miércoles, 19 de noviembre de 2025

Nuestro último verano de paz: ¿Advertencia o estrategia?

Nuestro último verano de paz: ¿Advertencia o estrategia?

Por Luis Orlando Diaz Volquez

Las palabras del ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, resuenan como una alarma en medio de la aparente calma europea: *“Nuestro último verano de paz”*. Esta frase, más que una predicción, es un llamado a la acción. Pistorius advierte que un conflicto armado entre la OTAN y Rusia podría materializarse antes de 2029, incluso en 2028, según estimaciones de inteligencia y expertos militares. ¿Exageración? ¿O una lectura realista del tablero geopolítico?

El contexto estratégico

Desde la anexión de Crimea en 2014 y la invasión a gran escala de Ucrania en 2022, Moscú ha demostrado que la fuerza militar sigue siendo su herramienta predilecta para redefinir fronteras. Aunque el Kremlin insiste en que no planea atacar a la OTAN, la historia reciente nos enseña que las intenciones declaradas rara vez son garantía de paz. La expansión militar rusa, combinada con su doctrina híbrida —ciberataques, desinformación y presión energética—, configura un escenario donde la disuasión occidental no puede relajarse.

La advertencia alemana

Pistorius no habla en vacío. Alemania, tradicionalmente cauta en materia militar, ha iniciado una transformación profunda en su política de defensa. El concepto de *Zeitenwende* (cambio de era) impulsado por Olaf Scholz refleja la urgencia de reforzar capacidades ante un adversario que no oculta su ambición de reconfigurar el orden europeo. La OTAN, con su poder convencional y nuclear, sigue siendo un bloque formidable, pero la brecha tecnológica y logística frente a Rusia exige inversiones sostenidas.

¿Retórica alarmista o realismo estratégico?

Los críticos señalan que este tipo de declaraciones alimenta la narrativa del miedo y justifica incrementos presupuestarios. Sin embargo, ignorar las señales sería un error histórico. La guerra moderna no será solo de tanques y obuses, como subraya Pistorius, sino también de drones, ciberespacio y sistemas autónomos. Prepararse no es belicismo; es responsabilidad.

Occidente ante el dilema

¿Estamos ante una profecía autocumplida? Solo si la OTAN falla en su misión esencial: disuadir. La fortaleza militar debe ir acompañada de cohesión política y resiliencia social. Europa no puede permitirse divisiones internas ni depender de promesas vacías. Si este fue nuestro último verano de paz, que sea también el inicio de una estrategia común para preservar la libertad y la estabilidad.

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