piensan en todo¡ y acto seguido, relajado y ya sin la presión del malhumor pisó el acelerador porque su mente estaba tan despejada como la carretera misma. Una mamá que empollaba sus tres pichones mientras rezaba para que el auto no se descompusiera en el camino a causa de un sonido extraño que sentía, vio el letrero y le dijo al esposo: “papi dale suave para que lleguemos” pero no se refería a la velocidad sino al cuidado del vehículo y el mismo día, un grupo de jóvenes que viajaban debidamente acompañados de muchachas pero en plena chercha, soñaban con la llegada a Samaná, ya se desvestían mentalmente, retozaban, se excitaban y sentían acercarse al paraíso cuando casi de golpe vieron el letrero y en medio de una carcajada estruendosa, motivada y colectiva exclamaron:- ¿Suave? ¿Cómo que suave? Esos tipos están “pasao”
Yo mismo que anduve por esa carretera el pasado domingo me divertí en grande no tanto por las comprensibles reacciones de esos conductores sino  que me puse a pensar ¿como carajo entenderán e interpretarán los turistas y conductores extranjeros semejante señalización? ¿qué significa DALE SUAVE para un inglés, un alemán, un ruso de los que ye tenemos o un chino de los que queremos atraer? Esa reflexión no excluye lo que puedan pensar brasileños, colombianos, mexicanos o argentinos que no podrían diferenciar si se trata de un asunto de carácter, una exhortación erótica o una explicita instrucción sexual.
DALE SUAVE como aviso o instrucción vial solamente demuestra que la imbecilidad no tiene límites ni fondo y me recuerda algo: una de las experiencias mas desgraciadas del diario vivir es tener que lidiar con expresiones de alguien que se ha creído muy listo, muy ingenioso; que seguramente ha sido hasta premiado o al menos alabado por tanta originalidad. Después de todo, ¿que puede esperarse en una carretera que construida sin peralte en las curvas, sin diseño de accesos y salidas y donde se ha acumulado un registro de accidentes fatales? Y ¿quienes hicieron esa carretera? ¿Quienes la inspeccionaron? ¿Quienes la recibieron como buena? Ahh pero todo estaba de alguna manera previsto: DALE SUAVE.
https://acento.com.do/2018/opinion/8571242-dale-suave/
Melvin Mañón 
En mangas de camisa Pensador, agricultor de vocación. Ha escrito varios libros, entre ellos Operación Estrella, Guerra de purificación y Enigma.

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