Partidos institucionalizados y fuertes garantizan la democracia
En los países donde los partidos conservan su institucionalidad y se mantienen fuertes, sea porque sus dirigentes y militantes se forman adecuadamente; tienen conciencia de su responsabilidad como soporte de la democracia; porque sus organismos partidarios funcionan correctamente; se les da participación y oportunidades a todos los niveles; porque diseñan propuestas viables, la democracia se hace más sólida.
Contrario a lo que algunos piensan, la solidez de la democracia está íntimamente ligada a la fortaleza de los partidos, y a su respeto por las normas que los rigen. Mientras más fuertes e institucionales sean los partidos, de gobierno como de oposición, más probabilidades existen, de que las instituciones democráticas funcionen correctamente. Que se respeten las leyes y se tomen en cuenta las propuestas de los que disienten.
Cuando los partidos ignoran las disposiciones estatutarias y legales; olvidan sus deberes y responsabilidades institucionales; no les dan participación a los organismos funcionales; se centralizan; les dan más importancia a los líderes que a la organización partidaria, se crean caldos de cultivos apropiados para su debilitamiento.
Y en la medida en que comienzan a debilitarse, por abandono de la organización y la creación de facciones en torno a grupos de dirigentes, de esa misma manera comienza la democracia institucional a debilitarse. A zigzaguear. Como diría Bosch, a deslizarse por cuestas enjabonadas. Porque ambas cosas van de las manos.
He venido advirtiendo a través de los años, la necesidad de que los partidos se fortalezcan. Respeten sus propias estructuras. Que aún teniendo líderes, lo que es bueno y sano, estos deben ser los primeros en respetar y exigir apego a las reglas internas, las leyes y las decisiones de los organismos.
Con mucho más razón, después que están recibiendo financiamiento del Estado. Pues desde que pasaron a formar parte del presupuesto de la nación, ya no se deben exclusivamente a sus miembros o dirigentes, sino a todo el país. Todos tenemos derecho a exigirles.
En nuestro país el partidismo en sentido general, y a pesar de sus debilidades institucionales, ha venido funcionando. Pero deben cuidarse de esas debilidades internas que en ocasiones se producen. Porque constituyen un reflejo de resistencia a respetar los organismos internos y las propias leyes que los rigen. Porque ningún demócrata, deber resistirse a decisiones democráticas aunque dichas decisiones no les favorezcan, Debe ser la regla para todos.
Cuando se producen situaciones de tensión y resentimiento dentro de los partidos, que son los soportes de la democracia, y como consecuencia provocan fracturas, divisiones y debilitamiento, lo más probable es que la democracia institucional también se vea afectada.
El debilitamiento de los partidos por diversas causas, no garantiza la solidez de la democracia. Pues en la medida en que pierden fuerza, igual la pierde la institucionalidad. Y como la democracia institucional nos compete a todos, no solo a los partidarios, todos debemos exigir que las organizaciones políticas, que reciben aporte de los ciudadanos, tengan que fortalecerse. Respetar las decisiones, sus estructuras y las leyes. Una propuesta de Reflexión para Semana Santa. http://hoy.com.do/partidos-institucionalizados-y-fuertes-garantizan-la-democracia/
Contrario a lo que algunos piensan, la solidez de la democracia está íntimamente ligada a la fortaleza de los partidos, y a su respeto por las normas que los rigen. Mientras más fuertes e institucionales sean los partidos, de gobierno como de oposición, más probabilidades existen, de que las instituciones democráticas funcionen correctamente. Que se respeten las leyes y se tomen en cuenta las propuestas de los que disienten.
Cuando los partidos ignoran las disposiciones estatutarias y legales; olvidan sus deberes y responsabilidades institucionales; no les dan participación a los organismos funcionales; se centralizan; les dan más importancia a los líderes que a la organización partidaria, se crean caldos de cultivos apropiados para su debilitamiento.
Y en la medida en que comienzan a debilitarse, por abandono de la organización y la creación de facciones en torno a grupos de dirigentes, de esa misma manera comienza la democracia institucional a debilitarse. A zigzaguear. Como diría Bosch, a deslizarse por cuestas enjabonadas. Porque ambas cosas van de las manos.
He venido advirtiendo a través de los años, la necesidad de que los partidos se fortalezcan. Respeten sus propias estructuras. Que aún teniendo líderes, lo que es bueno y sano, estos deben ser los primeros en respetar y exigir apego a las reglas internas, las leyes y las decisiones de los organismos.
Con mucho más razón, después que están recibiendo financiamiento del Estado. Pues desde que pasaron a formar parte del presupuesto de la nación, ya no se deben exclusivamente a sus miembros o dirigentes, sino a todo el país. Todos tenemos derecho a exigirles.
En nuestro país el partidismo en sentido general, y a pesar de sus debilidades institucionales, ha venido funcionando. Pero deben cuidarse de esas debilidades internas que en ocasiones se producen. Porque constituyen un reflejo de resistencia a respetar los organismos internos y las propias leyes que los rigen. Porque ningún demócrata, deber resistirse a decisiones democráticas aunque dichas decisiones no les favorezcan, Debe ser la regla para todos.
Cuando se producen situaciones de tensión y resentimiento dentro de los partidos, que son los soportes de la democracia, y como consecuencia provocan fracturas, divisiones y debilitamiento, lo más probable es que la democracia institucional también se vea afectada.
El debilitamiento de los partidos por diversas causas, no garantiza la solidez de la democracia. Pues en la medida en que pierden fuerza, igual la pierde la institucionalidad. Y como la democracia institucional nos compete a todos, no solo a los partidarios, todos debemos exigir que las organizaciones políticas, que reciben aporte de los ciudadanos, tengan que fortalecerse. Respetar las decisiones, sus estructuras y las leyes. Una propuesta de Reflexión para Semana Santa. http://hoy.com.do/partidos-institucionalizados-y-fuertes-garantizan-la-democracia/
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