Busto de Duarte
Nuestro país tiene multiplicidad de leyes que lamentablemente no se aplican. El Congreso Nacional aprueba leyes para decir luego que tiene legislación que protege determinadas áreas. La afirmación anterior viene a propósito del busto erigido en honor al Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, en la Plaza de la Bandera, en la ciudad capital, que se hizo sin cumplir con la Ley 127-01 que exige la autorización previa del Instituto Duartiano.
El debate suscitado en torno a este busto, que a todas luces no fue construido con el aval del Instituto Duartiano, me hace preguntarme, por qué República Dominicana no tiene una imagen oficial del patricio Juan Pablo Duarte, avalada por el Instituto Duartiano. Solo recordar que la única imagen oficial de Juan Pablo Duarte es el daguerrotipo realizado por Prospero Rey, en Caracas, en 1873, que incluso reposa en el Archivo General de la Nación. Entonces, ¿por qué no oficializar esa imagen?
Cuando alguien visita Estados Unidos, y algunos lugares históricos de Washington, D.C., se da cuenta de que de George Washington, Abraham Lincoln, e incluso, de Martin Luther King, solo se exhiben fotos y estatuas con una sola imagen de estos símbolos de Estados Unidos. Igualmente sucede, por ejemplo, en México, con la imagen de Benito Juárez. Es decir, podrían existir imágenes diferentes de estos patriotas, pero oficialmente solo se utiliza una. ¿Por qué en República Dominicana no pudiera suceder lo mismo?
El padre Pablo Mella, S.J., en su obra “Los espejos de Duarte” (2013), advierte sobre la necesidad de que la sociedad dominicana pueda conocer los diferentes perfiles y espejos de Juan Pablo Duarte, que a lo largo de la historia, determinados grupos han pretendido fijar en la mente del pueblo dominicano.
Una obra interesantísima que recomiendo leer. Mella explica con lujos de detalles sobre como el papel de Juan Pablo Duarte en la independencia nacional fue silenciado hasta que se produjo el traslado de sus restos de Caracas a Santo Domingo, y cómo durante la dictadura de Ulises Heureaux, se promovió la construcción del Monumento a Duarte, para intentar conciliar las visiones que se tenían sobre el Padre de la Patria.
Todavía en pleno 2018, hay que rescatar la figura honesta e incorruptible de Duarte, con su ejemplo de devolver al erario público de sus gastos en las batallas para asegurar la independencia nacional. Rescatemos su ejemplo, y apliquemos la ley. http://elnacional.com.do/busto-de-duarte/
El debate suscitado en torno a este busto, que a todas luces no fue construido con el aval del Instituto Duartiano, me hace preguntarme, por qué República Dominicana no tiene una imagen oficial del patricio Juan Pablo Duarte, avalada por el Instituto Duartiano. Solo recordar que la única imagen oficial de Juan Pablo Duarte es el daguerrotipo realizado por Prospero Rey, en Caracas, en 1873, que incluso reposa en el Archivo General de la Nación. Entonces, ¿por qué no oficializar esa imagen?
Cuando alguien visita Estados Unidos, y algunos lugares históricos de Washington, D.C., se da cuenta de que de George Washington, Abraham Lincoln, e incluso, de Martin Luther King, solo se exhiben fotos y estatuas con una sola imagen de estos símbolos de Estados Unidos. Igualmente sucede, por ejemplo, en México, con la imagen de Benito Juárez. Es decir, podrían existir imágenes diferentes de estos patriotas, pero oficialmente solo se utiliza una. ¿Por qué en República Dominicana no pudiera suceder lo mismo?
El padre Pablo Mella, S.J., en su obra “Los espejos de Duarte” (2013), advierte sobre la necesidad de que la sociedad dominicana pueda conocer los diferentes perfiles y espejos de Juan Pablo Duarte, que a lo largo de la historia, determinados grupos han pretendido fijar en la mente del pueblo dominicano.
Una obra interesantísima que recomiendo leer. Mella explica con lujos de detalles sobre como el papel de Juan Pablo Duarte en la independencia nacional fue silenciado hasta que se produjo el traslado de sus restos de Caracas a Santo Domingo, y cómo durante la dictadura de Ulises Heureaux, se promovió la construcción del Monumento a Duarte, para intentar conciliar las visiones que se tenían sobre el Padre de la Patria.
Todavía en pleno 2018, hay que rescatar la figura honesta e incorruptible de Duarte, con su ejemplo de devolver al erario público de sus gastos en las batallas para asegurar la independencia nacional. Rescatemos su ejemplo, y apliquemos la ley. http://elnacional.com.do/busto-de-duarte/
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