lunes, 25 de abril de 2022

En busca del Macron dominicano | Por EDUARDO SANZ LOVATÓN @SanzLovaton

Puntos de vista martes, 16 de mayo de 2017
En busca del Macron dominicano
EDUARDO SANZ LOVATÓN

El panorama político mundial vislumbra cambios inesperados.
Las formas tradicionales de hacer política se han transformado.

Las sociedades modernas, en constante evolución, demandan cambios en la política acordes con ellas. Se inclinan por propuestas menos convencionales, totalmente alejadas de lo tradicional y hasta poco probables, lo que ha dado como resultado fenómenos como la elección de Donald Trump como presidente en los Estados Unidos, y otros más esperanzadores como el surgimiento del movimiento Podemos, en España y más recientemente, del liderazgo de Emmanuel Macron en Francia.

Emmanuel Macron es, sin duda, la figura política del momento.

Hace sólo un año era prácticamente desconocido a nivel internacional, cuando lanzó el movimiento político centrista En Marche! y hoy es considerado por muchos como el futuro de Francia. Es ya su Presidente.
Pero, ¿quién es Emmanuel Macron? ¿de dónde surgió? Y ¿por qué el pueblo francés simpatiza con las propuestas de este novicio político? Emmanuel Macron es un joven de 39 años egresado del Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po) y de la Escuela Nacional de Administración (ENA), de donde han surgido muchas figuras importantes de la administración pública francesa. Ingresó al sector privado cuando incursionó en la banca, hasta que decidió apoyar al presidente François Hollande y éste lo nombró Ministro de Economía. Macron dimitió a su cargo en noviembre del 2016, cuando anunció su candidatura para las elecciones presidenciales de abril del 2017.
El 7 de mayo pasado ganó de manera muy convincente la presidencia de Francia frente a Marine Le Pen. Desde ese momento, el número de adeptos de Macron no ha hecho más que crecer exponencialmente.
Para muchos, la razón de ser de este fenómeno reside en la figura de su rival en estas elecciones. Nos referimos a Marine Le Pen, la candidata de extrema derecha, reconocida por su empeño en aislar a Francia del mundo, y sus propuestas para frenar la inmigración, escapar a la globalización y hasta salir de la Unión Europea. Esta candidata, de ideas extremas que algunos llaman ideas racistas y fascistas.
Macron, por su lado, que ha repetido en varias ocasiones que no es ni de derecha, ni de izquierda, sino de Francia, ofreciendo una reducción significativa de los impuestos corporativos, espera persuadir a negocios británicos y bancos para que se instalen en París y con ello continuar abriéndole las puertas de Francia al mundo corporativo. Macron espera poder reducir el gasto público en 60 billones de euros y eliminar más de cien mil empleos en el sector público. Su propuesta política también incluye la exoneración del impuesto de propiedad para un alto porcentaje de viviendas.
Macron promete mayor flexibilidad en dos aspectos: la edad del retiro y las 35 horas de trabajo por semana, de manera que los trabajadores cuenten con un espectro más amplio de negociación. Macron planea destinar más fondos públicos en programas de energía renovable, entrenamientos tendentes a la reducción del desempleo de jóvenes, y en los sectores transporte, administración pública y justicia. Aboga por la equidad para las mujeres en el sector público y por representantes mejor formados académicamente en los cargos públicos.
Sin embargo, a nuestro entender, la razón de mayor peso por la que Macron ha ganado tantos simpatizantes es que logró sorprender con su innovación a una casta política francesa agotada por la corrupción y el descrédito. Otro ejemplo de esto es ver como en la sociedad de la fraternidad y la igualdad revolucionaria, una candidata tan radical puede llegar a acumular una votación de más de un 33% de los votos.
Todo esto refuerza el argumento de que las clases políticas dominantes están en un reflujo mundial debido al fenomeno muy bien descrito en el libro de Moises Naim, El Fin del Poder.
La sociedad del siglo 21 cambia a vientos muy acelerados. Lo que era no tiene porque ser. Macron es hoy un mensaje de renovación, no por su edad, aunque por ella también.
Es un político que derrotó una manera de ser, una manera de actuar.
En fin derrotó al pasado. Su gobierno que apenas comienza, tiene sobre sus hombros la responsabilidad de honrar su suerte y de hacer realidad una renovación que se anuncia que ahora debe funcionar.
Nuestros políticos y más en nuestros partidos deben verse en el espejo francés. Las sociedades se dan sus cambios, se dan sus relevos. A veces como en Francia desde el mismo sistema, pero a veces lo hacen de manera más radical, como paradójicamente casi hacen los mismos franceses si elegían a Le Pen. Los dominicanos de buena voluntad debemos luchar por un Macron dominicano que derrote a los Le Pen del pasado y del futuro. Necesitamos un Macron en República Dominicana.
https://listindiario.com/puntos-de-vista/2017/05/17/466335/en-busca-del-macron-dominicano

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