SIN PAÑOS TIBIOS
Tierras raras en Pedernales (1/2)
Por Federico A. Jovine Rijo
Actualizada martes, 26 de septiembre de 2023 - 00:00
Parafraseando a Marx, la historia de la humanidad es la historia de la minería. Hay quienes dicen que el Antropoceno será identificado como la civilización del plástico, sobre la base de que los registros arqueológicos del futuro evidenciarán que este fue el signo distintivo de nuestro paso por la tierra; ahora bien, si tuviéramos que elegir un mineral (o un conjunto de ellos) que suponga en tiempos recientes un incremento cualitativo en nuestra civilización a nivel planetario, sin duda alguna lo serían las tierras raras.
Más allá del conjunto formado por 17 elementos de la tabla periódica, hablamos del sostén material de nuestro actual desarrollo tecnológico. Desde la industria de la computación y la robótica, pasando por sistemas armamentísticos, la carrera espacial, la industria farmacéutica de avanzada, energías alternativas, carros eléctricos, comunicaciones, etc., todo nuestro futuro depende de las tierras raras. Un conjunto de minerales que se presentan asociados, que suponen existencias limitadas en la corteza terrestre y que implican elevados costes sociales, políticos y ambientales para su extracción, procesamiento y aprovechamiento.
Hablamos de minerales estratégicos que posibilitan un golpe de timón en el escenario geopolítico mundial. A la fecha, las reservas estimadas de tierras raras son de 120 millones de toneladas, de las cuales China posee 45 millones, siendo no solamente el país con mayores reservas probadas, sino también el que representa el 60% de la producción mundial y el 85% de la capacidad de procesamiento; esto, en razón de que no sólo es quien más posee, también es quien más capacidad de minado e industrialización de la materia prima tiene, lo que significa que, en términos reales, el desarrollo de la tecnología que sostiene el empuje tecnológico mundial, se sostiene con su producción de tierras raras. Dicho de otro modo, Estados Unidos, Japón, Alemania, Corea del Sur y los principales países que constituyen las superpotencias tecnológicas, lo son gracias a China.
El presunto descubrimiento de reservas probables de tierras raras en la Reserva Fiscal Ávila, Pedernales, con una estimación que, en ausencia de datos comprobados, se estima que oscila entre 4 y 20 millones de toneladas y un valor proyectado entre 28,000 y 90,000 millones de dólares, deben ser tomados en serio por el gobierno, la oposición y toda la sociedad en su conjunto, toda vez que, en función de la cuantía de la reserva, pondría al país en el centro del tablero geopolítico mundial, en tanto que garantizaríamos el suministro directo de las necesidades norteamericanas, reduciendo su dependencia frente a China. Frente a esos hechos, es pertinente que nos preguntemos, ¿cómo actuaremos en lo adelante?, ¿qué mecanismos implementaremos para garantizar una explotación racional cuyos beneficios se derramen equitativamente en toda la sociedad?
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